Un modelo caduco que no contenta a nadie

El ‘modelo Canorea’

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«…Canorea trata a la Maestranza de la misma manera que si hubieran heredado una ferretería. Ni quieren, ni pueden, ni saben manejar un rito cultural en la sociedad del siglo XXI. Detrás de Eduardo Canorea y Ramón Valencia está la nada más absoluta. ¿Qué privilegios tiene el abonado? Ninguno. Solamente que tiene su asiento asegurado…»

Raúl Delgado Márquez.-

     Supongamos (y es mucho suponer) que Eduardo Canorea y su cuñado hacen los mejores carteles. Y supongamos (y también es mucho suponer) que atiende de forma maravillosa a sus abonados; hace unos dos o tres años eran aproximadamente 6.500 abonados. La pregunta es: ¿sería suficiente? ¿podríamos considerar a la empresa Pagés como una empresa válida? Éste es el gran error del toreo. Pensar que con ofrecer los mejores carteles y mantener unos miles de abonados (minoría absoluta en el entorno) es suficiente.

     ¿Qué es el ‘modelo Canorea’? El ‘modelo Canorea’ es muy parecido al del resto de empresarios, y que no ha cambiado en los últimos 50 años. Contratamos toros, contratamos toreros (en 15 días), abrimos una taquilla, y nos olvidamos. En realidad, detrás no hay nada. Estamos casi más cerca de la especulación que de la empresa creadora y promotora. Detrás de Eduardo Canorea y Ramón Valencia está la nada más absoluta.

     Suponiendo que el abonado está satisfecho (que no lo está), ese modelo no es suficiente, porque se preocupa muy poco de los públicos, y mucho menos de la sociedad; esa sociedad cada vez más alejada del toreo.

     En el caso de Sevilla, tampoco el abonado está muy contento. ¿Qué privilegios tiene el abonado en Sevilla? En realidad ninguno. Solamente que tiene su asiento asegurado. No tiene descuentos, financia toda la temporada (cerca de 30 festejos), y para más inri (y hasta este año) tiene que pagar al contado y en efectivo. Al abonado no se le recibe, no se le consulta, no se le contacta, no se le mima, no se le ofrecen productos y/o servicios, ni ningún tipo de valor añadido. El abonado paga y calla.

     Tampoco el público se puede sentir especialmente contento. Entradas nuy caras, asientos estrechos, servicios extras casi nulos, la información escasea. Un dato: en 2008 se suspendieron 7 festejos. No hubo una sola explicación. Y así todo.

     ¿Y la sociedad? ¿Cuál es el trabajo del ‘equipo de Canorea’ (no se rían) con la sociedad sevillana, andaluza, española e internacional? ¿Cuál es el trabajo de Canorea en el día a día para trasladar los valores de la Tauromaquia a la sociedad sevillana? ¿En qué ámbito de la sociedad aparece la empresa Pagés?

     La prensa (la que se queja) suele hablar de los carteles (y yo el primero), pero lo peor de todo es que Canorea trata a la Maestranza de la misma manera que si hubieran heredado una ferretería. Y eso no es. Ni quieren, ni pueden, ni saben manejar un rito cultural en la sociedad del siglo XXI.

     La prensa y los aficionados deberían preguntarse: ¿es válido el ‘modelo Canorea’? Ese es el verdadero debate. Muy por encima de la ausencia o presencia de tal o cual torero, que es sólo la punta de iceberg de una filosofía y un modelo caduco. El ‘modelo Canorea’ y el ‘modelo ANOET’ -que es lo mismo- debería ser el centro del debate. ¿Quién se atreve?


*Publicado en lostorosenelsigloxxi.blogspot.com


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