Culpa a las figuras de la mediocre Feria

Eduardo Canorea, en guerra: «Algunos toreros pretenden vernos de rodillas»

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El empresario Eduardo Canorea, en sus explosivas declaraciones contra las figuras. (FOTO: Javier Martínez)
El empresario Eduardo Canorea, en sus explosivas declaraciones contra las figuras. (FOTO: Javier Martínez)

El empresario Eduardo Canorea, ostensiblemente molesto con la actitud de las figuras en relación a la actualización de los derechos de imagen por televisión, ha realizado unas explosivas declaraciones que suponen una declaración de guerra contra el grupo de figuras, a las que señala como únicos culpables del prblema.

Francisco Mateos.-

     Las declaraciones de Eduardo Canorea nunca pasan desapercibidas y siempre son sustanciosas. Aunque desde hace varias temporadas ha preferido que sea su cuñado Ramón Valencia -quizás más prudente en las formas del diálogo- la cabeza visible en entrevistas con los medios, en días como hoy de presentación de carteles, obviamente, comparecen los dos ante la prensa especializada.

     Eduardo Canorea ha vuelto a protagonizar varias explosivas declaraciones que no dejarán indiferente a nadie, destacando el más que visible malestar («tristeza», en sus palabras) que le ha producido la irrupción de la actualización de los derechos de imagen por parte de las figuras del toreo. Canorea no ha sido nada comedido y ha desenterrado una especie de ‘hacha de guerra’ contra las figuras, al sentirse ‘atacado’: «Algunos toreros pretenden vernos de rodillas, algo que no puede ser», ha dejado bien claro como muestra de la guerra abierta con varios destacados toreros, entre los que se pueden incluir a José Tomás, El Juli, Perera o Curro Díaz, ausentes todos de Sevilla.

     Eduardo Canorea ha querido dar la imagen de mano tendida de los empresarios en todo momento, mientras que colocaba una y otra vez a las figuras como los ‘malos’: «Los empresarios hemos querido conocer qué es lo que quieren los toreros. Los toreros en noviembre no se quisieron sentar con nosotros. Se intentó una reunión conjunta en enero: empresas, toreros, ASM -empresa que gestiona los derechos de imagen de las figuras- y televisión, pero los toreros tampoco querían nuestra presencia», argumentó Canorea, para seguir señalando con el dedo de culpabilidad y única responsabilidad directamente a las figuras: «Todo nace de un error en el G-10 -grupo de figuras- en el qué, cómo y cuándo».

El apoderado como arma arrojadiza

     En lo que parece una clara guerra abierta contra las figuras, Eduardo Canorea usó como ‘arma arrojadiza’ contra el grupo de a sus propios apoderados, como si los apoderados estuviesen de parte de las empresas y no de parte de sus representados en los temas de derechos de imagen. «A día de hoy no sabemos nada del G-10; ni nosotros ni sus propios apoderados. La figura del apoderado ha entrado en un proceso delicado, en declive», en un gesto de acercamiento con los apoderados, a los que parece advertirles que se quedarán sin ‘trabajo’ si sus toreros siguen confiando en empresas -‘comisionistas’ las llamó- que gestionen al margen de ellos los derechos de imagen de sus toreros, en vez de ser ellos mismos, como ha sido hasta ahora, incluyendo en un ‘paquete’ conjunto tanto los honorarios por actuación como la parte de derechos de imagen por televisión. Con este sistema, los toreros se quejaban de no saber bien cuánto ganaban por su actuación, y cuánto por televisión.

     En relación al elemente distorsionador que ha pretendido introducir para enrarecer la relación de los apoderados con las figuras, ha puesto de ejemplo a Roberto Domínguez y El Juli. «Realizamos una oferta a Roberto Domínguez de una corrida en preferia y otra en farolillos. No había problemas de dinero ni ganaderías. Nos dijo que el problema es haber sido ‘deslizado’ del Domingo de Resurrección. Le ofrecimos Resurrección, que no estaba aún cerrado, y me dijo que nos contestaría al día siguiente. Le pedimos que no cerrara la puerta, y que dejara una rendija abierta. Al día siguiente me llamó y me dijo que la rendija que él había dejado abierta como le pedí la había cerrado El Juli, y que había decidido no torear en Sevilla». Con ello dejaba entrever que la decisión de no torear en Sevilla ha sido de El Juli directamente, y que posiblemente Domínguez, renegociando, hubiera dado más pasos para el acuerdo.

     El empresario Eduardo Canorea acusó directamente a las figuras del toreo de la más que mediocre Feria de Abril 2012, totalmente despojada del lujo y carteles rematados que siempre ha distinguido del resto de ferias al ciclo sevillano. «Nuestra misión es dar los mejores carteles al mejor precio. Ese es el reto de todos, y no estamos dando lo mejor al mejor precio porque en lugar de bajar costes se está queriendo subir».

     Por último, al igual que ha intentado introducir elementos discordantes entre los toreros y sus apoderados, también ha querido ‘bombardear’ directamente la unión del grupo de figuras, denunciando que existen discrepancias y diferencias entre el grupo. «Dentro del G-10 hay sensibilidades distintas: hay toreros sensibles con la realidad y con el calendario, y otros que tiene menos realismo del momento que vivimos. A los primeros les agradezco su comprensión y facilidades».


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