La peor Feria de los últimos 30 años

Annus horribilis

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Ramón Valencia y Eduardo Canorea observan el 'cemento' de la plaza. (FOTO: Arjona/Toromedia)
Ramón Valencia y Eduardo Canorea observan el 'cemento' de la plaza. (FOTO: Arjona/Toromedia)

«…Sobre el papel, la peor Feria de Sevilla de los últimos treinta años. En Sevilla las figuras son imprescindibles y son necesarios seis o siete carteles rematados. Especialmente sangriento es lo del Juli. Después de dos Puertas del Príncipe, es muy injusto dejarle fuera del abono. Tampoco merece Perera quedarse fuera. La perspectiva es de miles de abonos sin retirar y mucho ladrillo en los tendidos de sol…»

Domingo Delgado de la Cámara.-

     Taurinamente hablando, este año 2012 está siendo espantoso: prohibiciones por doquier, división fratricida entre los distintos estamentos de la Fiesta, el campo desolado… Y ahora al horror se suma la Feria de Sevilla. Sobre el papel, la peor Feria de Sevilla de los últimos treinta años. ¡Qué ya es decir!. La empresa Pagés, muy a su pesar, se ha visto envuelta en la guerra entre Molés y las figuras, y ante la disyuntiva de televisar la Feria por el Plus o disponer de todas las figuras, optaron por el Plus. Y se han equivocado. Esta equivocación la van a pagar muy cara.

     Sevilla no es Madrid ni Pamplona, donde la presencia de las figuras en realidad es un asunto secundario. En Sevilla las figuras son imprescindibles y son necesarios seis o siete carteles rematados. Y este año no hay ninguno. Digan lo que digan, los muy denostados Juli y Ponce son imprescindibles para rematar carteles. Y no están en la Feria. Especialmente sangriento es el caso del Juli. Después de dos Puertas del Príncipe, dos años seguidos, es muy injusto dejarle fuera del abono. Tampoco merece Perera quedarse fuera.

     Sobre el asunto de José Tomás, estaba clarísimo que no iba a ir a Sevilla. Su reaparición fue un fracaso en toda regla, tapado a última hora con la faena al novillete de El Pilar en Barcelona. Sabe muy bien José Tomás que está muy limitado físicamente, que el toro cuajado no admite bromas, que en Sevilla hay tres mil señores que no se dejan llevar por la histeria colectiva y hay que convencerlos toreando muy bien. Sólo los ingenuos se creyeron la vuelta del ‘ausente’ a Sevilla.

     Como iba diciendo, la presencia de las figuras, de todas las figuras, es imprescindible en Sevilla. Por tres razones: la propia idiosincrasia sevillana, partidaria del mejor toreo y enemiga de la demagogia populista de los toreros baratos; la carestía de las entradas. En Madrid las ferias suelen ser malas, pero como las entradas son muy baratas, todo el mundo acaba sacando el abono. En Sevilla sin embargo, con 85 euros que vale un tendido de sombra, mucha gente va a optar por ver las cuatro corridas que le interesan y no retirar el abono. Se van a perder muchos abonos. Pocos van a estar dispuestos a pagar una fortuna por ver a los toreros locales de tercera fila o a personajes patéticos como Rivera Ordóñez, Cordobés y demás, que hace años deberían estar ya retirados. Además, que nadie se equivoque, la plaza de Sevilla la llenamos los de fuera. Todo el tendido de sol se llena de aficionados venidos de lejos. Para movilizar a toda esa gente, los carteles tienen que ser muy atractivos. Este año muchos aficionados de fuera se van a quedar en casa. Ruinam Habemus.

     Está claro que en las actuales circunstancias de crisis económica, esa primera semana de carteles de relleno, que surgió en los años noventa al socaire de la Expo y las vacas gordas, no tiene sentido. Creo que en los próximos años será mejor hacer ferias como las de los años setenta-ochenta, de unas diez corridas, pero todas con cartel redondo y con todas las figuras.

     La perspectiva es de miles de abonos sin retirar y mucho ladrillo al aire en los tendidos de sol. El interés de la feria únicamente se circunscribe a la pugna artística entre Morante y Manzanares (y tomo partido sin dudarlo por Morante, estoy en mi derecho), y ver si por fin Daniel Luque se consolida como primera figura. Tiene sobradas condiciones para ello, en realidad es el único torero joven que tiene proyección de gran figura; ahora habrá que ver si quiere serlo… Y el resto es para echarse la siesta. Si acaso, los ‘victorinos’…

     Soy detractor de José Antonio ‘Choperita’. No me gusta su visión cortoplacista, ni su tacañería. Pero es muy listo y lo acaba de demostrar. Parece que no va a caer en la trampa en la que cayeron los Canorea. Choperita ya ha dicho que va a organizar San Isidro sin ingerencias de terceros, y que, una vez hecha la feria, negociará la televisión. Bien hecho. Él sabe que a quien hay que tener contento es al abonado, que es quien a la larga sostiene todo el tinglado. A ver si por una vez, los carteles de San Isidro son buenos y este Annus Horribilis empieza a enderezarse.


*Publicado en el blog de ‘Los toros en su punto’.


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