Ramón Valencia, sobre Canorea: «Lo voy a echar mucho de menos»

miércoles 1 julio, 2015

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El empresario de la Maestranza, Ramón Valencia, en su primera rueda de prensa sin Eduardo Canorea. (FOTO: Toromedia)

El empresario Ramón Valencia ha afrontado su primera rueda de prensa en solitario en la presentación del ciclo de novilladas de promoción en la Maestranza. Ha adelantado que no habrá más festejos en septiembre que los del abono de San Miguel, que el 12 de octubre está en el aire y que en breves días llamará a Morante para conversar.

Manuel Viera.-

«Estar en esta mesa sin Eduardo Canorea, mi amigo y cuñado, sentado a mi derecha me hace sentirme solo y raro. Lo voy a echar mucho de menos». Con estas palabras comenzó Ramón Valencia el acto de presentación de las novilladas nocturnas de promoción de este mes de julio. Un acto que ha servido para que el único representante de Pagés respondiera a las preguntas de los periodistas referentes a la desvinculación de Canorea de la citada empresa.

«Pagés seguirá siendo una empresa familiar. Así lo ha sido desde que falleció mi suegro hace quince años. La situación creada por la marcha de Eduardo, motivada por su próxima jubilación, la suple la familia». De esta forma confirmó, Valencia, la continuación de Pagés, y añadió: «Eduardo se ha marchado al cien por cien, y así lo dijo en un comunicado a los medios hecho en diez minutos, porque las cosas que salen del corazón se hacen en muy poquito tiempo».

No quiso, Ramón Valencia, entrar en demasiados detalles con respecto a si la retirada de Eduardo Canorea facilitaría las cosas para la vuelta de las figuras a la Maestranza. «No voy a personalizar los acontecimientos pasados en nadie. La empresa sigue siendo Pagés y empleará todos los medios, como ya lo hizo, para que las cosas cambien y todo vuelva a la normalidad». Ni tampoco quiso entrar en detalles con posibles y futuras incorporaciones externas a la empresa. «Pagés tiene un gran equipo desde hace muchos años. Un equipo con experiencia y grandes profesionales. En este mundo globalizado puede pasar de todo, pero no está en nuestra cabeza. Pagés es Pagés».

Balance de la temporada

El empresario también hizo un escueto balance de lo que va de temporada en Sevilla. «La Feria de este 2015 ha sido mejor que la de 2014. Ha habido grandes faenas y también grandes toros, aunque los fallos con las espadas no han propiciado grandes triunfos. Sí tenemos que mejorar la asistencia. El público se ha hecho más selectivo y escoge sus corridas según sus preferencias, sin sacar la totalidad del abono».

En cuanto al final de la temporada en la Maestranza, Valencia, aclaró poco. «A la corrida de San Miguel, aún sin terna asignada, la empresa está abierta a todas las posibilidades. Los toreros triunfadores los tenemos apuntados, pero vamos a agotar el tiempo que nos permite la legislación de la Junta de Andalucía para dar a conocer sus componentes».

Tampoco tiene previsto la empresa ningún festejo extraordinario fuera de los ya anunciados. «No tenemos pensado dar ningún festejo para septiembre». Y en cuanto al tradicional 12 de octubre, habitual día para el cierre de la temporada en Sevilla, «es una fecha que está en el aire, pueden surgir cosas… alguien que quiera lidiar en solitario… algo que sea un acontecimiento… pero nada les puedo decir», manifestó Valencia.

Anoet

También Ramón Valencia se refirió al actual mapa político tras las pasadas elecciones y su posible repercusión en la Fiesta. «En Anoet hemos creado una comisión de trabajo que se reunirá con representantes de la comunidades autónomas. Estamos moviéndonos, pero esto es una pata difícil y dura de mover».

Morante

Por último, Valencia, aclaró la filtración de un reciente encuentro con Morante de la Puebla. «No fue nada más allá que un saludo amable y cordial. Al salir de las oficinas de la empresa con el apoderado de Manzanares, que había venido a liquidar los emolumentos de su torero, nos cruzamos con José Antonio. Nos saludamos amablemente, me preguntó por Eduardo y, como tenía que decirle algo más de cómo estás, le dije que lo llamaría, contestándome que sí, que esto hay que arreglarlo. No fueron más de tres minutos».

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