Mariscal Ruiz corta una oreja y gana la final

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La oreja ganada por Mariscal Ruiz, triunfador de la final.

El novillero sevillano Mariscal Ruiz ha cortado la única oreja en la Maestranza, que ha acogido la Final del ‘Ciclo de novillada con picadores de Andalucía’, impulsado por la Fundación del Toro de Lidia y la Junta de Andalucía. Espectáculo gris debido a una descastada y floja novillada de Bohórquez. El Mella y Zulueta, ovacionados.


 SEVILLA / Novillada con picadores 

NOVILLOS: Se han lidiado toros de la ganadería de Fermín Bohórquez, bien presentados, descastados y desfondados. Noble pero con poca fuerza, el primero; sin fuerzas, el segundo; noble con buen son, el tercero; complicado, el cuarto; de embestidas bruscas, el quinto; parado y complicado, el sexto.
NOVILLEROS:Sergio Domínguez ‘El Mella’ (de rosa y oro), saludos tras aviso y saludos tras aviso.
Javier Zuleta (de rosa palo y oro), saludos y saludos tras aviso.
Mariscal Ruiz (de blanco y planta), oreja y saludos.

INCIDENCIAS: Dos tercios de plaza.


Manuel Viera.-

     Se había escogido con esmero los ‘murubes’ de Fermín Bohórquez para una final que había logrado una gran expectación. Tanta que la plaza de la Maestranza casi llenó los tres cuartos de su aforo. En el cartel, tres novilleros con atisbo de futuro seleccionados con total merecimiento. Pero nada sucedió como se deseaba. Los bien presentados utreros no dieron el juego esperado en la lidia. Nobles, pero sin una pizca de casta en su sangre. Desfondados y parados, lo peor para que la ilusionada terna consiguiera el triunfo.

     Tampoco estuvieron bien los que se jugaban algo más que el trofeo de ganador en un circuito que la Fundación del Toro de Lidia, con el patrocinio de la Junta de Andalucía, ha elevado a cotas inesperadas. Tal vez, la mediocridad de la novillos desgastó el ánimo de cada uno de los aspirantes. Porque, de una u otra forma, ninguno destacó sobremanera.

     Quizá, el lance más despacio, puro y bello de la tarde lo dio Javier Zulueta. La cadencia, el ritmo, la elegancia de la verónica definió un capote reservados a muy pocos. Y el sevillano está entre ellos. Es lo único a destacar del poseedor de un toreo de exquisito gusto, expresivo y, sobre todo, embaucador. Fue con el quinto de Bohórquez, un novillo basto que mostró sosería en sus contadas embestidas. Javier le trazó encomiables muletazos diestros con la derecha, y naturales con la característica de la naturalidad, pero sin emoción. Sin alcanzar esa nota deseada. Para colmo lo mató mal.

     Con el inválido segundo sólo se pudo intuir un concepto tan diferencial como bello. Pero no tenía utrero para mostrarlo. Un animal sin fuerzas que se mantuvo en el ruedo perjudicando al aficionado y al torero. Con estocada y descabello lo finiquitó.

     La mejores embestidas las dio el tercero, y Mariscal Ruiz no las terminó de aprovechar. Se quedó muy quieto en un prometedor inicio de faena por alto que hizo concebir esperanzas. Poco a poco todo se fue diluyendo después. Desigual faena que no llegó a coger altura, pese a los aislados y despaciosos muletazos diestros y algún que otro detalle por bajo de exquisito gusto. La estocada fulminante hizo que la gente volara pañuelos y el palco los tuviese en cuanta para conceder la única oreja de la tarde.

     El sexto fue un novillo brusco y complicado al que el sevillano de Mairena del Aljarafe le planteó batalla desde el recibo a portagayola. Lo intentó todo y sólo consiguió un leve varetazo corrido en la cara interna de muslo izquierdo del que fue atendido en la enfermería de la plaza tras finalizar la lidia. Una lidia muy intermitente, de feas cogidas, con demasiados enganchones, en la que nada importante sucedió.

     Tampoco Sergio Domínguez ‘El Mella’ consiguió su objetivo. Noble fue su primer utrero, aunque de escasa fuerza. El novillero de Barcarrota, que se trajo a todo su pueblo a la Maestranza, estuvo variado con el capote y demasiado ligero en su hacer con la muleta. Todos fueron ganas, pero escaso toreo. Se sucedieron los punteos a la tela en una lidia con tendencia hacia afuera que bajó también con la izquierda. Acabó con las consabidas bernardinas y una estocada contraria que bastó.

     Brusco y de complicadas embestidas fue el cuarto. El Mella lo recibió de rodillas delante de chiqueros para sumar una larga y cuatro faroles jaleados por su gente. Inició faena sentado en el estribo para continuar con la derecha una lidia embarullada en la que los enganchones fueron nota predominante. Con la espada, mal.

     Al final del festejo, el jurado nombrado al efecto consideró proclamar triunfador a Ruiz Mariscal. Segundo clasificado a Javier Zulueta, y tercero a El Mella. Tal vez dejar sin ganador este gran circuito de novilladas en Andalucía no se comprendería, quizá, por el gran nivel mostrado en cada uno de los festejos celebrados.


 AL NATURAL 

¡Aaaayyyyyy, Macarena!

Francisco Mateos.-

     Como en el estribillo de la archiconocida canción de los taurinos ‘Los del Río’: la Macarena que recorrió todos los rincones de Estados Unidos, entre otros. ¡Aaaayyyy Macarena! Y es que subió al palco la presidente en esta novillada con picadores y la cosa promete. En principio hay confianza cero en que su presencia en el palco pueda aportar algo salvo la absurda ‘cuota femenina’ del siglo XXI. Por mí, como si suben al palco tres aficionadas, que las hay muy buenas. Lo que pasa es que además de aficionadas, deben tener las cosas muy claras. No es lo mismo ser aficionada de tendido, de charlas y coloquios, de visitas a ganaderías, de trato amistoso con toreros, ganaderos, empresarios, periodistas,… que buena muestra nos da en sus redes sociales la mencionada Macarena de Pablo Romero (no hay un acto taurino en Sevilla -o casi- en el que no esté posando en foto con los protagonistas), que ejercer la autoridad desde un palco en el que debes defender los intereses de todos los sectores. Pero sobre todo, la defensa del aficionado.

     Ese ‘taurineo’ tan visible de Macarena en sus redes sociales se ha palpado pronto en su ejercicio de la presidencia. Parece que nos esperan días de gloria con Macarena. Al tiempo. Lo del presidente Luque Teruel puede quedarse corto; le ha salido una fuerte rival en protagonismo. El segundo novillo era un inválido total. La gente lo vio rápido y lo protestó. La presidenta Macarena lo mantuvo en el ruedo y Zulueta y los aficionados nos quedamos con un novillo menos. No había justificación.

     En primer lugar, porque la presidencia debe velar por los intereses legítimos de los aficionados a recibir un espectáculo íntegro (menuda obsoleta palabra en el mundo del toro actual), y ese novillo no cumplía tal requisito. Tenía una evidente merma de fortaleza y rodó por el albero en varias ocasiones. Había una plaza con una gran entrada para una novillada; esa gente merece un respeto, Macarena, y no sólo respetar a Ramón Valencia.

     En segundo lugar, se trataba de una final, en la que la presidenta influyó en el resultado final. Si devuelve al novillo (como debería haber ocurrido) y sale un sobrero con más motor, quizás el igualado resultado final hubiera variado y Zulueta podría haber tenido más brillo. Y en tercer lugar, no estaba justificado que mantuviera a un novillo muerto en pie el día precisamente que las cámaras de Canal Sur estaban proyectando la novillada desde la plaza más importante, la Maestranza, a todas las casas de aficionados. No podemos permitirnos ofrecer una imagen tan decadente -con la que nos está cayendo- sin necesidad ni lógica.

     Macarena, ¡aaaayyyyy Macarena! Tiempo de reflexión. Suspenso claro. Tiene una recuperación pendiente. Deje el taurineo y el tour fotográfico con los taurinos y tómese en serio el palco de la Maestranza y la defensa de los aficionados. Le aseguro que a veces también se aprende mucho escuchando a muy buenos aficionados.


 GALERÍA GRÁFICA (Pagés) 

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