REAL MAESTRANZA - 12ª Feria de Abril

Los encastados ‘jandillas’ de Fuente Ymbro

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El Fandi.

El diestro granadino El Fandi ha paseado la única oreja de una encastada corrida de Fuente Ymbro que brilló por encima de las faenas de los toreros. López Simón dio una vuelta al ruedo, pero se dejó escapar un lote apto para amarrar un triunfo en la Maestranza. Antonio Ferrera, con el lote más complejo, ovacionado. Dos tercios de plaza.


SEVILLA / Corrida de toros

TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de Fuente Ymbro; bien presentados, serios y encastados. Suelto en los primeros tercios y de embestidas bruscas, el primero; sin clase en la acometida y complicado, el segundo; noble, pronto y fijo, el tercero; soso y flojo, el cuarto; encastado y con transmisión, el quinto; noble y bravo el sexto.
ESPADAS:Antonio Ferrera (de azul marino y oro), saludos y silencio.
David Fandila ‘El Fandi’ (de nazareno y oro), saludos y oreja.
López Simón (de azul y oro), vuelta al ruedo tras aviso y saludos tras aviso.
INCIDENCIAS: Tres cuartos de plaza. Dos tercios de plaza


Manuel Viera.-

     También tuvieron su interés estos otros ‘jandillas’ de Ricardo Gallardo. Un encierro bien presentado, serio, encastado, y con tres toros de nota alta. La realidad de una corrida que no casó con el deseo de triunfo de la terna. Porque a pesar de la oreja del quinto que paseó Fandi, todo lo sucedido en la bochornosa tarde de calor fue discreto y poco apasionante.

     Tal vez las banderillas de David Fandila al segundo resultó de lo más gratificante. Tres pares brillaron con la máxima originalidad y poderío de un torero que hace de su espectacular tercio lo más significativo de su tauromaquia. Tres pares clavados arriba, reunidos de una manera ortodoxa y espléndida. Lo mejor. Después, todo transcurrió entre complicadas y bruscas acometidas y el querer del granadino. El resultado no fue otro que el de una lidia compleja, hecha con precauciones y, sobre todo, de muletazos desplazados hacia afuera. Con estocada casi entera tumbó al toro sin puntilla.

     La actitud del diestro de Granada cada tarde que se viste de torero es encomiable. Lo quiere todo y hace lo que puede. Recibió al quinto con su habitual larga cambiada de rodillas en el tercio, intentó la chicuelina combinada con la tafallera en el quite, destacando en banderillas en su segundo par de poder a poder. Le echó disposición a un toreo que, en los circulares, rodillas en tierra, con los que prologó faena, estuvo el mayor momento de interés. Menos atractivo revistió el natural, demasiado despegado. Ni los hilvanados y vibrantes muletazos diestros de parecida característica fueron lo mejor. La fulminante estocada fue crucial para la oreja concedida.

     Antonio Ferrera anduvo dispuesto a añadir una buena dosis de temple al natural en el inicio de faena al primero de Fuente Ymbro, un toro que salió suelto en los primeros tercios y acometió la muleta con embestidas encastadas y bruscas. Con la muleta desplegada desprovista de la ayuda cubrió buena parte de la lidia, tanto con la mano derecha como con la izquierda. Y así encontró el equilibrio entre el natural de mano diestra y el de la zurda. Ambos muy bien trazados y dibujados, aunque de escasa emoción. Con un pinchazo hondo y descabello lo finiquitó.

     El cuarto resultó flojo y de sosa embestida. El extremeño nacido en Ibiza se mostró sincero a sabiendas que con la dificultad de las acometidas nada atractivo ni emocional se podía sacar. La estocada desprendida bastó.

     López Simón gozó de dos buenos toros para el triunfo; y éste no llegó. Y es que resultaría deseable que quien está empeñado en mostrar sus formas más clásicas, confiase en la verdad, y no esa manera trivial de hacer el toreo que difumina cualquier atisbo de emoción durante la lidia. Al encastado y noble tercero lo toreó algo pasado de revoluciones y despegado, pese a bajar la mano y arrastrar la tela por el albero. Con la izquierda le costó un mundo la ligazón. Hundió la espada, y los menos exigentes le pidieron el apéndice que el palco, con buen criterio, no concedió.

     Y si el tercero fue bueno, el sexto fue mejor: bravo y con demostrada clase en sus embestidas. Y el torero de Madrid no entiende que el toreo bien hecho debe ser algo más profundo y cercano a ese fenómeno imposible de programar que es la emoción. Sin emoción no hay triunfo. No la hubo y no llegó. Pese a los estatuarios de inicio; pese a bajar la mano diestra e hilvanar muletazos; pese al toreo de izquierda, a veces, tan desajustado. Unas bernardinas pusieron final a una faena que, tras la tendida estocada y el descabello, sólo quedó en ovación.


AL NATURAL

Toros de triunfo

Francisco Mateos.-

     Si ayer eran los toros de Jandilla los que ofrecían un buen juego para la explosión de toreo vivida, con seis orejas cortadas en la Maestranza en una misma tarde y el impacto del toreo de altísima calidad de Pablo Aguado, hoy se lidiaban los hermanos de los ‘jandillas’. Ricardo Gallardo -conocido es- le agregó un poco de guindilla a Fuente Ymbro. Con el paso del tiempo, vistos los toros de misma sangre en días consecutivos pero en dos manos ganaderas distintas ayer y hoy, la mayor paciencia de Borja Domecq le repercute ahora un buen momento ganadero, posiblemente más estable en el tiempo; mientras que Gallardo, que logró poner pronto en circulación a sus toros de Fuente Ymbro, ahora le pasa factura el exceso de picante y, siendo un toro con movilidad y emoción, también tiene ese punto de pronta movilidad que tan poco le gusta a las cómodas figuras. Y por eso ayer con Jandilla se anunciaron los toreros que se anunciaron; y esta tarde con los de Fuente Ymbro estos otros tres espadas.

     De todos modos, los toros de hoy, con ese picante que no es otra cosa que la emoción y la vibración, transmiten pronto a los tendidos y son toros tan aptos para el triunfo como los de ayer. Es más, con los de ayer viernes de Jandilla se triunfa si se es muy buen torero; con los de Fuente Ymbro de hoy se triunfa si no se tiene tanta calidad pero mucha decisión y entrega, y se hacen las cosas de verdad. La corrida no se ha aprovechado bien. Sobre todo el lote de López Simón, dos toros para un importante triunfo que no supo aprovechar. Se le escaparon dos faenas importantes.


GALERÍA GRÁFICA (Pagés)

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