REAL MAESTRANZA - 6ª Feria de Abril

Orejas que no definen la realidad de lo sucedido

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Andrés Romero.

El jinete onubense Andrés Romero le ha cortado una oreja a cada uno de sus astados. Sergio Galán y Lea Vicens pasearon un apéndice cada uno, con momentos buenos pero que fueron sobrevalorados por el público. Los astados de Fermín Bohórquez ofrecieron buen juego.


SEVILLA / Corrida de rejones

ASTADOS: Se han lidiado toros de la ganadería de Fermín Bohórquez, bien presentados, reglamentariamente despuntados, nobles y de notable juego en general.
REJONEADORES: -Sergio Galán, silencio y oreja.
Andrés Romero, oreja y oreja.
Lea Vicensa, silencio y oreja
INCIDENCIAS: Dos tercios de plaza.


Manuel Viera.-

    No hubo, ni mucho menos, esa explosión de toreo a caballo tan esperada y deseada siempre por ese público adepto al rejoneo. Una gente que disfruta con lo accesorio y exige lo mínimo en lo fundamental. Porque, pese a que Sergio Galán mostrase, por momentos, la calidad de su concepto con un toreo a caballo clásico y templado, pese a que Andrés Romero demostrase su valor y sinceridad en las distintas suertes, y pese a que Lea Vicens se le apreciase notoria evolución en sus formas, el número de apéndices concedido como premios no define la realidad de lo sucedido en el ruedo. Además, los toros de Fermín Bohórquez mostraron nobleza y calidad en su embestidas. Muy buena corrida, sin duda, para momentos de lidia sin interés y fallos al clavar.

     Una vez más el rejoneador madrileño Sergio Galán dejó definido con el buen primero su formas puras en la ejecución de la suertes. Tuvo momentos, cabalgando sobre ‘Ojeda’, de un rejoneo de cites de frente y dejando banderillas arriba y clavadas al estribo. Incluso mantuvo el toro imantado al caballo galopando a dos pistas. Se lució con ‘Bambino’ con los palitroques cortos, pero un mal manejo de los aceros dejó sin premio lo mejor de la fría y desagradable tarde.

     Más desigual resultó lo hecho con el noble cuarto. Con ‘Embroque’ volvió a mostrar su clasicismo durante una lidia más desigual. La autenticidad de la suerte al dejar los palos al estribo alternó con clavar otros a la altura de la grupa. Dejó banderillas a dos manos con ‘Apolo’ de forma desigual, pero acertó con un rejón fulminante que tumbó al buen toro de Bohórquez. La oreja no se hizo esperar.

     Más espectacular en su concepto se mostró Andrés Romero con el notable segundo. La forma de recibir, y torear de salida ayudado del marsellés, gustó a un público que le aplaudió a rabiar. Después la lidia tuvo sus intermitencias a la hora de clavar. Montando a ‘Guajiro’ citó de frente, realizó espectaculares quiebros, pero no todos los palitroques quedaron arriba con la autenticidad que requiere la suerte. Los hubo al estribo y también a toro pasado. Sin embargo, fueron las piruetas en la misma cara del toro las que levantaron a la gente de sus asientos. Puso banderillas cortas de forma desigual con ‘Chamán’ y pese al rejón en los bajos el apéndice fue a sus manos.

     Muy noble, aunque más parado, resultó el quinto. Y más desigual lo hecho y dicho por el caballero onubense. Sobre ‘Kabul’ alternó banderillas a una mano clavando, ora a la grupa, ora al estribo, aunque siempre citando de frente. De igual manera lo hizo montando a ‘Caimán’, con el que dejó un palo en lo alto con mucha verdad. No anduvo fino con las banderillas cortas sobre ‘Chamán’. Y esta vez sí dejó arriba el rejón de muerte para fulminar. Con fuerza le pidieron las dos orejas. Un acertado presidente cumplió con una.

     Bravo y noble fue el tercero, el toro con el que Lea Vicens dejó muestras de su evolución. La rejoneadora francesa cabalgó y templó embestidas a lomos de ‘Bético’. Incluso dejó arriba un par de banderillas a una mano. También lo hizo al estribo dejando los palos en todo lo alto con ‘Gacela’. Clavó banderillas cortas con ‘Jazmín’ y falló al clavar la rosa. Una lástima que todo lo emborronara con el mal manejo del acero.

     Más despacio se mostró en la lidia con el noble sexto. Pero también más desigual. Con ‘Bético’ cabalgó a dos pistas y dejó banderillas en lo alto del lomo clavando al estribó y a la grupa. Y también al violín. Acabó con las cortas  y pinchó antes de finiquitar. La oreja fue su premio.


GALERÍA GRÁFICA (Pagés)

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