Los «núñez» de Macandro no dieron la talla

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Los «núñez» de Macandro no dieron la talla

Real Maestranza – Novillada con picadores, Domingo 25 de Mayo de 2008

NOVILLOS: Se han lidiado novillos de Macandro, de desigual presentación y escaso trapío. El primero fue devuelto por sus nulas fuerzas, lidiándose un sobrero también sin fuerzas, blandísimo y sin clase. Segundo y tercero tampoco tuvieron fuerzas. El cuarto fue el mejor, con nobleza. Con pocas fuerzas el quinto y manso el último.

NOVILLEROS:Miguel Ángel Delgado, de lila y oro, saludos tras un aviso y vuelta al ruedo.
Eliseo Gallardo, que se presentaba con caballos, de verde y oro, silencio y silencio tras aviso.
José Manuel Mas, que se presentaba con caballos, de verde botella y oro, silencio y silencio tras aviso.

INCIDENCIAS: Más de media plaza.

Miguel Ángel Delgado ha logrado una vuelto al ruedo tras dejar los momentos más interesante de la tarde en un festejo marcado por la flojedad y escasa casta de los novillos de Antonio Rubio «Macandro». Los debutantes Eliseo Gallardo y José Manuel Mas mostraron ganas y atisbaron buenas maneras, sin llegar a hilvanar faena a cada uno de los novillos tocados en suerte.

Manuel Viera.-

Se hizo imposible despertar del bostezo durante toda la tarde. Sólo con el cuarto, el más válido de la floja y descastada novillada de Antonio Rubio 'Macandro', se atisbó un esperanzador despertar en el obligado letargo, pero todo volvió a caer en picado con los restantes.

Los 'núñez' del torero-ganadero no dieron la talla. La alarmante falta de fuerza se dejó notar de manera considerable durante más de dos horas de festejo. Además, su baja casta dejó también la punta de calidad en sus embestidas en pura sosería, que contagió a la vez el ánimo de unos debutantes que se desinflaron por momentos. Se devolvió por flojo al primero, y se debieron de devolver algunos más de los que después salieron de chiqueros. Pero no estaba el palco con ganas de alargar el metraje de la tarde. Y se le agradece.

Se aprecia en Miguel Ángel Delgado un torero de cuidado estilo, de contenido intenso e impecables formas para ejecutar un buen toreo. La actual tauromaquia de Delgado parece tener todos los elementos necesarios para no dejar a nadie indiferente. Su manera de dar sentido al pase es excepcional, y quizá por esto lo hecho hoy al noble cuarto, el mejor novillo de la tarde, alcanzó por momentos sus soñadas inquietudes artísticas. Porque el joven astigitano se mostró seguro y con oficio, y dejó patente su talento en cinco hondos naturales ligados y rematados con el obligado pase de pecho. Fue lo mejor de una faena, a la que le faltó continuidad y le sobró el excesivo punteo a las telas. Y sobre todo le faltó, tras los toreros doblones por bajo, la rúbrica de la estocada. Al primero, lidiado como sobrero, flojo y parado, tras breves detalles que definen su personalidad, le echó obligadas dosis de voluntad por agradar. No hubo más.

A Eliseo Gallardo le vino el desánimo por la invalidez del segundo, un novillo de poca cara, de escasa fuerza y que se defendía en la muleta a base de molestos cabezazos. Al debutante sevillano, rota sus ilusiones, no le quedó otro remedio que echarle voluntad al asunto. Ni bien ni mal se puede considerar lo hecho en la tarde por Gallardo. Ni siquiera se le puede juzgar por lo visto. Al noble, y también flojo, quinto dejó patentes en aislados muletazos diestros la calidad de sus formas, aunque también chocara un exceso de pases con prisas que atentaron a sus preciosistas maneras impregnándolas de mediocridad.

José Manuel Más hace un toreo de fácil calado. Llega con poco. Aunque esta tarde se le desinflara el ánimo al ver la escasa fuerza y la poca calidad de la embestida de su primer novillo. Sólo se enfadó en el epílogo del trasteo apostando por bajar la mano y trazar con la zurda el pase profundo. Fueron sólo dos excelentes naturales con media muleta a rastra que provocaron el deleite de la gente. Lo único que tuvo emotividad en un trasteo que adoleció de continuidad. Al manso sexto, muy mal lidiado, le plantó cara también con la izquierda con el resultado de algún que otro impecable natural. Faena desigual del madrileño que se quedó al final sin la firma con la espada.

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