El diestro extremeño Emilio de Justo ha cortado una oreja a cada uno de sus toros. El veterano sevillano Manuel Jesús ‘El Cid’ cortó sólo una oreja tras faena de dos. Otro sevillano, Daniel Luque, fue ovacionado. Desigualdad en el comportamiento de los toros de La Quinta, destacando el primero, premiado con vuelta al ruedo.
SEVILLA / Corrida de toros
TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de La Quinta, bien presentados, nobles y de desigual comportamiento en el ruedo. Con calidad y fijeza, el primero, número 22, de nombre ‘Dorado’, de 515 kg, premiado con la vuelta al ruedo; con escasa fuerza, el segundo; tardo, aunque con un punto de casta, el tercero; sin motor, el cuarto; muy soso, el quinto; complicado sin calidad, el sexto.
ESPADAS: –Manuel Jesús ‘El Cid’ (de azul y oro), oreja con petición de la segunda y saludos tras aviso.
–Daniel Luque (de burdeos y azabache), saludos y saludos.
–Emilio de Justo (de negro y azabache), oreja y oreja tras aviso.
CUADRILLAS: Saludaron en banderillas Iván García, Jesús Arruga, El Lipi, Juan Antonio Maguilla y Abraham Neiro ‘Algabeño’.
INCIDENCIAS: Casi lleno.
Manuel Viera.-
Ahí sigue, cultivando un toreo de impacto con el que aporta la autenticidad de su concepto. Tan emotivo como gozoso con el que consiguió conjugar de forma fidedigna unas maneras de hacer el toreo que huyen de convencionalismos y se enroscan sobre sí mismas para aportar expresión y verdad a la lidia.
Manuel Jesús ‘El Cid’ no dejó de torear nada más abrirse de capote, de emocionar, de hacer un toreo en el que los patrones clásicos mutaron hasta adquirir la excitación en ese natural que se escapaba por los recodos de lo efímero. Una mano izquierda que fue capaz, otra vez, de infundir ese momento de emoción contenida en el elegante, hondo y lento trazo. Momentos intensos de una faena a punto de rozar la excepcionalidad.
Manuel puso fe en el triunfo y entusiasmó con sensacional mano izquierda y, además, templó las bravas embestidas del buen toro primero de La Quinta con un toreo diestro extraordinario. ¡Qué disfrute ver torear así de bien al veterano diestro de Salteras! ¡Qué gozo verle esa sutileza en el camino del trazo!. Ese ritmo y esa elegancia, ese muletazo diestro, largo y en redondo, con exigencia a la embestida, con el que ha vuelto a sentir el toreo para lograr resultados tan sobresalientes sumando méritos a una lidia de alta calidad. Una obra profunda, expresiva, muy bien dicha, muy templada y apasionada.
Lástima de ese acero que cayó desprendido, porque esa forma de hacer bordando el toreo merecía pasear las dos orejas de un buen toro, aunque no tan completo para el honor de la vuelta al ruedo.
El cuarto fue un toro noble, fijo en los trastos que se le apagó el motor demasiado pronto. Muy asentado estuvo Manuel en la verónica. Igual que lo hizo con la derecha, con la que consiguió hilvanar series con notables pases de pecho. No sucedió igual con la mano izquierda. Se revolvía el ‘santacoloma’ y no pasaba, viniendo a menos en unas acometidas muy complicadas. No obstante, el sevillano, le bajó la mano e incluso toreó despacio lo que el toro le dejó. Mató mal y todo quedó en el agradecimiento de una ovación.
Emilio de Justo le ha cortado una oreja a cada uno de sus toros. Liviana la primera y muy digna la segunda. El extremeño, con talento y seguridad, le planteó un toreo con verdad e impresionante arrobo, a la hora de crecer hasta poderle, a un sexto toro sin una pizca de calidad en sus acometidas y de muy complicada lidia. Emilio lo supo meter en la muleta con auténtica firmeza, y no menos técnica hasta conseguir transmitir al tendido la sobriedad y verdad de su toreo. Después, sólo la contundente estocada mereció el apéndice.
Sin embargo, al tardo tercero, aunque atemperó con la diestra las encastadas embestidas, la faena en su totalidad tuvo desfases en la continuidad. Vibrante con alguna ligereza en el camino del trazo, en ocasiones, y atisbo de templanza en otras. La estocada, aunque desprendida, tuvo efecto fulminante, y la oreja no se hizo esperar.
Daniel Luque ha hecho una Feria que suma enteros al inmenso momento que vive como torero. Hoy quiso de nuevo ser solvente, y lo fue, riguroso y emocionante, y lo consiguió. Supo muy bien lo que hacer con la embestida del segundo, un toro noble sin fondo, para realizar un toreo de impecable técnica que recreó con ejemplar actitud en faena maestra hasta conseguir arrancar muletazos diestros y algún que otro natural ligado que llegaron con inmediatez a los tendidos. Tras la estocada le obligaron a saludar.
Técnica total y pulso exquisito para sacar del fondo de la sosería del noble quinto una faena de temple y poderío con lo que exprimió la escasas y anodinas embestidas. Tanto le pudo que el toro se echó. No había más nada que hacer. Finiquitó con estocada y descabello.
AL NATURAL
Sin regalos
Francisco Mateos.-
El Cid y Sevilla. Otra vez. Un torero que lo ha dado todo, y al que Sevilla impulsó y se le entregó. No cabe más afición que la de El Cid. A sus años. De vuelta reapareciendo tras una retirada. Toreando poco, muy poco. Y con toros de la Quinta y en Sevilla. Cincelado a sí mismo, nadie le ha regalado nada nunca; tampoco hoy, porque es verdad que la espada no cayó bien, y con un espadazo defectuoso, por mucho que enterrara el acero al primer viaje, no se pueden dar dos orejas en Sevilla. La espada cuenta -y mucho- en Sevilla. Pero decíamos que a El Cid nadie le ha regalado nada, y el presidente de hoy, que otras veces ha agasajado a toreros con regalos palpables, tampoco le iba a regalar hoy una segunda oreja a El Cid, por mucho que se cabreara el saltereño en las tablas. Así ha sido siempre la carrera de El Cid: sin regalos. Y mejor así, Manuel. Mejor una oreja de las de verdad, y el regalo que tú sí nos has hecho de las tandas de naturales con un buen toro; un buen toro de La Quinta -ese primero-, que si no tuvo una vuelta al ruedo regalada, porque puede ser que sí se la mereciera, entonces sí que le robaron los presidentes una vuelta al ruedo al mejor toro de la Feria, el de Santiago Domecq de los inicios del serial.
Emilio de Justo ha cortado otras dos orejas, una a cada toro. La del sexto, sin música, ganando la faena poco a poco en intensidad ante un toro complicado y que acabó dominado por el extremeño, fue una oreja ganada a ley. No es fácil armarle faena y sacarle lo que le sacó Emilio a este sexto de La Quinta que a más de uno le hubiera quitado el sueño.
Daniel Luque no ha tenido lote a modo. En el momento más importante de su carrera, despachó los astados con solvencia sobrada y dejó patente su poder y técnica, aunque hoy no pudo sumar más orejas a su casillero el triunfador por número de trofeos de la Feria, que acaba hoy su Abril más destacado.
LA CORRIDA, AL COMPÁS
El ‘Dorado’
Fernando Naranjo.-
Tras el boyante ‘Dorado’
que, con el Cid comulgó,
¿cuéntenme cuanto pasó
con los demás del cerrado?
Pues por mí ya fue olvidado
tan cárdenos alfajores,
de alfileres de colores
colgaron su tranco y celo,
y por tanto me rebelo.
¡Debieran sufrir rubores!
¿Qué más quisieran mis versos
que elevar ‘su celo’ al cielo?
Y los quehaceres toreros
que hoy llevaron el peso
del comportamiento espeso
de bravuras disipadas,
aunque siempre controladas.
Y ese sexto ‘Bienvenido’
no quedó para el olvido
de un final que no esperaba.
Llegó el Cid desde Salteras
dándole sitio a ‘Dorado’
que se mantuvo enrazado
ante las viejas maneras
de una ortodoxia sincera
que, después con ‘Jilguerito’
no pudo ser, y no quito,
la razón a su saber.
Este cuarto fue un burel
lejos del lujo previsto.
De azabaches, el de Gerena,
con elegancia hoy ha vuelto
como siempre y tan resuelto
mas, no mereció la pena,
la corrida no fue buena.
Fue tan vana la franquicia
para su mando y justicia
que sólo sabor del bueno
fue su quehacer sereno,
y el talento, por nodriza.
Aquel de Torrejoncillo
cual mudéjar cacereño,
muestra de elegante empeño
entre lo jondo y sencillo
suma en aquel Baratillo
otra faena importante.
Tras una estela fragante
con ‘Palomito’ y ‘Bienvenido’
y a ser juzgado convido
su exquisitez tan garante.