Francisco Romero López acaba de cumplir 78 años y, 10 años después del adiós, aún confiesa que echa de menos los ruedos. Algo lógico después de las más de 900 corridas, de haberse convertido en el diestro que más orejas ha cortado en una tarde en el coso sevillano y de haber sido incluido entre los 10 mejores toreros del siglo XX.
Redacción.-
¿Cómo ha recibido la noticia de la concesión del Premio Alfonso Ussía a la ‘Trayectoria Ejemplar’ de La Razón?
Me ha hecho mucha ilusión, porque el nombre de Alfonso Ussía significa arte y gracia, que es algo que no se aprende. Además, con él me une una gran amistad. Quiero dar las gracias a todos los miembros del jurado por haberme elegido por mi trayectoria profesional, estoy muy contento.
¿Qué opina del resto de los premiados?
Me alegro mucho de compartir este premio con una mujer que ha sido puro sacrificio, Marta Domínguez, la elegida como ‘Personaje del Año’. Los otros dos premiados –el pueblo de Lorca como ‘Héroe del Año’, y el chico que ha ganado el premio al ‘Mejor estudiante’– también han demostrado ser gente ejemplar. Estos premios se los dan, modestia aparte, a gente que se los merece.
¿Se merecía el mundo del toro un galardón como éste?
Este premio, como el toreo, es libre y está abierto a todas las profesiones. Yo tengo la suerte de compartir el reconocimiento a la ‘Trayectoria Ejemplar’ con personas de la talla de Antonio Mingote o Plácido Domingo, que han sido galardonados en años anteriores. Son personas con unas dimensiones fuera de lo común.
Pero el toreo ha vivido momentos difíciles en los últimos tiempos, después de la prohibición de las corridas en Cataluña.
Con el toreo no acaban cuatro políticos. Barcelona ha sido siempre una de las plazas que más toros han dado en toda España. Vamos a ver cómo acaba este asunto, porque todavía no está claro. El mundo del toro está muy bien, aunque le afecta la crisis, como a todo.
¿Cómo afecta la crisis a los ruedos?
La gente tiene que atender a sus necesidades básicas y, a veces, no puede costearse unas entradas para ver una corrida. Pero eso no significa que haya disminuido la afición, todo lo contrario, aumenta cada día. Tendremos que superar una racha mala, pero no durará siempre.
Usted forma parte de la Academia de las Bellas Artes de Sevilla. ¿Qué le diría a quienes piensan que el toreo no es un arte?
El toreo es arte puro. Cualquier persona sensible se da cuenta. Además, es nuestra Fiesta. Es verdad que si no se vive desde pequeño, yendo a la plaza con los padres y abuelos, puede que no se sepa. Pero en España, sobre todo en Andalucía y en el resto de plazas tradicionales, como Madrid y Barcelona, la afición nunca caerá.
¿Hay vocación de matadores también entre las nuevas generaciones?
Las escuelas taurinas están llenas de chavales que quieren llegar a ser toreros. Hay muchas ganas, aunque tienen que saber que es una profesión dura y difícil.
Está retirado desde hace una década. ¿Echa de menos los ruedos?
Ante todo, estoy en un muy buen momento personal. Me faltaban tres meses para cumplir 67 años cuando me retiré, y he dedicado toda mi vida al toreo, así que por supuesto que me gustaría seguir. Pero esta profesión no es como la de un escritor o la de un pintor, que sólo dependen de su cabeza para seguir creando. Aquí, en un cierto momento, te faltan las fuerzas. Tengo cierta nostalgia, aunque tampoco me aburro. Soy consciente de que todo llega y todo pasa.
*Publicado en La Razón.