REAL MAESTRANZA - 12ª Feria de Abril

El Fandi y su aparente facilidad

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El Fandi, con la oreja del sexto toro de Fuente Ymbro.

El torero granadino El Fandi ha cortado la única oreja concedida en la corrida del sábado de farolillos. El trofeo lo ha conseguido de un buen toro de Fuente Ymbro, lidiado en sexto lugar. Padilla lidió al otro buen toro de la tarde, el primero, pero el presidente le negó la oreja. El Cid ha sido silenciado.


SEVILLA / Corrida de toros

TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de Fuente Ymbro, serios y de bonitas hechuras. Bravo y con clase en sus embestidas, el primero; encastado venido a menos, el segundo; complicado con genio y sin recorrido, el tercero; manso y con peligro, el cuarto; manso, distraído y a su aire el quinto; encastado el buen sexto.
ESPADAS: -Juan José Padilla (de blanco y oro), vuelta tras petición y bronca al presidente,  y silencio.
Manuel Jesús ‘El Cid’ (de tabaco y oro), silencio y silencio.
David Fandila ‘El Fandi’ (de nazareno y oro), saludos y oreja.
INCIDENCIAS: Más de tres cuartos de plaza. Lloviznas en algunos momentos.


Manuel Viera.-

     Aún sigue sorprendiendo la aparente facilidad que se desprende de una forma de banderillear que fluye sin esfuerzo. Las portentosas facultades físicas, el conocimiento de los terrenos, el ‘vis a vis’ que mantiene con el toro, la fuerza concentrada, y esa manera valiente y espectacular de clavar, provocaron momentos pasionales cargados de intensidad. El Fandi ha vuelto a causar sensación con el tercio en el que basa una tauromaquia tan personal como emotiva para los que gustan de ella.

     Y hoy lo ha demostrado en sus dos toros. Sobre todo con el sexto, el buen toro de Fuente Ymbro cuyo comportamiento igualó a eso otro ‘de orejas’ lidiado en primer lugar por Padilla. David Fandila, una vez más, fue capaz de mostrar cómo se ha de banderillear. Y así pudo hacer con ellas una suerte con tanta sencillez como verdad. Con tanta precisión y dominio como grandiosidad. Fueron tres pares de poder a poder con  la puesta en escena final de parar al toro en los medios andándole para atrás. Y la gente, claro, en pie y echando humo las palmas.

     Fue lo mejor del diestro de Granada que, antes ya había lucido al quitar por zapopinas rematadas con una larga de rodillas a una mano de la que salió con apuros. Sin duda, se entregó en una faena de muleta prologada con vibrantes muletazos diestros de rodillas para atemperar, después, embestidas con templados muletazos diestros. Bajó la intensidad en  los intentos al natural para seguir alegre y bullidor con un toreo más para el contento que de la calidad. Venida a menos las acometidas del morlaco, acabó con suaves y relajados pases a derecha, el adorno del molinete y el pase por bajo. El estoconazo con el que finiquitó justificó la oreja que paseó.

     Con el complicado, por encastado, tercero dejó muestras de suavidad y ritmo a la verónica. Contundente -ya quedó dicho- con las banderillas, y difícil le fue después corregir y aumentar el recorrido de unas acometidas dudosas, desafiantes y nada claras pese a sus ganas y oficio demostrado. La espada se hundió desprendida.

     Un Padilla vital y obsesionado por el triunfo caminó decidido a hincarse de rodillas delante de la puerta de chiqueros. La limpia portagayola fue fiel reflejo de valor, técnica y saber hacer. Esperó e hizo pasar al toro por donde tenía que pasar. Clavando banderillas con aparente facilidad inundó la plaza de alegría. Quiso, con el buen primer toro de Ricardo Gallardo, encastado, bravo y con clase en sus embestidas, mostrar un toreo atractivo y clarividente, quizá, perdiendo despaciosidad para ganar en ligazón. Trazó circulares completos, dibujó el natural y acabó con un circular invertido del agrado de una gente que le pidió con pasión un justo apéndice, tras la estocada, del mejor astado de la tarde. La vuelta al ruedo fue de clamor.

     El cuarto mostró más genio que casta. Padilla expuso sus argumentos para conseguir hacerse con unas embestidas cambiantes, distraídas y peligrosas. Pero poco consiguió. De estocada acabó con él.

     El toreo diestro de mano baja fue lo más destacado en la faena de El Cid al encastado, venido a menos, segundo ‘fuenteymbro’. Aunque más en términos de calidad que de cantidad. Aun así, la muestra jalonó los mejores momentos de una lidia que decayó con la izquierda y no volvió a coger altura con la derecha. Y si alguna virtud tuvo fue la brevedad. La espada se hundió tras pinchar antes en el primer intento en una banderilla.

     Al manso quinto lo toreó despacio y con ritmo a la verónica para rematar lo hecho con media en los medios de nota. Por otra parte, al toreo diestro le imprimió temple con la derecha en una faena sólo de detalles. La ligazón no acabó de producirse y el toreo de izquierda no existió pese a la fe de El Cid por conseguirlo. Se entregó el diestro de Salteras, pero no el toro de Fuente Ymbro. Y aquí todo acabó.


AL NATURAL

Los maestrantes abandonan ‘su’ plaza

Francisco Mateos.-

     Sigo pensando que en el declive que ha tomado hace varios años la plaza de la Real Maestranza, y que no vislumbro el final, tienen responsabilidad dos partes fundamentales: Junta de Andalucía y Maestranza. Son las dos partes implicadas que pueden hacer algo por frenar la agónica decadencia; doy por hecho que los taurinos, mientras no le pongan impedimentos, seguirán campando a sus anchas. Son, por tanto, los únicos que pueden hacer algo en defensa de la Fiesta y de los aficionados en el corto plazo. Sobre la Junta de Andalucía ya me he manifestado algún día en este mismo espacio; ninguna esperanza. Ni está, ni se le espera. Y sobre los maestrantes, salvo que empiecen a dolerles el bolsillo, tampoco albergo esperanzas.

El palco de maestrantes, casi vacío hoy sábado de farolillos.
El palco de maestrantes, casi vacío hoy sábado de farolillos.

     En lo que va de Feria de Abril, tan sólo un día han llenado su amplio palco. Es una pena que los mismos dueños del inmueble no vayan a los toros. En proporción a las entradas registradas de púbico, acuden en menor grado que el resto de la plaza, con la salvedad que los aficionados pasan por taquilla y ellos no. Y eso que, además de la entrada gratuita, a los maestrantes los tienen bien atendidos en su palco: asientos amplios y espaciados, camareros uniformados con guante blanco exclusivos y bebidas sin coste,… Pero ni por esas. Es la zona de la plaza más despoblada. Recuerdo que décadas antes estaba muy lleno dicho palco. Será que los carteles y las ganaderías no le satisfacen. Tienen sus razones, pero hay que dar ejemplo.

     De todos modos, como digo, tienen sus razones para protestar ausentándose del palco. La temporada taurina sevillana es muy mejorable. Ellos son los dueños de la plaza; Ramón Valencia, el inquilino. Si yo tuviera un inmueble, lo visitaría de vez en cuando para ver cómo me lo trata mi inquilino. Y si viera que está sufriendo algún desperfecto, le llamaría la atención, con aviso de que o cumple con el cuidado máximo del inmueble o tendría que pensar en buscar nuevo inquilino…

     También hay aspectos de los propios maestrantes que deberían mejorar, y en algunos casos están obligados supongo, como dotar a la plaza de señalización interior (acceso más cercano, salidas rápidas, ubicación de extintores,…). También sería recomendable que en los pasillos interiores se dotara a la plaza de algunos monitores para que aquellos aficionados que han llegado tarde y no pueden acceder al tendido hasta acabar el primer toro, puedan seguirlo al menos desde el interior de los pasillos. Evidentemente, en pleno siglo XXI es posible compatibilizar señalizaciones, ubicación de extintores y monitores interiores con el decoro y cuidado que una plaza tan cuidada y antigua merece. La cuestión es querer. Ahora bien, si los maestrantes de la Sevilla del siglo XXI siguen viviendo en el XIX… Como se enteren las feministas que en el palco maestrante a las mujeres las apartan a un lado distinto al de los hombres…


LA VOZ DEL ABONADO

Estos no son de granja

Unión Taurina de Abonados de Sevilla.-

    Ricardo Gallardo embarca para Sevilla una corrida guapa de tipo y de caras. Los lidiados en segundo y cuarto lugar eran más terciados, pero cuando en términos generales estos toros ofrecen variedad de comportamiento, nunca manejables, estamos satisfechos porque esta casta es lo mínimo exigible. Un ‘pero’: en el caballo tienen que dar más de sí. Hubo demasiadas varas simuladas.

     Padilla, muy decidido y con esa voluntad de hierro que le caracteriza. Primero, portagayola, muy pendiente de la lidia, se entrega en banderillas y comienza de rodilla con la muleta. Torea en redondo con la derecha varias tandas que llegan al público variopinto de la tarde. Con la izquierda rebaja la calidad. Mata de estocada entera mal colocada. Petición mayoritaria que el presidente no concede. Su segundo era más respondón, pero escaso de fuerzas. Dos varas de mentira. No le gusta el toro para banderillear. En la muleta intenta dominarlo por bajo. El toro muestra problemas, quizás porque lo cita en el tercio. Debería haber intentado faena en el centro. En la raya el animal se raja y tiende a tablas. Se apaga pronto. Estocada entera.

     El Cid lancea a su primero sin apreturas. Otras dos varas simuladas. Llega el toro a la muleta empujando bien. Hay que dominarlo. El torero se emplea lo justo con la derecha, pero con la zurda nada de nada. Tenía una faena muy medida que el matador no aprovecha. En el quinto de nuevo lances fáciles sin cargar la suerte, varas simuladas y en muleta se deja ir el toro. Muchos pases que no dicen nada. Es una pena su deriva, en otro tiempo tan buen torero. Su inclusión en el cartel de hoy huele a relleno. Siempre esperaremos a El Cid.

     Fandi lancea bien a su primero. Dosifica el picador. Banderillas de la casa. Alarde de fuerza física y dominio de los terrenos, Otra cosa es clavar en la cara. Al toro hay que poderle, tenía más lidia que toreo estético. Se pierde en intentos. En el que cierra el festejo Fandi muletea con su estilo acostumbrado. Veloz, colocación a su favor, desviado, pero aprovecha a su manera las buenas embestidas del toro. Calienta el ambiente y el presidente blandengue le concede una oreja.


GALERÍA GRÁFICA (Pagés)


OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez)


LOS TOROS, UNO A UNO (Javier Martínez)


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