Las explicaciones de Pagés sobre el conflicto

Sobre Morante: «Que cada uno saque sus conclusiones»

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Los empresarios de Sevilla, durante las explicaciones. (FOTO: Toromedia)
Los empresarios de Sevilla, durante las explicaciones. (FOTO: Toromedia)

El empresario Ramón Valencia ha explicado las negociaciones mantenidas con Antonio Barrera, apoderado de Morante. El gestor de la Maestranza desvela que fue el torero el que sugirió las cinco tardes, la inclusión de Talavante en Resurrección, algunos cambios de ganaderías… para al final no aceptar ser contratado. «Sentimos que esté ocurriendo esto», concluye.

Redacción.-

     El empresario Ramón Valencia ha sido el encargado de hacer un larguísimo recorrido sobre las negocaciones, contactos, llamadas, reuniones y encuentros con los representantes de las cinco figuras que el año pasado decidieron no volver a torear más en la Maestranza bajo la contratación de los actuales empresarios.

     Sobre las negociaciones llevadas a cabo para contar en la temporada con Morante de la Puebla, Ramón Valencia explicó que «Morante, en un momento determinado del verano, le indica a un interlocutor que me llame por teléfono y me propone una reunión que tengo yo porque Eduardo estaba de viaje. Charlé con el interlocutor bastante tiempo. Hizo un montón de peticiones: unas eran admisibles y negociables, y otras no eran de recibo. Le dije en la reunión que cuando Morante quisiera una reunión con nosotros estábamos abiertos cuándo quisiera. Aquí, en La Puebla, donde quisiera…»

     El extenso relato de Valencia prosigue. «Con ese mismo interlocutor se volvió a reincidir en septiembre. Nos comentó lo mismo y se volvió a insistir que estábamos dispuestos a tener esa reunión. A primeros de diciembre, en Sicab, algún torero -se supone que Morante- se acerca a una alta institución de Sevilla -se supone que el alcalde- manifestándole el interés que tiene en que esto se arregle. Esa personalidad me lo comenta y le digo que estamos dispuestos a hacer lo que sea por Sevilla y por la afición. Nos vamos al 14 de diciembre: íbamos a empezar a trazar un planteamiento de la Feria. Ya teníamos la voluntad de venir de Manzanares, pero faltaban el resto de los compañeros».

     Según reconoce Ramón Valencia, «Morante tiene privilegios y se le dan en esta casa. Eduardo coge el teléfono en dos o tres ocasiones, pero no le contesta. Pensamos en cómo llegar a él para una reunión. Dimos con esa persona; se presta a ello y habla con José Antonio, su apoderado o la persona que le lleva la contabilidad. Le manifiesta que debemos hacer un comunicado pidiendo disculpas, aunque sea de forma ‘suave’, y que a partir de ahí él no tiene inconveniente en que nos veamos. El 16 de diciembre redactamos el comunicado y se le hizo llegar al torero a través de la misma persona. Le dio el visto bueno y que a partir de entonces ya podemos llamar a su apoderado; esto fue el 17 de diciembre. El 24 de diciembre, Manzanares comunica públicamente su decisión de torear en Sevilla. Paralelamente, Morante de la Puebla también lo hace».

     El empresario de la Maestranza aclara que «empezamos las contrataciones a partir de Reyes. El 15 de enero llamamos al apoderado de Morante -el diestro sevillano Antonio Barrera- y el 16 vino a una reunión. En esa reunión quiso recordar algo del pasado, pero no quisimos entrar en ese debate, que había que pensar en el futuro. Se le ofrecen tres corridas: Resurrección con El Juli y Manzanares, una en preferia y otra en Feria. A última hora se le ofreció también San Miguel y lo aceptó. Teníamos El Pilar y Alcurrucén, y se apuntó a Alcurrucén. Ese mismo día se habla de ganaderías. Hablamos de Juan Pedro y también pide Garcigrande y Victoriano del Río. Le comentamos que son las mismas que ha elegido Manzanares, recordándole que los toreros tienen que abrirse, tanto uno como otro y se le ofrece el resto de corridas que hay. Hizo hincapié en esas corridas y le dijimos que llamaríamos a Manzanares para que dejara una, pero que él tenía que dejar otra. Sabíamos que Juan Pedro no la iban a dejar ninguno de los dos. Dejamos aquello medio hilvanado…».

     A los tres días, el 19 de enero, «volvimos a reunirnos. Se le comentó que Manzanares había dejado Garcigrande y se apunta a ésta. Nos dijo que si viene a San Miguel quiere una quinta corrida. Le dijimos que sí. Ahí no hubo discusión ninguna. Nos estaba haciendo un favor y se lo estábamos agradeciendo. En la quinta corrida tenía la duda de coger Cuvillo o Jandilla. Le insisitimos en Montalvo, pero quedaron en ver las otras corridas en el campo y en contestarnos después. Eso fue el día 19 de enero. Paralelamente nos pregunta si vamos a hablar con El Juli y Perera. Le dijimos que sí, pero hasta que no se situara él con las ganaderías no hablaríamos con el siguiente. Eso es tradición de esta casa y creemos que no nos equivocamos».

     El 29 de enero se produce una nueva reunión con el apoderado de Morante. «Le comentamos la decisión de El Juli de quedarse fuera de Sevilla, y nos comenta que entonces José Antonio, supuestamente, quedaba libre del compromiso que ellos tuvieran adquirido. Cerramos Resurrección, viernes de preferia, lunes de farolillos y jueves o viernes de farolillos. Las ganaderías ya estaban seleccionadas, que eran Juan Pedro, Garcigrande, Cuvillo, Jandilla y en San Miguel, Alcurrucén. Empezamos a ver a algunos compañeros. Coincidía con Manzanares en dos corridas. Se apunta algo el tema económico, pero no se le da mucha importancia. Barrera vuelve a preguntar por Perera y Talavante en esa misma reunión y cuál era nuestra idea con Talavante. Le dijimos que el último año que vino le ofrecimos dos tardes en Feria y una en San Miguel, y al final solamente quiso una tarde. Nos comentó que había oído que como no venía El Juli, a Talavante le haría mucha ilusión Resurrección. Nosotros eso lo recibimos y lo asumimos calladitos y tomamos nota».

     El 14 de febrero -cuando ya se habían caído Perera, Juli y Talavante, quedando sólo Morante pendiente-, el apoderado del torero sevillano manda un mensaje a Ramón Valencia. «No suelo comentar los mensajes pero nos venía a decir que no estaba muy contento con la situación, los carteles… que Sevilla se merecía una gran Feria y no la veía… Al día siguiente le envié un mensaje y le digo que ajustando sus carteles quedaría una gran Feria para toda la afición. Teníamos que hablar con otros compañeros esperando sus noticias. Pasa un día, pasan dos, y pasan tres… y el día 18 nos encontramos con la sorpresa de que Morante anuncia su no comparecencia en Sevilla con ese comunicado corto que ustedes tendrán en su poder. Tras ello no hemos logrado hablar con Barrera. El 21 de febrero hubo un comunicado de EMTSA y la FIT -empresa que apodera a Morante- con diez o doce puntos, y en el punto número 9 dice que deja «una puerta abierta con otros interlocutores». Pues interpreto que es un guante que nos lanza y nos creemos en la obligación de recogerlo. Al día siguiente se llamó a un compañero empresario para ser interlocutor entre Barrera y nosotros. Ese empresario llama por la noche a Barrera y se lo plantea. Me llama nuestro interlocutor y me cuenta la conversación: «Se lo he dicho Ramón, y se ha quedado sorprendido. Hablará y nos contestará…» Estamos a 3 de marzo y no nos ha contestado nadie… Hemos estado confiados de que todo se iba a arreglar. Que Morante después de tres reuniones y alguna conversación telefónica iba a matar cinco tardes. Pensábamos que iba a ser la mejor Feria de la historia. Cuando Perera te dice el primer día que no viene, pues yo lo aplaudo. Es franco y sincero y no te está entreteniendo. Esta es la verdad, absolutamente toda la verdad, y no vamos a manifestar opinión sobre ello. Que cada uno saque sus conclusiones. Sentimos de verdad que esté ocurriendo esto».


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