Arauz de Robles: «Pepe Luis nunca se creyó su propia gloria»

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Emotivo homenaje, el tributado por Aula Taurina en su primera ‘Lección Magistral’ al maestro Pepe Luis Vázquez. Santiago Arauz de Robles dictó una auténtica lección en el conocimiento de la calidad humana y torera del diestro de San Bernardo. Arauz de Robles defendió las corridas de toros, habló de los inicios del torero y repasó los tres aspectos fundamentales en los que basó su toreo Pepe Luis.


Los componentes de la conferencia-coloquio en la Maestranza.
FOTO: Sevilla Taurina.

Manuel Viera.-

     "Nunca se creyó su propia gloria", de esta forma comenzaba su discurso el escritor Santiago Arauz de Robles, con el que homenajeaba al gran Pepe Luis en el salón de carteles de la plaza de toros de Sevilla. Un homenaje, dijo, que esta ciudad le debe permanentemente. Emotivo acto en el que también participaron el teniente de Hermano Mayor de la Real Maestranza, Alfonso Guajardo-Fajardo; el presidente de Aula Taurina, Miguel Serrano; el diestro Pepe Luis Vázquez Silva; el ganadero Eduardo Miura; y el periodista Luis Nieto.

     Arauz de Robles basó su discurso en curiosos textos de poetas y escritores para recorrer la trayectoria torera y humana del diestro sevillano. "Un torero que respetaba como nadie al toro, lo lucia, le daba todas la ventajas, sobre todo en el cite, allí en el medio del ruedo, en la boca de riego… arriesgando la vida a cambio de belleza". Dijo de él que "fue la esencia, la elegancia, la transparencia en el ruedo", y afirmó que "nunca quiso ventajas en la vida ni ventajas en el toro". El escritor terminó su breve y magistral elocución diciendo que "sería impropio de hacer una faena larga, por eso termino, a Pepe Luis no le gustaba".

     Tras el discurso participaron en el coloquio el periodista Luis Nieto, quien afirmó que "Pepe Luis fue un gran torero, pero como ser humano es único y excepcional". El ganadero Eduardo Miura no pudo controlar la emoción al evocar los recuerdos vividos con el maestro y su padre en 'Zahariche', y Pepe Luis Vázquez Silva recordó la primera y única vez que vio torear a su padre. "Fue en 'Zahariche', mientras yo me disponía a torear con el capote una de las vacas me dijo que esperara, que iba a dar los últimos capotazos de su vida. Tenia sesenta años y le pegó tres lances que tendré para siempre grabados en la memoria".

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