Sergio Ríos, un mexicano con mimbres de torero

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Sergio Ríos, un mexicano con mimbres de torero

Real Maestranza – 3ª Novillada de promoción, Jueves 17 de Julio de 2008

ERALES: Se han lidiado erales de Hermanos Garzón, Bien presentados, fuertes y de interesante comportamiento.

ALUMNOS:Javier Ortiz, de la Escuela de Espartinas, saludos.
Tulio Salguero, de la Escuela de Badajoz, saludos.
Conchi Ríos, de la Escuela 'Manuel Cascales' de Murcia, vuelta al ruedo.
Adrián de Torres, de la ESxuela de Jaén, silencio.
Daniel Muñoz, de la Escuela de Gines, silencio tras aviso.
Sergio Flores, de la Escuela 'Tauromagia Mexicana', ovación tras dos avisos.

CUADRILLAS: Se desmonteró tras parear al segundo Javier Ambel.

INCIDENCIAS: Media plaza.

Conchi Ríos y Sergio Flores protagonizaron los momentos más destacados de la tercera novillada nocturna de promoción en la Maestranza, aunque ambos fallaron con los aceros, malogrando posibles triunfos. Los novillos de Hermanos Garzón, fuertes y de interesante juego, estuvieron por encima del resto de actuantes sin que estos supieran doblegar las complicaciones que emanan de la casta y la mansedumbre

Manuel Viera.-

Desde luego que Sergio Flores, de la Escuela 'Tauromagia Mexicana', parece tener mimbres de torero. Su toreo tiene gracia y empuje. Sus formas están marcadas por la lentitud del pase y el empaque. Todo lo que hace tiene un contagioso aire de verdad que llega a los tendidos con la inmediatez de lo bueno. Quizá sea porque la Maestranza es una fuente de inspiración para los que empiezan y aquí torean. La verdad es que el joven mexicano le puso epílogo a su faena con una tanda zurda de mano baja, pase largo y rítmico recorrido que mereció alta nota.

Este mexicano de 17 años, de alta estatura y de fina figura, se plantó de hinojos delante de chiqueros para trazar una limpia larga cambiada y seguir lanceando de capa con la diversidad de los toreros de su tierra. Le planteó faena con oficio a un eral noble aunque con tendencia a la huída, por lo que le complicó la ligazón de los pases, destacando, no obstante, el temple del muletazo zurdo, la mano baja y el pase de pecho, aunque pecase de citar con la muleta demasiado retrasada. Una fea estocada precedida de pinchazo le anuló cualquier atisbo de conseguir oreja. Fue ovacionado.

La faena que no supo firmar Conchi Ríos con la espada se caracterizó por la forma de enganchar las embestidas por delante e hilvanar los pases con extraordinario temple. Fueron series diestras que levantaron el clamor del público, que jaleó, además, la raza de la joven murciana al ser empalada por el eral, levantarse sin mirarse y volver a la cara del novillo segura y con rabia. Un feo bajonazo malogró la posible concesión del trofeo, dando la vuelta al ruedo tras la petición.

Tulio Salguero, de la Escuela de Badajoz, optó por un toreo arriesgado e interesante, empleándose a fondo con un eral manso, aunque noble, serio y de astifinos pitones, en una faena interesante en la que demostró oficio y buena técnica para tapar la huidiza embestida del novillo y así ligarle buenos muletazos diestros bien rematados con los de pecho. Tras estocada caída fue ovacionado.

Demasiado complicado le resultó el eral al alumno perteneciente a la Escuela de Espartinas, Javier Ortiz, con el que intentó a base de porfiarle con ambas manos robarle algún que otro muletazo. A pesar de los molestos cabeceos del animal consiguió al natural aislada muestra de calidad en el pase y en el detalle. Estuvo breve con la espada y fue ovacionado.

Adrián de Torres tuvo en la lidia del manso y violento eral que le tocó en suerte situaciones límites que por suerte acabaron sin consecuencias. No obstante, el alumno de la Escuela de Jaén se fajó con el peor animal de la fuerte e interesante novillada de Hermanos Garzón, y pese a los continuos revolcones intentó el pase limpio sin conseguirlo. Con media atravesada y estocada finiquitó al morlaco y fue silenciado.

A Daniel Muñoz le costó acoplarse al buen tranco que mostraba su eral en los primeros campases de la lidia. Los muletazos zurdos se sucedían uno a uno sin ligazón, y los diestros no encontraron colaboración en la más corta embestida del novillo. El sevillano de Gines demostró tener buen concepto del toreo y muy mal estilo con la espada. Se eternizó con los aceros y fue ovacionado.

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