La empresa de Sevilla podría concurrir al concurso de la plaza de El Puerto

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El empreario Eduardo Canorea no esconde que la plaza portuense, que ya estuvo gestionada por su padre, es apetecible, pero esperarán a conocer el pliego y «respetaremos hasta el final el buen trabajo de nuestro compañero Justo Ojeda, un gran empresario y un amigo».


Eduardo Canorea, empresario de la Real Maestranza.
FOTO: Matito.

Manuel Viera / Francisco Mateos.-

     La empresa Pagés, gestora de la Real Maestranza desde hace más de medio siglo, podría ser firme candidata al concurso de la plaza de toros de El Puerto que se abrirá a final de temporada. Eduardo Canorea así lo ha reconocido. La plaza de toros es un coso muy apetecible para los empresarios taurinos, y especialmente por la familia Canorea, que ya gestionó este coso en la figura de Diodoro Canorea, en sociedad con Enrique Barrilaro. La familia Canorea tiene en El Puerto su 'segunda ciudad' y conoce perfectamente esta plaza y esta afición. De ahí que desde hace ya algunos años la empresa valore esta posibilidad.

     En el último concurso de esta plaza gaditana y que a final ganó Justo Ojeda, Eduardo Canorea y Ramón Valencia barajaron la posibiliad de presentar oferta pero al final lo desestimaron porque no les dejaba suficiente libertad de actuación; preferían esperar un pliego más abierto y menos encorsetado. Quizás el nuevo pliego -a final de temporada expira el contrato con la empresa de Justo Ojeda– cumpla el perfil buscado por los empresarios sevillanos y se decidan a presentar una oferta. No obstante, Eduardo Canorea puntualiza que "habrá que esperar el pliego y respetar hasta el final el buen trabajo de nuestro compañero Justo Ojeda, un gran empresario y un amigo".

     Sería toda una novedad. Diodoro Canorea sí había regentado, de forma paralela a la Maestranza, otras plazas. Sin embargo desde su fallecimento y al tomar el mando de Sevilla su hijo Eduardo y su yerno Ramón Valencia, no ha habido ninguna otra plaza en manos de la empresa Pagés. Eduardo y Ramón se han centrado completamente en el coso sevillano, poner orden y modernizar ciertas infraestructuras de la empresa que habían quedado obsoletas: oficinas, archivos, equipo de trabajo, informatización de entradas,…

     Tras haber realizado ese proceso necesario y haberle cogido el pulso a sus nuevas funciones de máximos responsables de la empresa, quizás ahora sea el momento de dar el salto a otras plazas. De todos modos, Eduardo Canorea siempre ha tenido muy claro que se haría cargo de otra plaza siempre que cumpliera tres condiciones indispensables: que el pliego le dejara margen de maniobralidad para trabajar, que las condiciones económicas fueran lógicas y que la plaza fuera de su gusto.

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