VIVIR Y TOREAR

Los engañados

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Manzanares, el único de las cinco figuras que en un año ha cambiado su palabra y se ha dejado contratar por Canorea y Valencia.
Manzanares, el único de las cinco figuras que en un año ha cambiado su palabra y se ha dejado contratar por Canorea y Valencia.

«…Pobrecitos los engañados, que ahora se encuentran con que tienen que demostrar su verdad. El pobre de Eduardo y su cuñado tienen un papelón por delante. Y otro, no menos grande, Manzanares. ¿Quién ha sido el listo que ha engañado durante dos meses a Canorea haciéndole creer que los toreros iban a faltar a su palabra? Seguramente, a estas horas, Josemari verá en la Maestranza el patíbulo mismo…»

Javier Hernández.-

     La película que el pasado año le puso a huevo a Berlanga el impetuoso Canorea se ha tornado en una pesadilla para todos. De la mofa del limbo, la parra y el Senegal a la tragedia de hacer sangrar a la Maestranza con motosierra. La película tiene su trama, sus personajes, el resumen y sus detalles, que en la sinopsis no salen pero son definitivos para el desenlace. Conocen el resumen, el inicio y desenlace. Los entresijos son los que hacen la trama. Y a esos vamos.

     Pagés, que es decir Canorea y cuñado, se arrepintieron de lo hecho y pidieron perdón para que las cinco figuras disidentes volviesen a la Maestranza. Y en estas ha debido de llegar un lazarillo, como aquel de la novela que en Salamanca le daba luz al ciego, que lo guiaba, que marcaba el camino y que le quitaba la hogaza de pan y el queso. ¿Quién habrá sido el lazarillo capaz de liar la que ha liado? ¿Quién habrá sido capaz de embaucar a Pagés para dejar la Feria en este punto?

     Ese mismo lazarillo también tiene que haber guiado a Manzanares, que es un tío que ve pero ya saben el refranero: «no hay ciego peor que el que no quiere ver». Y Manzana muchas veces ve y otras, así, como de repente, se le nubla la vista. Por eso se cree él que necesita del lazarillo y sus zascandilerías ¿Quién será el desalmado que le echa a las espalda a Manzanares el peso de toda la Feria de Abril 2015 desde cuatro meses antes?

     ¿Quién habrá sido el lazarillo vestido de guía, de hombre conciliador, de hombre bueno, de amigo de sus amigos? ¿No será que como aquel Lázaro de Tormes la tenía tramada a la vez que clavaba su vista en el queso y en la hogaza de pan, todo para él?

     Ciegos míos, para que todos tengamos futuro hemos de unir nuestras fuerzas. Tú, Manzanares, tranquilo, que todos tus compañeros están locos por volver a torear en la Maestranza, por quitarte tu trozo más tuyo. Y tú, Eduardo, tranquilo, que una vez que anunciemos que Josemari torea, vienen todos como locos a contratarse, que son unos peseteros y dos años sin llevárselo de aquí no lo aguantan… Y anúncialo, hoy, sin esperas, que se la desayunen en Nochebuena y verás. ¿Será posible alguien con tanta habilidad en el siglo XXI? ¿Quién sería el truhán lazarillo que la lía así y, para que ninguno de los engañados y cieguitos pudiese recular en sus pensares, lo manda anunciar en Nochebuena? ¿Quién?

     El pobre de Canorea se puso a negociar, convencido de que el lazarillo llevaba razón y fue encontrando piedras inesperadas. El no de dos tíos de palabra: Juli. Perera. El no de Talavante. Rezad para que Morante diga sí. Tic, tac… Una margarita. Sí, no, sí, no. Mensajes del ciego que no es ciego pero que no quiere ver, mensajes de vente conmigo, José Antonio… Pero la margarita, la razón, la palabra, la ausencia de cambios y el tufo a jugarreta del hombre de negro, de ese lazarillo, de ese hombre misterioso, han obligado al no.

     Pobrecitos los engañados, que ahora se encuentran con que tienen que demostrar su verdad… El pobre de Eduardo y su cuñado tienen un papelón por delante. Y otro, no menos grande, Manzanares.

     ¿Quién puede salvar esta Feria de Abril? ¿Cómo ha de hacerse? ¿Quién ha sido el listo que ha engañado durante dos meses a Canorea haciéndole creer que los toreros iban a faltar a su palabra? ¿Quién puede estar interesado en todo eso? ¿Quién puede convencer al bueno de Manzanares para que tenga ahora que echarse a la espalda toda la responsabilidad taquillera de todo un abono sevillano si eso es imposible que lo consiga un solo nombre? Ni don Juan Belmonte resucitado es capaz de salvar el abono él solito. ¿Quién convence a Manzanares? ¿Con qué mañas? ¿Vuelve al escenario de tus sueños? Seguramente, a estas horas, Josemari verá en la Maestranza el patíbulo mismo.

     ¿Quién es el que sale ganando de todo esto? ¿Quién tiene la Feria en sus manos para hacer y deshacer? Pobres engañados. Menuda papeleta les queda. ¿Quién habrá sido el lazarillo que tiene ahora toda la hogaza y todo el queso para él? ¡Cómo recuerda a Barcelona! Nombrar Barcelona y la Maestranza de Sevilla en la misma frase da escalofríos. Quedará rezar para que no vuelva a vencer el diablo. Pobres engañados. Pobres de nosotros. Magistral, lazarillo, su forma de quedarse con toda la hogaza y todo el queso. Que aproveche.


*Publicado en el blog ‘Vivir y torear’.


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