Daniel Araujo, expresividad y sabor

Daniel Araujo ha cortado la oreja de más peso de la tarde de promoción en Utrera. También pasearon un apéndice los noveles Miguel Ángel León y Fernando González. Israel Diánez, Miguel Falcón y Alejandro Jiménez fueron silenciados en sus respectivos erales de la casa Guardiola.

Manuel Viera.-

     Se ha echado de menos, quizá, la necesaria evolución en algunos de los que cumplen el primer trienio como noveles aspirantes. Incoherencia que resultó tediosa en una tarde de escaso contenido en el ruedo, y máxime si los erales de los Herederos de Salvador Guardiola permitieron el toreo y el disfrute. Y es que el objetivo de llegar, o no, se consigue a golpe de sinceridad, no de adulaciones engañosas que sólo conducen al fracaso. En esto hay que estar si se vale para estar. Se es torero, o no se es. No vale la ilógica prolongación de un oficio, difícil y complicado, si las aptitudes no lo permiten.

     Así las cosas la tarde se tornó ilusionante cuando la noche se hacía y Daniel Araujo supo estar a la altura de las circunstancias con un eral algo descompuesto en sus embestidas y al que supo entender a la perfección. Faena medida, de exquisita compostura en el toreo diestro hasta conseguir templar embestidas, torear despacio, hilvanar los pases e imprimir empaque a un trasteo con el que demostró un considerable avance en su clásica tauromaquia. El utrerano gustó y se gustó con expresividad y sabor, y tras dejar una estocada casi entera y trasera consiguió la oreja de más valor de la tarde.

     Miguel Ángel León, asentado y muy puesto, le imprimió buen gusto al toreo de capa, y demostró técnica y claridad de ideas con un eral encastado y complicado con el que consiguió bajar la mano y ligar los pases en un toreo de calidad. Mató de estocada trasera y caída paseando un apéndice.

     Con la oreja del cuarto, un buen eral aunque con tendencia a irse de las telas, paseó el ruedo Fernando González tras faena discontinua y escasa de reposo. El utrerano apostó por los detalles durante un trasteo en que destacaron un par de naturales con sustancia. Pinchó antes de dejar una estocada delantera y caída.

     Israel Diánez le echó poder a otro buen eral noble y repetidor de Jaime Guardiola. Muy asentado y con enorme quietud se mantuvo seguro en una faena de mano baja y perfectos muletazos rematados por debajo de la pala del pitón. Sí tiene que corregir esa tendencia hacia fuera en los remates de pecho, tener más sentido de la medida e eliminar los aspavientos en el ruedo. El mal manejo de los aceros le privó del posible trofeo.

     El mejor eral de la tarde, noble y bravo, le tocó en suerte a Miguel Falcón, al que con su peculiar estilo lo toreó genuflexo por bajo en un comienzo de faena esperanzador. Después le costó demasiado atemperar las exigentes embestidas del “guardiola” en una faena de enorme voluntad por agradar, de poco contenido, medios pases, y algún que otro detalle con sabor en el adorno. Lo peor, los aceros, con los que se eternizó.

     Alejandro Jiménez tampoco tuvo su tarde con un noble eral sin problemas añadidos. Faena larga, de exagerada cantidad de pases e insulsa. Algún que otro natural de buen trazo y poco más. Con la espada muy mal.