El matador de toros colombiano Luis Bolívar se ha alzado con la única oreja del pobre y aburrido festejo, lograda en el sexto de la plomiza tarde por una faena vibrante e inteligente. Sobre la afición de Sevilla afirma, muy expresivo, que es «gloria bendita». Juan Bautista y el sevillano Antonio Barrera se marchan de vacío de su único paseílo en el ciclo ferial.
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Rdacción.- El matador de toros Luis Bolívar analizaba para la cadena Cope su actuación en la Maestranza. "¡Qué pena que el primero no haya ayudado!, ha tenido transmisión pero le ha faltado muchas cosas. Lo importante es que se ha visto la disposición y el momento que quiero llegar a encontrarme". Por otra parte, Bolívar sabía que esta tarde era importante y esta plaza más todavía; "en estos sitios hay que darlo todo y más todavía". Para Luis ha sido una tarde importante porque "he intentado hacer las cosas como las siento y como más o menos intento trabajarlas y expresarlas, y además son sitios claves para que la temporada vaya fluyendo". Por último, se mostraba muy feliz por la afición; "esto es gloria bendita". Por su parte, Juan Bautista se mostraba decepcionado por su lote. "Mi primer toro ha tenido buena clase con el capote, luego se ha venido a menos y la voltereta le ha hecho mucho daño y se ha venido a menos rápidamente. El segundo ni con el capote, lo ha protestado la gente y yo quería que se cayera más para que saliera el sobrero". Bautista afirma que "no ha habido posibilidad, la gente aquí es muy aficionado y se ha dado cuenta desde el principio que el toro no iba a valer". El diestro, que venía con muchas ganas de triunfar en esta plaza, comenta que algo se ha podido ver "lo poquito que me han dejado hacer, el primero con el capote con el que he dado cuatro o cinco lances a gusto y he sentido la respuesta del público". Mucho más disgustado se marchaba el sevillano Antonio Barrera, tras ser silenciado en su lote: "He venido con toda la ilusión del mundo y ha sido imposible. Creo que lo ha visto todo el mundo, me he estrellado con dos toros que pegaban 300 cabezazos, no se les podía meter mano. He estado con ganas, pero todo ha sido muy deslucido".
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