Miguel Ángel Delgado paga con sangre una bellísima faena

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Miguel Ángel Delgado paga con sangre una bellísima faena

El Castillo de las Guardas – Novillada de Feria, Sábado 11 de Agosto de 2007

NOVILLOS: Se han lidiado novillos de la ganadería de Peñajara, manejables en distintos grados a excepción del primero, complicado.

NOVILLEROS: -Alejandro Sánchez, de celeste y azabache, silencio, palmas y silencio.
-Miguel Ángel Delgado, de celeste y oro, dos orejas y rabo y cogido.
-Julio Parejo, de verde manzana y oro con cabos negros, dos orejas y una oreja.

INCIDENCIAS: Tres cuartos de plaza. Delgado ha sido operado de "herida por asta de toro en la cara interna de la unión del tercio medio con el superior de la pierna izquierda, con dos trayectorias: una ascendente de 10 centímetros y otra posterior de 8 centímetros, que diseca panículo adiposo, safena interna y dislacera aponerosis superficial. Se procede a la sutura de la herida dejando drenaje. Pronóstico: menos grave".

Sufre una cornada de su primer novillo de Peñajara. Es su bautismo de sangre a sus 17 años recién cumplidos. Le ha cortado las dos orejas y el rabo al novillo que lo ha herido. Julio Parejo, con buenas maneras, cortó tres orejas. Discreta actuación de Alejandro Sánchez.


Secuencia completa de la cornada de Miguel Ángel Delgado.
FOTO: Javier Martínez.

Francisco Mateos.-

La novillada de El Castillo de las Guardas -segundo festejo programado en su Feria junto con la corrida del día anterior- tuvo un único protagonista: Miguel Ángel Delgado. El torero de Écija pagó con sangre una bella faena de dos orejas y rabo. Fue en su primer novillo, el segundo de la tarde. Buen astado de Peñajara, con movilidad y nobleza, que fue un perfecto material para que Delgado mostrara su toreo ambicioso que aspira a lo más alto. De capote se gustó en lances jaleados por los tendidos. La faena fue de menos a más siempre. Unos primeros muletazos técnicos para someter al astado, un tanto brusquito y con 'gas', y después comenzar la bella sinfonía de una melodía taurina que sonaba a la perfección bajo la batuta de Miguel Ángel Delgado. El torero va a más en la temporada, mucho más rodado y hecho. Su toreo gana en reposo y relajación, en profundidad. Acaba de cumplir 17 años en junio pasado y son de esos niños-prodigios que están llamados a ser un torero importante de Sevilla.

Las tandas por el


Justo antes de la cornada dejó muletazos así de buenos.
FOTO: Javier Martínez.

derecho ganaban en calidad, muy largos, pero lo mejor llegó con la zurda, en unos naturales perfectos, con excelente juego de muñeca. En las postrimerías de la faena, cuando el torero estaba muy a gusto, antes de cuadrar al toro, quiso desparramar más toreria y llegaron unos doblones por bajo de ensueño. Qué belleza de muletazos, una obra plástica en movimiento.

Fue en uno de esos doblones cuando cambió la suerte de Miguel Ángel, cuando el toro se le venció y le alcanzó en la rodilla genuflexa de salida del doblón, la izquierda, levantándolo en el aire y encampanándolo, cayendo de mala forma el novillero. El de Peñajara lo buscó con saña y cuando se levantó ayudado por su cuadrilla se vio que estaba herido. Con un torniquete en la pierna izquierda, el torero montó la espada y agarró una estocada. Aguantó hasta que cayó el novillo pero no pudo recoger las dos orejas y el rabo al ser trasladado a la enfermería. Allí fue operado de una cornada menos grave, su bautismo de sangre. Íntima la imagen del interior de la enfermería con


Julio Parejo, notable actuación.
FOTO: Javier Martínez.

su director artístico, Tomás Campuzano, desvistiendo con celeridad al torero para que fuera operado por vez primera por una herida de asta de toro. De torero a torero en la cruz de la Fiesta. No pudo matar el segundo.

Es de justicia destacar también la labor de Julio Parejo. El exremeño cortó dos orejas a su primero y una más a su segundo. El novillero de Badajoz tiene un buen corte de toreo. Se gusta en los muletazos, carga la suerte y gira la cintura buscando la largura del derechazo. Aprovechó a sus dos novillos con sendas faenas templadas y de estimable nota. Hay que tenerlo en cuenta y seguir su temporada.

Alejandro Sánchez mató tres novillos -se hizo cargo del segundo del lote de Delgado- y sin embargo no logró trofeo alguno. Una labor discreta la del malagueño, con pocos pasajes para el recuerdo. Quizás en el primero tuviera el argumento de un animal brusquito y complicado con el que tomó precauciones, pero los otros dos pudo haber estado mejor, con demasiados enganchones y tropiezos en la muleta y sin terminar de acoplarse.

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