REAL MAESTRANZA - Domingo Resurrección

Nada pasó

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Andrés Roca Rey, con la oreja ganada hoy en Sevilla.

La corrida inaugural de la temporada sevillana comenzó con cuarenta minutos de retraso debido a la lluvia caída justo antes de su comienzo. Oreja para Sebastián Castella en el segundo y para Roca Rey en el tercero de la tarde. Morante se estrelló con el peor lote de la decepcionante tarde. Descastada corrida de Hermanos García Jiménez.


 SEVILLA / Corrida de toros 

TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de Hermanos García Jiménez, aceptables de presentación, nobles y descastados. El tercero, de Olga Jiménez, lidiado como sobrero; y el sexto, de Román Sorando, lidiado por malograse en chiqueros el titular de Hermanos García Jiménez.
ESPADAS: –Morante de la Puebla (de grosella y oro), silencio y silencio.
Sebastián Castella (de azul y oro), oreja y silencio.
Andrés Roca Rey (de verde y oro), oreja y silencio.
CUADRILLAS: Destacaron en banderillas Curro Javier y José Chacón.
INCIDENCIAS: Lleno de ‘No hay billetes’. La corrida empezó con tres cuartos de hora de retraso motivado por el arreglo del ruedo tras la lluvia caída. Sonó al inicio del paseíllo el himno nacional.


Manuel Viera.-

     Las sensaciones son únicas. Las expone la Maestranza cada Domingo de Resurrección. Son credenciales inapelables para oler, mirar… y escuchar saboreando el singular aspecto de una plaza que declara emociones. Algo que va más allá de una tarde de toros. Estar en sus tendidos y gradas no constituye sólo el breve sueño de la ilusión, sino la oportunidad de contemplar actitudes que pueden llegar a ser gloriosas por todo lo que en su ruedo pase, y que adquiere la importancia que los protagonistas le otorgan.

     Todos ofrecieron pistas acerca de sus intenciones, pero nada pasó. Se truncó la tarde metida en lluvia cuando el reloj maestrante marcaba las seis y media de la tarde. Una cortina de agua caía sobre el inmaculado albero hasta llegar a convertirlo en barro. Barro que la cuadrilla de areneros retiraron de inmediato sustituyéndolo por nueva arena. De todas formas, el primer toro no salió al ruedo hasta las diecinueve y quince horas. De ahí hasta las veintiuna treinta pasaron tres largas horas de espectáculo anodino e insoportable.

     Algo ha de cambiar. Urge adoptar las corridas de toros a la época que ha tocado vivir. Se hace necesario para el toreo y, sobre todo, para la gente que aún se emociona en una plaza de toros. Aunque en la tarde de Resurrección el deseado goce se convirtió en triste desilusión.

     Sin embargo, a veces, ocurre, de inmediato, inesperadamente, que quien deambula por el ruedo trazando pases, y pases, se topa con el talento y brota el toreo. Le sucedió a Castella con el segundo toro de Hermanos García Jiménez. En ese instante preciso nació el toreo. Tan efímero, tan impecable, trenzado con esa izquierda virtuosa y dominante empeñada en romper el plano de lo infinito. Lo real del irreal, lo visible de lo invisible, lo posible de lo imposible. Un ramillete de naturales obraron el milagro en una lidia cuajada de intermitencias. Es lo único que se recuerda de la maratoniana tarde de toros. Después de eso, nada. El diestro francés le cortó la oreja a este su primer toro y nada de interés se le recuerda con el soso y parado quinto.

     Roca Rey también paseó un apéndice del sobrero de Olga Jiménez lidiado en tercer lugar tras devolución, por falta de fuerzas, del toro titular. Muletazos con tendencia hacia afuera marcaron el inicio de la lidia para conseguir, después, templar las nobles embestidas del buen toro. Faena que fue crescendo hasta conseguir hilar con la izquierda detalles de calidad. La estocada hizo el resto y la petición fue considerada por un palco que no se metió en complicaciones. Al sexto, un toro de Román Sorando sorteado como sobrero, lidiado por malograrse en los chiqueros el de Hermanos García Jiménez, le bajó la mano, le exigió, pero el toro no le respondió. Lo intentó hasta cansar a un público deseoso de abandonar la plaza después de tres horas de estar sentado sobre ladrillos.

     A Morante, que se ha convertido en figura de culto dentro del panorama taurino actual, se le esperaba y se soñaba su toreo. Lo han hecho responsable máximo de una Feria que se quiere vuelva a ser suya. Hoy no ha sido posible iniciar su cima. Sosería y nula calidad mostró el primero. Detalles, sólo de detalles, que ustedes pueden imaginar. Enormes ganas le puso a la lidia del cuarto, un descastado animal, parado por agotado, Volvió a deslumbrase la torería y ese hacer diferencial. Con la espada, mal


 AL NATURAL 

Aguado comienzo de temporada

Francisco Mateos.-

     Arrancó la temporada sevillana como arranca tantas veces: sin nada apenas que reseñar. Los aguados toros de García Jiménez, ayunos de bravura y fortaleza motora, fue el principal escollo -como tantas veces- para que la tarde no tuviera emoción. Emoción, que palabra… Tan diluida está de bravura y fuerza la cabaña ganadera que difícil es toparse con una tarde emocionante. La lluvia retrasando el comienzo del festejo casi 45 minutos, la pesadez de los tiempos muertos y el frío de la húmeda tarde hicieron el resto para un festejo de olvido. Entre lo positivo, que estuvo Morante, despejando las dudas -creo que hasta la propia suya- sobre si retomaría la temporada tras dos semanas de retiro. Estar, estuvo; pero sólo él sabrá si está con el fondo emocional que necesita un artista para crear y corresponder a esa enorme masa de fieles seguidores sevillanos y foráneos que sienten el toreo según Morante.

     Sendas orejas se llevaron Sebastián Castella y Roca Rey. Es evidente que llegaron a Sevilla para apostar por la tarde. Justificaron su condición de ‘referencia top’ de la nómina de matadores de toros actual. Las condiciones en que quedó el ruedo, a pesar del denodado esfuerzo de los operarios de la plaza, seguro que influyó también en el desarrollo de las faenas.

     En sexto lugar saltó al ruedo el segundo sobrero, de Román Sorando. Estaba anunciado un astado de García Jiménez. Nada se anunció por megafonía. ¿Para qué la megafonía si no para informar de incidencias o cambios que interesen al aficionado? En un principio pareció en la plaza que los operarios de los chiqueros se habrían confundido de portalón y dieron suelta por error al segundo sobrero (ya se había lidiado el primero). Pero como Roca Rey salió a capotearlo, era evidente que estaba todo en orden. No llegó explicación en la plaza. Se supo con el tiempo que el sexto toro estaba echado en chiqueros y no se levantaba. Habrá que analizar qué ha pasado. Es raro. El delegado de la Junta en Sevilla, Ricardo Sánchez, y su equipo de presidentes no son fiables de información correcta y real, contrarios a la transparencia informativa. La Junta de Andalucía debe informar sobre qué ocurrió con ese astado, qué le había pasado y cómo ha salido finalmente de ese chiquero. Demasiado dormilón.


 GALERÍA GRÁFICA (Pagés) 


OTRAS IMÁGENES (Pagés)


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