REAL MAESTRANZA - 3ª Ciclo de San Miguel

El toreo de Luque en el emotivo adiós de El Juli

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Julián López 'El Juli' atraviesa el ruedo de la Maestranza, recogiendo su última gran ovación.

El madrileño Julián López ‘El Juli’ se despidió de los ruedos con honores de «¡torero! ¡torero!» y el reconocimiento de la Real Maestranza. Gran tarde de Daniel Luque, que corta dos orejas y rozó la salida a hombros por Puerta del Príncipe. Sebastián Castella fue ovacionado. Corrida noble pero mansa de la ganadería de Garcigrande.


 SEVILLA / Corrida de toros 

TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de Gracigrande, aceptables de presentación, nobles y mansos. Noble y rajado el primero; de sosas embestidas el segundo; noble y encastado el tercero; noble pero sin fondo el cuarto; muy soso el quinto; noble y sin fondo el sexto.  
ESPADAS:Julián López ‘El Juli’ (de burdeos y oro), silencio y oreja con petición de la segunda.
Sebastián Castella (de azul marino y oro), saludos y silencio.
Daniel Luque (de verde y oro), dos orejas y saludos tras petición.
CUADRILLAS: Se desmonteraron gtras parear Rafael Viotti e Iván García. También saludó José Chacón por una gran brega.
INCIDENCIAS: Lleno de ‘No hay billetes’.


Manuel Viera.-

     Se ha ido con todos los honores quien ha estado dos décadas y media mandando en el toreo. Desafiando las elementales reglas del juego. Una forma de jugarse la vida a modo de tirasoga entre lo humano y lo animal. Entre la inteligencia y la fuerza bruta. Entre el arte y la bravura. Y así, tarde a tarde, fue buscando la fluidez de su toreo, el tono determinante y reposado con el que otorgó a su tauromaquia el toque pasional deseado. Todo ha terminado en un magisterio plenamente maduro. En feliz viaje sin nostalgia por el toreo de siempre. Ese que otorga coherencia y verdad con respuestas a la sensibilidad.

     Julián López ‘El Juli’ ha hecho mucho ruido en veinticinco años de matador de toros, y le ha metido gas al motor de la Fiesta. Un talento mostrado desde chiquillo cuando aún soñaba con ser torero. Cuando jugaba al toro con la fantasía de hacer real una historia que ha marcado su vida. Linda historia que ha llegado a su fin con demostrada eficacia.

     Porque Julián ha vuelto a apostar, en la tarde del adiós, por un toreo firme magistralmente trazado con la izquierda, enlazado y con secuencias de lo mejor de una tauromaquia con estilo muy propio. Lo hizo con el cuarto toro de Garcigrande, noble y flojo, al que recibió con una larga cambiada hincado de rodillas en los medios para seguir lanceando a la verónica con ritmo y cadencia. Después, el recorrido del muletazo diestro tuvo la despaciosidad de fondo y la facilidad para embeber la noble y desfondada embestida. Los naturales de frente, excelsos; y los pases de pechos, de notable ejecución. Con su peculiar estilo de matar hundió la espada y un público entregado lo premió con una oreja que paseó en apoteósica vuelta al ruedo.

     Con el manso primero sólo lució en un templado y genuflexo inicio de faena. Un toro de acometidas complicadas que buscó las tablas en el ecuador de la faena. Con los aceros se eternizó.

     Sin embargo, la tarde fue de Daniel Luque. Inmenso el sevillano en su hacer con el tercero de la tarde. Un buen toro que le permitió torear con el capote parando el tiempo. Fueron sólo dos verónicas, pero estremecedoras por la lentitud del lance. Hizo el toreo con una intensidad apabullante, con el que expresó su tauromaquia y su valor. Un toreo que debería bastar para confirmar que lo hecho fue mucho más que un muletazo diestro y un natural. Fue faena dotada de argumentos, de muletazos en redondo hilvanados con cambios de mano excelsos. De un toreo de izquierda a la vez claro, hondo y preciso. Naturales que se perfilaron como fuente de inspiración tan emotivos como sentidos. Una lidia medida que finiquitó con contundente estocada. Las dos orejas fueron demostrativas del hacer de un gran torero.

     El noble sexto se quedó sin fuelle muy pronto. Aquí su toreo fue más profundo, despacioso, con el compás más abierto, hasta que el toro se le paró y no hubo más.

     Castella sustituyó al lesionado Morante. Lo hizo después de salir el día anterior por la Puerta del Príncipe. Y creo que se equivocó. De todas formas, vino a demostrar que lo conseguido horas antes no fue producto de la casualidad, pero no tuvo toros para demostrarlo, y cayó en la monotonía de pases sin fundamento en la lidia del noble y soso quinto. Al segundo, que acabó rajado, lo veroniqueó con lentitud después de recibirlo en los medios con las dos rodillas en tierra. Y poco más. Faena ligadita, sin mando y sin convencer. Con la espada, bien.

     El Juli se despidió de los ruedos en la Maestranza con la sencillez de una figura del toreo. La mayor de la suerte en su nueva vida.


 AL NATURAL 

El Juli tiene que continuar en la Fiesta

Francisco Mateos.-

     Se va un torero que ha marcado la reciente historia del toreo. Un torero que lo ha dado todo, sacrificando una niñez al ser torero precoz, una juventud y proyectando una imagen moderna, actualizada y respetuosa de la Fiesta fuera de ella. Con sus virtudes taurinas (gran mayoría) y sus defectos, pero que ha sido fiel al toreo, que le ha dado grandeza en bastantes ocasiones a la Fiesta y que ha sabido tirar del toreo hacia adelante, cargándolo -si era necesario- a sus espaldas.

     Numéricamente es muy difícil igualar su palmarés. Un torero de enorme regularidad. Sevilla le ha reconocido hoy, en su postrera tarde, tanto sacrificio y entrega por la Fiesta. La relación de El Juli y Sevilla ha sido larga e intensa.

     A Luque le ha cerrado la Puerta del Príncipe hoy Castella. Ayer, un palco generoso y sin criterio, arrastrado por un público sin respeto a la historia de la Maestranza, le concedió generosamente a Castella la Puerta del Príncipe. Tan unánime y tan contundente ha sido la valoración de la prensa en este sentido, que el presidente de hoy se ha puesto en plan serio y rígido, rompiendo el criterio _que nunca lo hay- de su compañero de ayer, y Luque ha pagado los platos rotos. Lo de los presidentes y veterinarios en Sevilla huele a podrido hace años. El PP taurino lo está haciendo aun peor que el anterior PSOE. Ni el más mínimo interés por mejorar la Fiesta en Andalucía, sino sólo por mejorar sus posiciones privilegiadas en el callejón.

     Se va El Juli. Deberá asumir ahora una nueva responsabilidad por y para la Fiesta. Es un torero totalmente capacitado para ser abanderado de la Fiesta fuera de los ruedos. Está preparado, es capaz de transmitir y ofrecer una imagen del toreo de una nueva generación, más moderna y abierta, pero respetuosa con la Fiesta y su historia. El Juli debe ejercer como estandarte de esa defensa y puesta en valor del toreo fuera de los ruedos. Ojalá se decida.


 GALERÍA GRÁFICA (Pagés) 

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