REAL MAESTRANZA - Final novilladas promoción

Antonio Medina, dos orejas y triunfador del ciclo

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El novillero Antonio Medina, sevillano pero afincado en Zafra y de la Escuela de Tauromaquia de Badajoz, ha cortado dos orejas y gana la final del Ciclo de novilladas de promoción en la Maestranza. Los sevillanos Jesús Muñoz y Juan Márquez, ambos silenciados, clasificados en segundo y tercer lugar.

LA FICHA

ERALES: Se han lidiado erales de la ganadería de Juan Antonio Ruiz ‘Espartaco’. Aceptables de presentación y desiguales de hechuras y juego. Mejores tercero y cuarto.

NOVELES: -Juan Márquez (de Sevilla), de celeste y oro, silencio tras aviso y silencio.

Jesús Muñoz (de La Puebla del Río), de tabaco y oro, silencio tras aviso y silencio.
Antonio Medina (de la Escuela de Badajoz), de azul y oro, oreja y oreja tras aviso.
 
CUADRILLAS: Saludó, tras parear al quinto, Manuel Larios.
 
INCIDENCIAS: Final del ciclo de novilladas de promoción. Tres cuartos de plaza.

 

Antonio Medina, triunfador del Ciclo de novilladas de promoción. (FOTO: Arjona)

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Arjona
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Manuel Viera.-

     Antonio Medina se llevó al final el gato al agua porque consiguió las orejas que contienen los puntos que desequilibran la balanza. Puntos de ganador de un ciclo de escasa calidad artística en sus actuantes que, quizá, quien más la mostró no mató, no consiguió el apéndice, no pasó, y se quedó sin opción al triunfo final. Sin embargo, fue el sevillano perteneciente a la Escuela Taurina de Badajoz quien supo apostar para ganar y ganó. Tiene valor y una actitud encomiable que muestra sin importarle lo que le sale por la puerta de chiqueros.

     Con aplomo, y mostrando su ya aprendido oficio, dejó detalles de su concepto durante la lidia del noble tercero de Espartaco, un eral que en la distancia larga mostró calidad en su embestida. Medina le compuso faena con ambas manos sin demasiado contenido. Más entonado con la izquierda, el trazo al natural resultó largo y más hilvanado, aunque con esa tendencia de desplazarlo hacia fuera. Al final resultó un trasteo de menos a más que epilogó con bernardinas y acabó con media estocada que le valió para conseguir la oreja.

     Apéndice que ganó también tras la lidia al sexto, un eral manso, distraído, que acabó en las proximidades de chiqueros. Al sevillano, residente en Zafra, no le importó las complicaciones del novillo y se entregó con capote y muleta con total actitud utilizando su valor para superar la prueba. Y como sabe que no hay que esconderse cuando toca estar allí, allí se quedó, quieto, para echarse la muleta a la espalda y esperar la acometida del novillo que, en dos ocasiones, casi se lo lleva por delante. Faena desigual, con algún que otro natural de trazo largo y en línea, que no supo rematar con la espada. Así y todo, su inmensas ganas fueron premiadas por el público agradecido.

     Jesús Muñoz le pudo al complicado segundo ejecutando el mejor toreo de la noche. Por dos veces le arrolló de forma brutal cuando le citaba desde los medios en el intento del pase cambiado por la espalda. El eral embistió al bulto y los encontronazos fueron de órdago. De todas formas, supo el aspirante de La Puebla del Río superar las dificultades de la embestidas para conseguir un toreo diestro de mano baja, templado, ligado y bien rematado con los obligados de pecho. Con el natural cadencioso, de lento trazo y rematado hacia dentro, terminó de exprimir una acometida que al final hizo buena. Se eternizó con el descabello y todo quedó en un inservible silencio.

     Con el deslucido quinto no hubo entendimiento. Faena muy punteada, sin contenido, que acabó con una estocada casi entera y un descabello.

     Desprovisto de bravura, feo de hechuras, de embestidas descompuestas, resultó el primero. Poco, muy poco, pudo hacer Juan Márquez con el complicado novillo. El hijo del banderillero Juan García lo intentó con ambas manos sin conseguir lucimiento en una faena desigual y punteada. Tras dejar la estocada casi hundida le silenciaron lo hecho.

     El noble cuarto le permitió la muestra de la bien trazada verónica. Así y todo no consiguió, después, con la muleta hilvanar faena. La lidia transcurrió con demasiada intermitencia y escaso toreo fundamental. Sólo algún que otro natural llevó el sello de su esperanzador concepto. Pese a matar con prontitud fue silenciado.

     Al final del festejo el jurado, formado por los asesores artísticos del palco presidencial, designó triunfador del ciclo y ganador del traje de luces a Antonio Medina. Segundo clasificado, y ganador del capote de paseo, Jesús Muñoz. Tercer clasificado, y ganador del capote de brega, Juan Márquez.


 

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