GALLEANDO

Utrera

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Vista exterior de la plaza de toros de Utrera durante su construcción.
Vista exterior de la plaza de toros de Utrera durante su construcción.

«…Se equivoca quien crea que por motivar su referente lo que dice resulta fácil de entender. Nada de eso. No se comprenden posiciones tan inconexas de unos dirigentes que, por el solo hecho de serlo, se creen en posesión de la verdad y con legitimidad política y moral para prohibir trinchando la libertad individual. La libertad de unos padres a educar, a motivar, a decidir…»

Manuel Viera.-

     No deja de ser una sandez. Un insólito proceder en el que se mezcla la sinrazón con el protagonismo más absoluto de los que mandan. Un proceder vicario y distorsionado que va en contra de la propia historia local. Una nueva cultura ruptural. Una bacanal de la verborrea política. Una decisión a destiempo de los que arriesgan aportando lo absurdo a algo tan suyo como su propia identidad. La analogía de los que gobiernan una ciudad con raíces históricas en la aportación a la Tauromaquia. Un pueblo que es origen de las castas fundacionales del toro de lidia. Utrera.

     La que llaman ‘cuna del toro bravo’ ha prohibido, en determinación rocambolesca, la entrada de los menores de siete años a los festejos taurinos. Y lo han hecho con el beneplácito de todos los partidito que componen la corporación municipal, incluido PA y PSOE, y con el incoherente convenir de la abstención del PP. Lo han hecho abanderando defensas políticamente correctas, semiocultando el atrevimiento en una nueva ordenanza de ‘protección animal’. Así, de esta forma, en esta locura por eliminar y prohibir con códigos que se distancian de la razón, se acercan al sueño de aniquilar su propia cultura en este penúltimo acto de esta comedia grotesca que es hoy el progresismo antitaurino.

     Se equivoca quien crea que por motivar su referente lo que dice resulta fácil de entender. Nada de eso. No se comprenden posiciones tan inconexas de unos dirigentes que, por el solo hecho de serlo, se creen en posesión de la verdad y con legitimidad política y moral para prohibir trinchando la libertad individual. La libertad de unos padres a educar, a motivar, a decidir.

     Después de esta inverosímil apuesta, a rebufo de la ‘moda progre’ y en contra de la libertad, uno tiene la impresión que, a falta del batacazo definitivo de los que así proceden, los niños, con ley o sin ley, no podrán asistir a la expresión artística de una corrida de toros en Utrera en el más inmediato futuro, quizá porque la grave equivocación administrativa en la gestión de su flamante plaza de toros ha provocado la imposible celebración de nuevos festejos taurinos. Pues eso.


*Manuel Viera es redactor y responsable de las crónicas de Sevilla Taurina. (manuelviera.com)

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