REAL MAESTRANZA - 3ª Feria de Abril

El Juli, solvente e inspirado

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El Juli en el segundo.

El Juli, a base de inteligencia y una enorme disposición, ha cortado la única oreja de la decepcionante corrida de Garcigrande y Domingo Hernández. Morante y Talavante fueron silenciados en sus faenas, con actuaciones discretas. La plaza se llenó en tarde de expectación y llovizna.


SEVILLA / Corrida de toros

TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de Garcigrande -primero, tercero y quinto- y Domingo Hernández, desiguales en presentación y hechuras, nobles y descastados. Mejor el quinto, con mayor movilidad y humillación.
ESPADAS:Morante de la Puebla (de naranja y azabache), silencio y pitos tras aviso.
El Juli (de azul celeste y oro), palmas y oreja tras aviso.
Alejandro Talavante (de azul marino y oro), silencio y silencio.
CUADRILLAS: Saludó tras parear al tercero Juan José Trujillo.
INCIDENCIAS: Lleno de ‘No hay billetes’. Todo el festejo con llovizna.


Manuel Viera.-

    Voló el capote de Juli muy despacio. Dulce y a compás. Mientras el sucio y mojado amarillo de la tela acariciaba los dorados granos de tierra mojada dibujando la verónica con pasmosa lentitud. El ritmo de dos medias sin tiempo definió la esculpida obra de inicio al mejor toro, el quinto, de la también decepcionante corrida de Gardigrande-Domingo Hernández.

     Fue éste un toro con la movilidad y nobleza necesaria para que el diestro madrileño se entregara en cuerpo y alma a desmenuzar el toreo. Hizo de la lidia un derroche de sapiencia. Conocedor, como nadie, de las distancias empleó su sabiduría en una faena de inicio genuflexo que adquirió brillo diferente de la mano de un torero que consiguió hacer del temple el hilo conductor de la lidia. La faena al buen toro de Garcigrande presentó aspectos diversos de su interesante concepto: clasicismo, cadencia e inspiración. Juli arrastró la tela, la condujo con lentitud y le dio profundidad al templado e hilvanado natural. Y pese a su discontinuidad con ambas manos dejó muestra solvente de un toreo bien hecho y mejor contado. La estocada, realizada con su peculiar forma de salirse de la suerte, le aseguró la oreja concedida.

     También fue noble el segundo y con atisbo de calidad en sus escasas embestidas. El diestro madrileño las aprovechó para dejar un bonito catálogo de pases por bajo, recortes, cambios de mano y demás pinturerías de las que aquí tanto gustan. Se descompuso el toro de Domingo Hernández y todo quedó en algún que otro largo natural con el que demostró capacidad y entendimiento para hacer lo que verdaderamente necesitó el animal. Pinchó antes de hundir la espada y escuchó leves palmas.

     Y en esto quedó la lluviosa tarde cargada de expectación. Agotadas las localidades, el reventón fue de época. Con apreturas y con la gente calada hasta los huesos transcurrió un festejo donde el toro, otra vez el toro, desequilibró la balanza del triunfo. Toros nobles, con la casta bajo mínimos, con exceso de kilos y sin sustancia en su interior. Toros exigidos para asegurarse un fracaso no deseado pero sí propiciado. Un sinsentido que está acabando, poco a poco, con el verdadero aficionado.

     Así que Morante no tuvo opción, ni ganas, para esbozar su peculiar, bello y expresivo toreo. El primero fue una mole sin fuerza que quedó inerte desde el inicio de la lidia. El de La Puebla abrevió entre el malestar de la plaza. Y al complicado cuarto lo masacraron en varas, quizás, para minimizar la dificultad de sus embestidas. El sevillano no quiso ni verlo. Mató de habilidosa estocada al primero y lo hizo muy mal para finiquitar a su segundo.

     Tampoco Talavante pudo más que mostrar el trazo, en aislados naturales, de su peculiar toreo zurdo. El noble, descastado y flojo tercero no le permitió otra cosa. Y menos el mastodonte sexto, que se ancló en el mojado piso para no moverse nunca más. A ambos los mató mal.


AL NATURAL

Lo mínimo para venir a Sevilla

Francisco Mateos.-

     «Descubre el arte. ven a los toros». Así anuncia Morante su complicidad con la otrora denostada empresa Pagés en la supuesta promoción de un espectáculo sin igual que si te atreves a saborearlo en esta Feria de Abril en plena Maestranza te atrapará para siempre… Pues va a ser que no. Y el primero, Morante. Así no se viene a Sevilla. Hoy no ha estado. Con la plaza llena, cierto que con una tarde cárdena a contraestilo, pero precisamente lo que no puedes es anunciar (previo cobro supongo) un arte y después no dar nada. Como no sea el arte de la magia, por mucha chistera que a veces pose con ella; ya saben, aquello de «nada por aquí, y nada por allí…». 20 abriles,20, nos recuerdan estos días que han ido cayendo desde que el de La Puebla tomara la alternativa en Burgos… y una Puerta del Príncipe. Una. Hoy se ha ido entre algunas tibias almohadillas. «Descubre el arte. Ven a los toros».. ¡Qué arte, hijo!

     Tampoco ha estado Talavante. No es que haya sido tan claro como lo de Morante masacrando al quinto, pero no ha estado. A Sevilla hay que venir con otra talante, Talavante. El mismo talante de celo exigible a una autoridad que no ejerce. A una Junta de Andalucía que año tras año nombre a los mismos cuatro presidentes a los que no pide cuentas. ¿Quién es el responsable de aprobar los bueyes lidiados hoy en Sevilla? ¿Va a tomar alguna medida la Junta? ¿Qué explicación ofrece el presidente de hoy? Nada… El arte de la nada.

     Porque lo mínimo que es exigible a cualquiera que viene a la Maestranza es responsabilidad. Venir por venir, como que no. Y ahi estuvo hoy El Juli, que gustará más o menos, pero es un tío que ha venido a Sevilla con lo mínimo exigible: responsabilidad. Responsabilidad con su profesión, con una plaza llena, con una vitola de figura. Lo tenía todo en contra para contagiarse del desastre de la tarde: la lluvia, la bueyada de Garcigrande, la cicatera música, la sombra del protegido sevillano Morante,… Porque a El Juli en Sevilla no se le ama; se le respeta y punto. No es un consentido, ni protegido de Sevilla. Y un tío que ya lo ha demostrado todo en el toreo y al que le chorrean los euros muslos abajo, ha sido el único que ha demostrado tener el mínimo de responsabilidad y actitud con la plaza y con el público que la llenaba.


LA VOZ DEL ABONADO

¡Marchando una de bueyes!

Unión Taurina de Abonados de Sevilla.-

     Empresa, toreros y autoridad parecen esta tarde confabulados en una unidad de acción y decisión para traer a Sevilla una mansada repleta de kilos inservibles para su lidia en bravo, pero muy apetecibles para el carnicero que contrata con la empresa. Impresentables los toros de ‘garcipésimos’ por bastos, desiguales, feos y descastados; pero más nefastos los veterinarios y presidente que permiten este desafuero contranatura de lo que debería ser una verdadera corrida de toros con todos sus aditamentos.

     Una vez más se rema en sentido contrario al aficionado, al que se arrincona cada día más, para abastecer las pretensiones de estas presuntas figuras que sostienen los monopolios empresariales. Una tarde en la que salen por chiqueros animales más parecidos a bueyes de carretas que al toro encastado. Una tarde donde la emoción falta y el aburrimiento prevalece. Una tarde de aplauso fácil a faenas mentirosas y ventajistas. Una tarde en la cual, una vez más, la suerte de varas se convierte en una sucesión de despropósitos que con absoluta impunidad la autoridad permite.

     Mañana y siempre que nos cuelan este timo de la estampita saldrán los ‘agradaores’ con argumentos falaces que justifican lo injustificable. Resaltarán la oreja rebajada de Juli, los argumentos de Morante para masacrar a su segundo toro en el caballo o la inhibición justificada del fino maestro de La Puebla toda la tarde. Se resaltará una gran faena de Juli, y la voluntad y mala suerte de Talavante con sus toros.

     Mientras esto siga así y para los taurinos sea más importante la taquilla que la verdad de la Fiesta, seguiremos en lo sucesivo con tardes como la de hoy. Esta es la Fiesta de mentira que quieren hacernos tragar tarde tras tarde, y atención: hoy comenzó el ciclo ferial del medio-toro a excepción de ‘victorinos’ y ‘miuras’. Así que al descaste observado con los ‘cuvillos’ y ‘fuenteymbros’ se le avecina las tardes que quedan, y si hace buen tiempo a buen seguro que la autoridad taurina que desgobierna Sevilla no lo impedirá.


LA CORRIDA, AL COMPÁS

La lluvia en Sevilla

Fernando Naranjo.-

La lluvia, ¡qué impertinente!:
no da de beber al trigo,
ni a la cebada, ni a olivos,
y a todos tiene pendiente.
Llegó a la plaza imprudente
y desplegó los paraguas
sin que llegaran piraguas,
aunque el agua llegó al cuello,
y algún molesto resuello
con la insospechada jaula.

Desde otra tierra de toros
con romana inadecuada.
Cual de cochinos cebada
fue consentida por todos.
De aquellos barros estos lodos.
Otra asfixiante escalera
que no se mueve altanera
y no llega a los tendidos
donde a tantos entendidos
no le importa la cartera…

¿Quién gobierna en los corrales?
¿Quién vigila los sorteos,
que resultados no veo?
¡Ay Sevilla! Tú si sabes
de todo esto la clave
por la que sufre el tendido,
mas, parece un sinsentido
hoy tu falta de criterio
inmersos en el misterio
¡vive Dios, tan consentido!

Hoy tu barquero querido
vino a fumarse un cigarro
para darnos un petardo
por ser él muy consentido.
Como a Curro, que no olvido;
no lo culpo por su lote
ni por todo el Camalote
que sestea sobre el río…
¿’Pa’ cuatro tardes, Dios mío?
Ni que fuera don Quijote…

¡Cómo sigue el de Velilla,
cuánto poderle a los toros!
Se busca la maña y modos
y te deslumbra Sevilla;
y mascullas la semilla
que le da el ser poderoso.
¡Sobre este albero, hoy lloroso,
vino a ganar la pelea!
¿De qué estambre y qué ralea,
este César orgulloso?

Hoy la  ‘impávida figura
del angelote’ no estuvo
porque el lote no mantuvo
la presunción de bravura;
y su sostén de figura
sólo pudo dejar claro
ese tronío preclaro,
gobernador esencial
del toreo al natural
ceñido de pitón a rabo.


GALERÍA GRÁFICA (FOTOS: Matito)

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