El público, sin información del cambio de reses

El ganadero se negó a lidiar sus toros en Écija para evitar que se analizaran sus astas

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Un cartel en la plaza de Écija sólo informa de la suspensión, pero sin indicar el motivo ni el cambio de ganadería; la Junta de Andalucía sigue sin explicar lo sucedido. (FOTO: Écija al Día)
Un cartel en la plaza de Écija sólo informa de la suspensión, pero sin indicar el motivo ni el cambio de ganadería; la Junta de Andalucía sigue sin explicar lo sucedido. (FOTO: Écija al Día)

El delegado de la Junta de Andalucía, Javier Fernández, sigue sin explicar la polémica suspensión de Écija. Según ha podido conocer SEVILLA TAURINA, el cambio de ganadería se debió a ausencia de garantías de pago. Los toros finalmente presentados de Jódar y Ruchena se los llevó el ganadero porque no quiso lidiar bajo su responsabilidad al señalar los veterinarios que presentaban sospechas de manipulación.

Francisco Mateos.-

     La polémica suspensión de la corrida de toros de la Feria de Écija el pasado sábado, aún sin explicar por parte de la Junta de Andalucía, ha dejado a los aficionados astigitanos un año más sin corrida de toros. La corrida ya venía trastabillada desde su inicial gestación, ya que un primer empresario que iba a organizar el festejo con el respaldo del Ayuntamiento finalmente no llegó a acuerdos con toreros. El consistorio confió el cartel, con carácter de urgencia, a otro empresario, el taurino sevillano Juan Manuel Rodríguez Vélez.

     El empresario utrerano presentó un cartel con toros de la ganadería de Carlos Núñez para los diestros Antonio Ferrera, Salvador Cortés y el local Miguel Ángel Delgado, corrida que se debía haber celebrado el pasado sábado y que finalmente quedó suspendida por motivos confusos y no explicados por la propia autoridad de la Delegación de la Junta en Sevilla, cuyo responsable es Javier Fernández.

     Según ha podido saber SEVILLA TAURINA, el presidente, delegado gubernativo y veterinarios estaban convocados el pasado viernes (día anterior al festejo) a las seis de la tarde para realizar el primer reconocimiento. El camión con los toros llegó con dos horas de retraso y, además, no traía los toros de Carlos Núñez que anunciaba la cartelería oficial (no consta ningún aviso al público de cambio de ganadería), sino del hierro sevillano de Jódar y Ruchena. Dos días antes el empresario ya sabía que no podría embarcar los toros de Carlos Núñez, ya que según ha podido conocer SEVILLA TAURINA no existían ‘suficientes garantías de pago’ de los toros.

     Pasadas las ocho de la tarde, ya sin luz natural, comenzaba el reconocimiento de los toros sustituidos (sin explicación oficial alguna ni información al público), del hierro de Jódar y Ruchena. Se presentaron un total de ocho toros, todos cinqueños y que iban a cumplir los seis años en unos meses. Como curiosidad, uno de los toros venía con el rabo cortado y parecía como si se lo hubieran cosido recientemente.

     Los veterinarios señalaron que casi todos los toros (siete de los ocho) tenían ‘claros indicios de manipulación o falta de integridad en las astas’. Según ha podido contrastar SEVILLA TAURINA, los veterinarios expusieron al presidente, empresario y al propio ganadero que los toros serían rechazados por falta de integridad en los pitones. No obstante, tal y como reglamentariamente está establecido, ofrecieron al ganadero la posibilidad de que se lidiaran los toros bajo su responsabilidad, ya que si el ganadero estaba seguro de que no habían sido manipulados podrían lidiarse y posteriormente al festejo se analizarían los pitones de los toros.

     El ganadero del hierro sevillano de Jódar y Ruchena no aceptó lidiar sus toros bajo su responsabilidad y posterior análisis, por lo que se llevó sus toros al campo, rechazados por falta de integridad en las astas, pero evitando así que pudieran ser analizadas las astas post-mortem. Salvo los problemas que presentaban en los pitones y lo pasado de edad para lo que es normal en lidia de toros, los astados presentaban un trapío suficiente para una plaza como la de Écija y eran variados de pelaje.

     Tras no presentarse a examen vetarinario los anunciados toros de Carlos Núñez por ausencia de garantías de pago, y la retirada de los toros de Jódar y Ruchena al no querer lidiar el ganadero sus astados bajo su responsabilidad por posible manipulación de los pitones, los veterinarios preguntaron al presidente el mismo viernes -un día antes a la fecha de la corrida- si se iban a presentar más toros. El presidente trasladó la cuestión al empresario Juan Manuel Rodríguez Vélez, que declinó presentar un segundo encierro, dejando paso por tanto a la suspensión de la corrida por falta de toros, precisamente en el año que más excedente de toros hay en el campo.

     En la puerta de la plaza de toros de Écija se colocó un cartel que informaba de la suspensión de la corrida y de la devolución de las entradas a partir de este pasado lunes, pero no se informaba ni del cambio de la ganadería anunciada, ni del motivo final de la suspensión. Por su parte, el Ayuntamiento de Écija ha comunicado que pedirá explicaciones tanto al empresario Rodríguez Vélez como a la Delegación de la Junta de Andalucía, cuyo responsable, el delegado Javier Fernández, no ha explicado en ningún momento lo sucedido.


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