GALLEANDO

Menudo eres, Pepe Moral

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Pepe Moral, con las dos orejas que cortó en el Corpus en la Maestranza. (FOTO: López-Matito)
Pepe Moral, con las dos orejas que cortó en el Corpus en la Maestranza. (FOTO: López-Matito)

«…A diferencia de otros, cuya obra casi no experimenta cambios, que pululan por las grandes ferias de temporada sin otro mérito que el de estar llevado por quienes dirigen el método, la de éste describe una inesperada, sucesiva y continua evolución que quedó demostrada en la emotiva verdad de una espléndida lidia en el Corpus en la Maestranza…»

Manuel Viera.-

     Con el agua a la altura del cuello no ha dejado nunca de chapotear para salir del olvido más absoluto. Y lo volverá a intentar con renovada ilusión consciente de la dura realidad este optimista luchador por las causas perdidas. Su único rival es el tiempo. El tiempo que pasa y corre mientras su valioso toreo se va con él. Triste historia tan real como la vida misma. Sueños de torero en las noches en velas sin atisbo del milagro de la oportunidad. En la tarde del Corpus sevillano su toreo se hizo presente. Lo tenía guardado durante años a la espera de una embestida que le siguiera la tela roja para llevarla con pureza, mando y cadencia imantada hasta el infinito.

     Ha encontrado la salida del complejo laberinto. Se acabó el ostracismo tras la regocijante y poco frecuente ocasión de contemplar a un postergado torero haciendo una magistral travesura: torear y triunfar. Y volverá a sorprender, como sorprendieron otros, si le siguen mostrando el camino. Algo utópico en este agrio y poco competitivo mundo de mezquinos intereses que impone caprichosamente el sistema. Él ha hallado el momento oportuno para expresar con la claridad más absoluta de su toreo su desvalida situación. Una situación de injusticia intolerable que lo tenía atado de por vida a la exclusión.

     A diferencia de otros, cuya obra casi no experimenta cambios, que pululan por las grandes ferias de temporada sin otro mérito que el de estar llevado por quienes dirigen el método, la de éste describe una inesperada, sucesiva y continua evolución que quedó demostrada en la emotiva verdad de una espléndida lidia. Su tauromaquia siempre estuvo en marcha en la oscuridad del exilio. Encaminada a la búsqueda de algo que iluminara su existencia.

     Ahora, espoleados por el sonado triunfo del sevillano, arreciaremos las críticas a los sordos, mudos y ciegos del sistema. Peticiones inútiles pese al vacío existencial generado por la falta de renovación de un escalafón metido en años. Él seguirá siendo un excelente torero en esa larga lista de nombres ocultos. Seguirá estando inconforme con estar donde está. Su ‘golpe’ en la Maestranza debería sonar como si fuera el eco mágico de un toreo de absoluto dominio para no ser diluido por esta Fiesta, amplia en apego y raquítica en lo justo, agria a veces y poco competitiva, de cicateros intereses impuestos caprichosamente.

     Mientras tanto, Pepe Moral, tendrás que pechar con la culpa de ser independiente. Tendrás que ir, y será una suerte si vas, a lo que te pongan por delante. Sé que te lo ‘zamparás’ sin rechistar. Menudo eres.


*Manuel Viera es redactor y responsable de las crónicas de Sevilla Taurina. (manuelviera.com)


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