BALANCE de la jornada
El matador de toros sevillano Afonso Oliva Soto ha confirmado alternativa esta tarde en la plaza de toros de Madrid, aunque no ha logrado el triunfo deseado. El primer toro, el de la confirmación, fue a más, pero el camero acusó los nervios. El Cid, algo espeso, tampoco tuvo suerte en el sorteo. Esaú, a hombros en Ayllón.
Redacción.-
El balance de las actuaciones de toreros sevillanos que han realizado el paseíllo hoy, viernes 1 de octubre, ha sido el siguiente:
CORRIDAS DE TOROS
Madrid: Se han lidiado toros de Núñez del Cuvillo, bien presentados aunque de desigual presentación y juego. El Cid, silencio y silencio tras aviso. Alejandro Talavante, saludos tras aviso y silencio tras aviso. Oliva Soto, que sustituía a Manzanares y confirmaba alternativa, silencio y silencio tras aviso. Casi lleno.
Según crónica de los compañeros de burladero.com sobre la actuación de El Cid y Oliva Soto esta tarde en Las Ventas, «Oliva Soto confirmó alternativa con un toro a más, que rompió en bravo y encastado. Las ganas del torero de Camas, traducidas con el capote en un quite por delantales que replicaba unas verónicas aseadas de El Cid, se vieron recompensadas con un ilusionante incio de faena en los medios llegando una serie arrebatada sobre la mano derecha. A partir de ahí, Oliva se preocupó más de componer que de entender a un toro bravo y con importancia, que pedía distancia y mano baja. Pagó los nervios y la inexperiencia propia de su debut como matador en Madrid y la faena de esfumó. El quinto, que arreó en manso en los primeros tercios pese a que el público se empeñaba en querer verle en el peto, no dio facilidades en la faena de muleta. Oliva trató de coser faena ante un toro de embestida emotiva pero desclasada. El sevillano cumpliçó el trámite con series de medios pases a media altura que no llegaron al público. Mató de un feo bajonazo.
El Cid, con un primer toro bajo de casta y flojito aunque manejable, brindó a la Infanta Elena. El de Salteras lo intentó sin eco en los tendidos. Se empeñó en series quizá de excesivo metraje al principio y el toro fue a menos. El cuarto no ayudó, fue un toro manso. El Cid tampoco anduvo con la cabeza despejada en una faena larga y plomiza que acabó en un susto, cuando el toro, que cada vez se iba quedando más, prendió al torero, que trataba de huir al rematar una serie. El volteretón fue fuerte aunque por suerte no pasó a mayores. Gris tarde del de Salteras».
NOVILLADAS CON PICADORES
