OPINIÓN.- Rubio de Utrera

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«…Porque el toro coge de verdad. Y no entiende de oros ni de platas. Por eso es tan grande esta Fiesta bendita. Ahora el torero tiene que recuperarse y pensar en otra despedida, que no sea de yodo y de hule. Manolo Bueno merece otra cosa, que sepa más a nata y trufa. Por eso deseo que el año que viene se vista de luces en Sevilla…»


FOTOS: Matito / burladero.com

Víctor García-Rayo.-

     Quiero que esta columna tenga el sabor de los dulces de Utrera, los que se reparten en una furgoneta de casa en casa, con esa nata flamenca y esa trufa que rebosa en el paladar cuando muerdes el mostachón que está relleno de tocino de cielo. A Manolo Bueno 'Rubio de Utrera' le ha roto un toro los muslos en Zaragoza. La misma tarde que se despedía de los ruedos. Y ahora siento que el toreo es tan grande que no entiende de oro ni de plata, ni de luces, ni de sombras.

     Manolo se ha cuidado siempre como si fuese a torear setenta corridas de toros. Le ha puesto el alma, de tercero, a una profesión que se mueve entre puntillas y pares de sobaquillo. Rubio de Utrera está en la cama, con un tabacazo en el cuerpo y los dulces esperando en la furgoneta. Que me digan ahora que las cornadas sólo se las llevan los primeros espadas.

     Honrado siempre, tiene una afición que roza la enfermedad. Y el día del adiós, la sangre por las taleguillas. Yo sabía que Manolo se marchaba de esto en torero. Ahora no quiero que se vaya. Yo quisiera que esta columna sonara a quejío de Fernanda, que le llegara a los toreros terceros como los toquecitos flamencos del maestro Montoya. Ya quisiera yo que estas palabras se parecieran al ritmo de Bambino. Manolo ha salido por la puerta de la enfermería con un trancazo de hombre, de torero, roto por la mitad y en una plaza de categoría. Toreando a las órdenes de Morante. Ahora toca tragar saliva y echar para delante el cuerpo y el alma. Otra vez al toro.

     Porque el toro coge de verdad. Y no entiende de oros ni de platas. Por eso es tan grande esta Fiesta bendita. Ahora el torero tiene que recuperarse y pensar en otra despedida, que no sea de yodo y de hule. Manolo Bueno merece otra cosa, que sepa más a nata y trufa. Por eso deseo que el año que viene se vista de luces en Sevilla, esa plaza que le quitó el sueño. Y no con esta cornada, fuerte y seria, que no le deja dormir por la fiebre y la tirantez de los surcos del bisturí. Qué grande es el toreo, Dios mío.

*Artículo publicado en ABC-Sevilla. / Víctor García-Rayo es periodista taurino y ejerce su labor, enre otros medios, en Sevilla TV, Aplausos y ABC-Sevilla.

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