El matador de toros sevillano Morante de la Puebla ha reaparecido esta tarde en la plaza de toros de Valladolid tras su última cornada, en un festejo de poco juego de los astados pero en el que tampoco el torero de La Puebla ha logrado sobreponerse y ha terminado siendo abroncado. En Villanueva del Arzobispo ha arrollado Diego Ventura, cortando cuatro orejas y un rabo. El Cid, un trofeo en la plaza de Calatayud.
Redacción.- El balance de las actuaciones de toreros sevillanos que han realizado el paseíllo hoy, miércoles 9 de septiembre, ha sido el siguiente: CORRIDAS DE TOROS
En crónica de burladero.com sobre la actuación de Morante esta tarde, "la decepción fue doble en Valladolid. Corrida señalada y reaparición de Morante. La de Garcigrande falló con estrépito ya desde por la mañana con varios toros (¿?) que no debieron saltar al ruedo. Los seis que lo hicieron fueron un borrón de cualidades negativas, unos moviéndose y otros parándose. Casi todos para mal, sin clase ni entrega ni continuidad, mintiendo, arreando y defendiéndose la mayoría. Así, sin toros, el de La Puebla terminó disuelto y afligido, perdiendo incluso los papeles con el descabello. Le pesó la tarde y el lote a un Morante que empezó queriendo y luego no supo taparse. Quiso con un primer toro, altón, feo y terciadito, que lo puso imposible. Tanto, que al poco arrolló y atravesó certero a Pepín Monje. El público, más de norias y arrimones hoy, censuró pronto a Morante mientras trataba con la muleta de encontrar la tecla y torear a un toro flojito y siempre a la defensiva, que se revolvía y trataba de resolver la contienda por la vía rápida. Pese a todo, se inventó el sevillano tres soberbios derechazos antes de comenzar su via-crucis de espadas. Con un tercero de mejores hechuras, el más atemperado y manejable junto al sexto, Morante enfiló la cuesta abajo. El toro, al límite de todo, fue ayudado por el sevillano en los primeros tercios. Luego, con la gente esperando tras un puñado de indecisas probaturas sobre la diestra, Morante cortó la faena desinflado. Con el quinto, otro toro de trapío más que censurable, quedó de nuevo inédito con el capote y anduvo demasiado a la deriva Morante ante un torillo flojito y descompuesto al que no quiso obligar y con el que tampoco se entendió en la media altura. La desesperada secuencia de descabellos final, fueron retrato de su fallida reaparición".
REJONES
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