LA CAMPANA - Festival

Triunfos para todos en el Día de Andalucía

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La plaza portátil de La Campana en la tarde de hoy jueves, festividad del Día de Andalucía.

Buena tarde en La Campana, que ha celebrado un festival para festejar el Día de Andalucía. Los novillos dejaron brillar a los espadas y todos cortaron máximos trofeos. Destacaron las faenas de un campero Rivera Ordóñez y el poder de la faena de Octavio Chacón, así como la entrega del novillero Joselito Sánchez.


LA CAMPANA / Festival

ASTADOS: Se han lidiado novillos de Pallarés -el primero, para rejones- y de El Torero para lidia a pie, manejables; segundo y sexto fueron premiados con la vuelta al ruedo en el arrastre.
ACTUANTES:El rejoneador Leonardo Hernández, dos orejas.
Rivera Ordóñez, dos orejas y rabo.
Octavio Chacón, dos orejas.
Cayetano, dos orejas y rabo.
López Simón, dos orejas.
-El novillero Joselito Sánchez, dos orejas.
INCIDENCIAS: Más de media plaza. Día de Andalucía.


Redacción.-

     No llegó a los tres cuartos de plaza el aforo registrado en la tarde taurina de La Campana, en el festival taurino mixto que ofreció momentos de interés en la festividad del Día de Andalucía. Se lidiaron un astado para rejones del hierro de Pallarés, y cinco para lidia a pie de la ganadería de El Torero. Manejables, fue materia prima suficiiente para divertir al público asistente.

     Abrió el festejo el rejoneador Leonardo Hernández. Su oficio es más que conocido y brilló con el novillo de Pallarés; se metió pronto al público en el bolsillo con su buena monta y algunos pares de banderillas de gran espectacularidad y mérito. Buena faena de Francisco Rivera Ordóñez, retirado de los ruedos pero que cimentó un trasteo lleno de poder, mando y sentido campero del toreo. Se tuvo que esforzar el gaditano Octavio Chacón con un astado que pecó de pocas fuerzas; no se rindió Chacón hasta que logró el triunfo de las dos orejas.

     Gustó el elegante estilismo de Cayetano, que cinceló muletazos de calidad aunque el animal transmitía poca emoción. López Simón alargó mucho su faena, acabando muy metido en los terrenos del astado, en ese toreo de cercanías en el que se siente tan ‘cómodo’. Cerró el festejo el novillero sin picadores Joselito Sánchez, que demostró lo que a todo novillero se le tiene que pedir: voluntad entrega y bisoñez.

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