REAL MAESTRANZA - Novillada fuera de abono

Cinco silencios y unas raquíticas palmas

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Tarde plomiza la vivida en la Maestranza. Los novillos del Conde de la Maza, impecablemente presentados, no han sido suficientemente aprovechados por una terna con falta de decisión. Cinco silencios y unas raquíticas palmas ha sido el pobre balance de un festejo marcado por el agobiante calor.

LA FICHA

 
NOVILLOS: Se han lidiado novillos de Herederos del Conde de la Maza, muy bien presentados, de diferentes hechuras y astifinos. Mansos y sosos de forma generalizada. El mejor, el quinto; bravo y noble. El cuarto mostró calidad pese a partirse el pitón izquierdo en banderillas.

NOVILLEROS: –Andrés González, de blanco y oro, silencio y silencio.
Salvador Barberán, de blanco y plata, silencio y palmas tras aviso.
Alejandro Enríquez, de sangre de toro y oro, silencio y silencio.
 
INCIDENCIAS: Menos de un cuarto de plaza.

 

Andrés González en un pase de pecho. (FOTO: Arjona / lamaestranza.es)

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AL NATURAL
Acertaron los que no vinieron

 

Manuel Viera.-

     Salvador Barberán pudo resolver su tarde con algo más de buen gusto, pero se balanceó demasiado entre el verdadero toreo y el detalle a modo de alivio sin coger el equilibrio en una faena que se diluyó sin más. Al gaditano de Algeciras le faltó decisión con el mejor novillo de la tarde. El quinto condeso iba noble y largo en busca de la telas con humillante bravura sin encontrar un pulso firme y decidido que le obligara a seguir el engaño una y otra vez. Sólo en ocasiones hubo atisbo de ligazón. No obstante, algunos muletazos, tanto a izquierda como a derecha, resultaron largos y templados, pero sin llegar a construir con ellos la obra que las encastadas embestidas del buen utrero merecían. Y para colmo, el deplorable manejo de la espada lo dejó todo en unas raquíticas palmas que aprovechó Barberán para saludar.

     Fue esto lo más destacable de una tarde plomiza por lo ocurrido en el ruedo y sofocante por la elevada temperatura sufrida en la plaza. El escaso interés de la terna provocó una de las entradas más pobres vistas en la Maestranza. Y es que el escalafón de novilleros está bajo mínimos. Parece no interesar. No hay gente que ilusione, y así las plazas se quedan vacías y la programación de festejos menores disminuye cada año de forma alarmante. Si además los que están se conforman con tan poco el resultado es obvio: cinco silencios y unas raquíticas palmas.

     Los novillos de los Herederos del Conde de la Maza mostraron diferentes hechuras, aunque lucieron una impecable presentación. Destacó el quinto por la calidad de sus bravas embestidas, y la clase del cuarto que, desgraciadamente, se partió el cuerno izquierdo al derrotar en el burladero trascurrido el tercio de banderillas. Fueron mansos en distinto grado los restantes, de todas formas fue ésta una novillada sin demasiadas complicaciones para la lidia y poco aprovechada.

     Con el segundo tampoco terminó de centrarse Salvador Barberán. Demasiadas dificultades para el veterano novillero que no se decidió por plantarle cara a un animal de escasa calidad.

     También Andrés González sufrió de lo lindo con la mansedumbre del primero durante un primer tercio que se hizo eterno. Pronto se exhibió de la lidia para dejarla en manos de su peón de confianza, que trabajó a destajo para meter el utrero bajo el peto del caballo. Después indecisión con la muleta para de inmediato acortar las distancias en clara alusión a su tío, el gran Dámaso. Con el buen cuarto anduvo con ganas y algo mas decidido. Incluso se propuso torear al buen novillo pese a llevar colgando el pitón izquierdo. Dio muchos pases, pero muy pocos comunicaron interés a los tendidos. A ambos los mató con prontitud.

     Alejandro Enríquez dejó claro su mejor oficio por el mayor número de festejos toreados. Manejó con gusto el capote en el saludo a la verónica al noble, aunque soso, tercero. Trazó buenos muletazos pero abusó del medio pase en una faena que se quedó en medias tintas. Con el complicado sexto, que se le quedaba parado defendiéndose a mitad del pase, lo intentó a derecha e izquierda sin resultado. Con la espada no estuvo bien.


AL NATURAL

Acertaron los que no vinieron

Francisco Mateos.-

     Calor, mucho calor. Los tendidos de la Maestranza eran auténticas brasas cuando los alguacilillos comenzaban el despeje de plaza. Mucha afición hay que tener para ir a esas horas aún veraniegas a los tendidos maestrantes a tostarse las posaderas. Y, encima, la empresa Pagés haciendo de las suyas: cartel de muy escaso atractivo. Ninguno de los tres albergaban esperanzas; ni los novillos del Conde de la Maza, por mucho que en Feria de Abril la corrida diera juego interesante. La empresa sevillana hizo estos carteles en verano: ya se sabe, tirando los nombres de los novilleros de algún compromiso en las fechas libres y ya está hecho el cartel. ¿Para qué vamos a trabajar más?    Al fondo, los tendidos de la Maestranza vacíos esta tarde. (FOTO: Arjona / lamaestranza.es)

 

     Y así se van minando los festejos de fuera de la fecha estelar de Feria de Abril. Menos de un sexto de plaza en la Maestranza, con la gente ya de vuelta del estío vacacional. Hasta hace cuatro io cinco temporadas las novilladas de septiembre tenían mucho aliciente; ahora estas fechas llevan un par de temporadas devaluadas. Todos más o menos traíamos en la cabeza lo que iba a suceder; salvo sorpresa inesperada. Y todo fue conforme al guión establecido. Y es que la empresa parece que no se dio cuenta en mayo y junio que no hay novilleros de interés: pues a seguir explotando a los sufridos aficionados sevillanos; ¿que no están funcionando las novilladas este año?: eah!, pues en septiembre tres más! Y a tragar. 

 


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