BALANCE de la jornada: Morante, lo más destacado en Valencia

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Un derechazo de Morante esta tarde en Valencia. (FOTO: Manolo Moreno - burladero.com)
Un derechazo de Morante esta tarde en Valencia. (FOTO: Manolo Moreno - burladero.com)

El matador de toros sevillano logra los momentos de mayor calidad del festejo celebrado en Valencia en el primero de su lote. La corrida de Juan Pedro Domecq, un desastre de corrida, con toros mal presentados, terciados y deslucidos.

 Redacción.-

     El balance de las actuaciones de toreros sevillanos que han realizado el paseíllo hoy, domingo 14 de marzo, ha sido el siguiente:

CORRIDAS DE TOROS

  • Valencia: Se han lidiado toos de Juan Pedro Domecq, desiguales de presentación, terciados, flojos y deslucidos. Julio Aparicio, silencio y silencio, Morante de la Puebla, saludos y silencio. Cayetano, silencio tras aviso y silencio. Casi lleno.

     Según crónica de los compañeros de burladero.com sobre la actuación de Morante esta tarde en Valencia, «tardes como la de hoy, con tres toreros artistas en el papel, son imprevisibles. Y quienes acuden a la plaza lo hacen buscando la genialidad de la inspiración, que prenda esa chispa única que haga estallar la cosa. Pero es muy difícil que con la de Juan Pedro surja la cosa. No por la ganadería, sino porque el momento de la vacada es, cuanto menos, cuestionable. Y en su línea siguió la cosa. Una corridita excesivamente terciada, con tres primeros ejemplares que ya les gustaría matar a unos pocos novilleros y vacía completamente por dentro. Hubo calidad en alguno de los toros, como en el jabonero segundo por la mano diestra, en el tercero sobre todo y hasta en el colorado sexto, que estaba tan derrengado que pasó más tiempo en el suelo que embistiendo. Y quería. Con semejante material no fue tarde de grandes genialidades. Sí que hubo detalles caros de Morante con el jabonerito segundo, que puso de los nervios a las cuadrillas, fue picado muy atrás y sufrió unos pocos capotazos, pero que cuando se quedó sólo con el de La Puebla quiso embestir. No mucho tampoco, tres series, las suficientes para que Morante esparciese aroma de torero caro en el ruedo. Desde el inicio de faena por bajo y, sobre todo, en un par de series muy buenas sobre la diestra, segura la planta, templadas las muñecas, con inspiración en el antes, durante y después de los muletazos. En el toque, embroque y remate, se entiende. Porque aunque el de Juan Pedro se fue apagando Morante desgranó un precioso ramillete de personales adornos. No hubo más en toda la tarde. El quinto manseó de salida y al de la Puebla no le gustó. Dejó que lo lidiase Rafael Cuesta y, aprovechando la oportunidad, lo molió a capotazos. Morante se dobló con él y el toro le quitó la muleta de un zarpazo. No hubo más. Se cabrearon las masas, Morante lo mató habilidosamente y escuchó los pitos cuando se retiraba. Al arrastrar el toro, la gente se cayó. No hubo ganas ni de bulla».

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