GALLEANDO

San Miguel, una manifestación de toreo

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Vista aérea de la plaza de la Maestranza.

«…La naturalidad y la torería condensada a la manera más emocional en los conceptos de Morante de la Puebla y Pablo Aguado. Unas formas de concebir el arte de torear de manera rotunda y depurada. Iconos de la pureza junto al que se ha hecho torero de época…»

Manuel Viera.-

     Vuelve el toreo por San Miguel. Se descerraja la Maestranza y la ilusión se aprecia ante la llegada de un fin de semana que brillará con la luz otoñal que acentuará su belleza. Hay motivos para alegrarse de una Feria de San Miguel revalorizada por los continuos triunfos de lo diestros anunciados. Carteles de postín que invitan al lleno en los tendidos para cada una de las tres tardes. Razón de la indiscutible calidad de una feria planificada de lujo. Sentido y consistencia para un corto ciclo que se hace necesario potenciar.

     Merece destacarse de la programación septembrina lo que sus carteles dan a entender: que el toreo aflora por sus cuatro costados. Toreros que han buscado distintas coordenadas para incidir en la emoción. Que exploran sendas distintas en sus afanes de expresar la realidad de sus diferenciales y respectivas tauromaquias. Manifestaciones del toreo de siempre acompañadas de la inequívoca pureza de sus formas. Tauromaquias del más virtuoso clasicismo en la que las intenciones creativas se encuentran en los momentos efímeros de la ejecución.

     La naturalidad y la torería condensada a la manera más emocional en los conceptos de Morante de la Puebla y Pablo Aguado. Unas formas de concebir el arte de torear de manera rotunda y depurada. Iconos de la pureza junto al que se ha hecho torero de época, un gran Daniel Luque dispuesto a rivalizar con el diestro cigarrero en la histórica tarde de la despedida de El Juli. No sin olvidar a Roca Rey, Manzanares, Castella y Talavante, figuras consagradas, dispuestos a conquistar nuevas cimas. Diferentes estilos que se complementan para ofrecer un toreo tan distinto como emotivo.

     Por un lado, la combinación de unos y otros en un mismo cartel dan lustre a un extraordinario San Miguel. Por otro, la realidad del gesto de anunciarse dos tardes el más ansiado diestro sevillano. Morante, que reaparecerá en su plaza tras lo sufrido en los dos últimos meses con su maltrecha muñeca, le dará sentido y vigencia al esperanzador ciclo otoñal. Todo queda a la espera de lo que ‘decida’ el toro. El que emociona o el que incomoda al torero. El toro de nuestros sueños o nuestros temores. El toro irremplazable para hacer el toreo.

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