REAL MAESTRANZA - 8ª Feria de Abril

Gotas de sabor añejo de Morante

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Morante de la Puebla.

La terna compuesta por Morante de la Puebla, Miguel Ángel Perera y Javier Jiménez se repartió ovaciones tras lidiar una mansa y descastada corrida de dos hierros de la familia García Jiménez. La plaza de toros de Sevilla registró sólo tres cuartos de aforo cubierto en pleno martes de farolillos.


SEVILLA / Corrida de toros

TOROS: Se han lidiado toros de la ganadería de García Jiménez y uno -el segundo- del mismo hierro familiar de Peña de Francia, manso. Desiguales en hechuras y presencia, descastados y sosos.
ESPADAS:Morante de la Puebla (de catafalco y azabache), saludos y saludos tras aviso.
Miguel Ángel Perera (de verde y oro), saludos y saludos tras aviso.
Javier Jiménez (de azul y oro), saludos tras aviso y silencio tras aviso.
CUADRILLAS: Saludaron en banderillas Javier Ambel y Abraham Neiro.

INCIDENCIAS: Tres cuartos de plaza.


Manuel Viera.-

    No termina de ahondar en pasadas tauromaquias el diestro de La Puebla, de cuya cadencia  creativa siguen apareciendo eslabones perdidos en el tiempo que, más que anexos de su concepto, son viejas joyas que refuerzan y explican su toreo. Fogonazos  que penetran en las entrañas de quien ve el movimiento a compás de ese capote que se aleja, con soberana lentitud, marcando el camino por el que el lance se convierte en la verónica que define la obra.

     Fue sólo un ramillete de seis, abrochadas con una media de manos bajas, las necesarias para redescubrir un toreo donde el arte se manifiesta. Quizá muy poco para unos, o suficiente para otros. De todas formas, fueron gotas de sabor añejo con el atractivo de la naturalidad. Y poco más, porque el joven torete primero de los hermanos García Jiménez, con sus cuatro años recién cumplidos, reveló de inmediato la incomodidad de su nula casta y no permitió al sevillano más que esbozar el pase diestro antes de dejar de andar. Bastó la estocada y le ovacionaron lo hecho.

     Sin embargo, Morante aprovechó la noble y mejor embestida del cuarto para construir una faena colmada de detalles. Momentos que brillaron con los aislados naturales nítidos y profundos. O con el desgarro de una trinchera, la frágil grandeza de un remate por bajo, la delicadeza de un molinete, o el particular encanto de un pase de pecho. Por amalgama expresiva hizo de la lidia el resumen que tradujo, en tan poco, el significado de lo que es torear. Mató mal y le volvieron a ovacionar.

     La tarde acabó mullida de despropósitos por la mansa corrida de Matilla. Toros  muy desiguales en hechuras y presencia, mostrando seriedad sólo en los pitones. Manso de libro fue el segundo de Perera. Quizá por ello lo hecho por el extremeño estuvo condicionado por la circunstancias del toro. Sólo destacar un quite por ajustadas chicuelinas y el esfuerzo por mantener en la muleta una embestida distraída y huidiza. Hundió el acero y le ovacionaron la actitud.

     Sí anduvo mejor con el quinto, al que le aprovechó la cambiante movilidad para construir una faena larga, discontinua, parcheada con alguna que otra pincelada de detalles con la izquierda y en la que la quietud y la ligazón, en el epílogo de la lidia, no fueron suficiente para alcanzar el apasionamiento deseado. Poca cosa. Tras el feo bajonazo le obligaron a saludar.

     Muy poco pudo mostrar Javier Jiménez con el flojo tercero, un toro que embistió con sosería y sin humillar y al que el sevillano de Espartinas, con buen pulso, trazó muletazos con decisión, ora con la derecha, ora con  la izquierda, pero sin la esencia de la emoción. Pinchó antes de hundir la espada para saludar una ovación. Con el feo y cornalón sexto se creció, y apuró hasta el límite las complicadas embestidas de un toro con genio hasta conseguir la ligazón en una serie de muletazos diestros. Sufrió, se entregó y, al final, no consiguió su objetivo.


AL NATURAL

Morante no llena la Maestranza

Francisco Mateos.-

     La tarde, la triste tarde -una vez más-, deja para el recuerdo varios titulares. Al igual que sorprendió el día anterior un ‘lleno’ -sin colgarse el ‘No hay billetes’- con los hermanos Rivera y El Juli, hoy ha sorprendido que siendo martes de farolillos y con Morante en el cartel -junto a Perera en su única tarde, más el espartinero Javier Jiménez-, la plaza tuviera bastante menos gente que con los Rivera. Sólo tres cuartos ha sido capaz de meter en la plaza hoy Morante. Ojo: dato importante, porque toda la Feria pivota alrededor de su figura; hasta los anuncios promocionales. Ha sido salir Canorea de la empresa y darse Morante arrumacos cariñosos con Valencia. Pero cuidado, Morante, que si no eres imprescindible para meter gente, no hay por qué mantenerte tantas tardes a tanto dinero… Posiblemente sea más rentable esos tres cuartos o incluso los dos tercios pero con un presupuesto menos costoso.

     Otro titular es lo de la ganadería de Matilla y sus numerosos hierros. Parece que son como ganaderías testaferros. Aunque las fincas, la familia y el hilo director es la misma, los toros de esta familia se agrupan -de momento- en tres hierros: García Jiménez, Olga Jiménez y Peña de Francia. Basta buscar sus datos:

  • Ganadería ‘Hermanos García Jiménez’.- Propietario: Antonio García Jiménez / Finca: ‘El Cabaco’ (Salamanca).
  • Ganadería ‘Olga Jiménez’.- Propietaria: Olga Jiménez Fernández / Finca: ‘El Cabaco’ (Salamanca).
  • Ganadería ‘Peña de Francia’.- Propietario: Teodoro García Jiménez / Finca: ‘El Cabaco’ (Salamanca).

     La familia suele completar corridas mezclando toros de García Jiménez y Olga Jiménez. En Granada les pillaron un toro afeitado (manipulación fraudulenta de las astas) y la Junta de Andalucía les ha sancionado con inhabilitación para lidiar en la comunidad cuatro meses, sanción que expira a final de mayo. Así las cosas, burlan la sanción y se mofan de la Junta lidiando hoy en la Maestranza. Porque como ven la familia es la misma y las infraestructuras también, pero han completado corrida con los otros dos hierros ‘limpios’. Con los astados que les han presentado a reconocimiento -y lo que les cuento a continuación-, los presidentes tenían argumentos para haber sido mucho más exigentes en los corrales y, al menos, hacer valer éticamente esa sanción a la familia afeitadora, porque los toros de los tres hierros están en la misma finca… ¿De qué sirve que la Junta sancione si después los presidentes que la propia Junta nombra se pone tan blandita con la familia sancionada? ¿De qué sirve que los veterinarios y presidentes granadinos den un valiente paso al frente si después sus compis sevillanos tragan como corderitos?

     Otro titular es lo de los toros lidiados. Bueno toros, lo que se dice toros, cuatro. Por edad, cuatro. Otros dos -casualmente los dos de Morante- nacieron en abril de 2013. Es decir, que o nacieron el 1 o 2 de mayo -hubiera estado bonito que la banda les tocara el ‘Cumpleaños feliz’-, o no tenían los cuatro cumplidos y por tanto eran novillos. Otra cosa es que sea legal, y como no se tiene en cuenta el día de nacimiento, sino sólo el mes, pues efectivamente en este mes cumplen los cuatro años; pero a día de hoy, dos de ellos no los tenían. Novillos, vamos. Fíjense cómo es la cosa que si el empresario anuncia esta corrida el pasado sábado (aún abril) estos dos novillos-toros no se podrían haber lidiado. Y otro ejemplo: en plazas como Huesca o Zaragoza (Aragón) su Reglamento no permitiría su lidia este mes; deben tener los 4 años cumplidos; o sea, tener 4 años y un mes.

     La cuestión es que si Sevilla tuviera un equipo de presidentes que defendiera a los aficionados, esto no ocurriría. La norma establece unas fechas, unos límites, pero hay que interpretar el espíritu de esas normas. Y el espíritu de la regulación taurina no es seguir recortando más y más, yendo a lo mínimo tan mínimo que se lidien novillos por edad. Pero los presidentes parece que están más cercanos con los taurinos que con los aficionados. El presidente de hoy, Gabriel Fernández Rey, impulsor y pieza clave -por ejemplo- de unas jornadas taurinas en Ronda donde pasan taurinos y más taurinos como invitados. De la presidenta cuentan los abonados que se deja querer por los callejones de varias plazas en permanente y gustoso contacto con apoderados, toreros y ganaderos; aquello de «serlo y parecerlo…» Y José Luque Teruel -ayer lunes aprobó los anovillados toros para los hermanos Rivera y mantuvo al inválido tercero- es hijo del cuerpo, hijo de un excelente banderillero sevillano; incluso fue bautizado -literalmente- envuelto en un capote de paseo…

     Así está Sevilla. Está todo atado y bien atado. Y tanto abusar y abusar, pasa lo que está pasando: exigencias mínimas. Porque se ha jaleado hoy a Morante más por lo que se ha querido ver que por los tres detalles sueltos que se han visto. Porque ni Perera ni Javier Jiménez han podido o sabido sacar en sus kilométricas faenas bastante más de algunos de sus toros. Porque nunca jamás se deberían haber lidiado dos toros con los 4 años sin cumplir, ni otros dos con los 4 años cumplidos hace dos semanas. Porque la música está sospechosamente antojadiza. Porque los presidentes no sé si velan por otros intereses, pero muy distintos a los legítimos de los aficionados… ¿Así se quiere recuperar el empuje y la fuerza de la Fiesta en esta convulsa sociedad frente a la Fiesta, señores taurinos?


LA VOZ DEL ABONADO

Los toros y la siesta

Unión Taurina de Abonados de Sevilla.-

     Con el festejo de esta tarde llevamos ocho corridas de toros del ciclo, incluido Domingo de Resurrección. Se han lidiado cuarenta y ocho toros, y en el recuerdo queda un toro de Torrestrella, otro de Juan Pedro y ‘Platino’, de Victorino. Varias orejas de pueblo. Declive de la categoría de la plaza y un hastío general en el aficionado. ¿Con este balance pretende el empresario aumentar el número de abonados? Este año el aumento fue de 120 nuevos abonos. Que se prepare para el año que viene… Porque con los festejos celebrados, muy similares al de esta tarde, el negocio lo tiene muy crudo. Así no se hace afición.

     Con los toros de Matilla, tres muy mal presentados, con la edad al límite y ‘pañuelo veloz’ de presidente es difícil hacer desfilar el trapío que Sevilla necesita en ese precioso albero. Cuando una corrida de toros invita al bostezo y la siesta es que algo no funciona; es que precisamente falta la esencia de la Fiesta que es la emoción y el riesgo que cale en los tendidos.

     Qué pena da ver toros ir de aquí para allá sin codicia, fuerza, cadencia de bravo y mansedumbre. Esto ocurrió esta tarde. Sin temor a exagerar, decir que se dieron más muletazos que en todas las corridas anteriores. Aquello era puro aburrimiento. Embestidas de vaca burra sin transmisión en el animal y menos transmisión en los toreros.

     Escarbar un poco para destacar varios naturales de Morante. La pulcritud y ganas de agradar de Javier Jiménez, y la madurez de Perera, empeñado en matar estos medios-toros y abstraerse de medir su tauromaquia con encastes más comprometidos.

     Una vez más, y lo seguimos denunciando, la suerte de varas fue puro teatro. Como este mal es crónico, exigimos a la autoridad que al menos los toros sean puestos en suerte correctamente. El Reglamento está para cumplirlo. Curro Javier y Javier Ambel colocaron muy bien banderillas. La música sigue una tarde más no tocando cuando debe, y tocando cuando no debe.


GALERÍA GRÁFICA


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