LA REVOLERA

¡A quién se le ocurre!

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El diestro Iván Fandiño y el empresario Eduardo Canorea.
El diestro Iván Fandiño y el empresario Eduardo Canorea.

«…¡A quién se le ocurre pedir los toros de Miura o los de Victorino para Sevilla! Sólo a Iván Fandiño… Menos mal que ahí están mi paisano y el hijo del gran Diodoro para poner coto a tanta egolatría. Ambos merecen como premio que ‘su’ Feria les resulte un coscorrón económico de aúpa. Se lo están ganando a pulso…»

Paco Mora.-

     ¡A quién se le ocurre pedir los toros de Miura o los de Victorino para la Feria de Abril de Sevilla! Sólo a un regalón como Iván Fandiño. Y más sabiendo que la ‘miurada’ se la ha reservado El Juli para él. Claro, con esos toros tan ‘facilones’ llega Fandiño y, sin despeinarse, le corta las orejas a uno y ya tenemos a Periquito hecho fraile. Así cualquiera. Eso sería una competencia desleal para el de Velilla de San Antonio. Reconozcámoslo. Si fuera con ‘zalduenditos’ vaya que te fue, pero con ‘miuras’…

     ¡A quien se le ocurre! Para competir con El Juli hay que estar dispuesto a acabar con las camadas de Núñez del Cuvillo, Victoriano del Rio, Zalduendo, Juan Pedro y hasta con los terroríficos de Garcigrande y Domingo Hernández. Querer esconderse detrás de los de don Eduardo o de los del brujo de Galapagar le ha costado a Fandiño no torear este año a la sombra de la Giralda. Aunque el pasado año triunfara en toda la línea. Eso le pasa por egoísta. ¿A quién se le ocurre exigir los toros de Miura sabiendo que los quiere El Juli para reconciliarse con los sevillanos, por el chasco que les dio en la Feria pasada? O los de Victorino, que son tan ‘facilitos’… Y es que el torero vasco habrá pensado que a la Feria de Sevilla o se va cómodo o no se va. Y la empresa, que parece haberlo entendido así, lo deja fuera. Justo castigo a su egoísmo.

     Este año la Feria de Abril es Julián López. O así lo han entendido los cuñadísimos. En tan importante evento no hay sitio para los comodones como Fandiño, ni para los profesionales como Molés que pretendía, el muy osado, servir el gran banquete taurino sevillano a todos los españoles en el comedor de sus casas. ¡Faltaría más! Menos mal que ahí están mi paisano y el hijo del gran Diodoro para poner coto a tanta egolatría. Ambos merecen como premio que ‘su’ Feria les resulte un coscorrón económico de aúpa. Se lo están ganando a pulso.


*Publicado en aplausos.es

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