BALANCE de la jornada

Gran tarde de toros de Luque y El Cid en Gijón

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Los sevillanos Daniel Luque y El Cid, protagonistas en Gijón.
Los sevillanos Daniel Luque y El Cid, protagonistas en Gijón.

Daniel Luque dibuja dos faenas muy sevillanas, de gran calado artístico, con la muñeca rota, logrando cortar  dos orejas a su primer toro, que fue premiado con la vuelta al ruedo. El Cid vuelve a rayar a gran altura pero falló lo bueno realizado con el mal manejo de la espada.

Redacción.-

     El balance de las actuaciones de toreros sevillanos que han realizado el paseíllo hoy, miércoles 11 de agosto, ha sido el siguiente:

CORRIDAS DE TOROS

  • Gijón: Se han lidiado toros de Conde de Mayalde, bien presentados y de buen juego salvo el quinto. El tercero, premiado con la vuelta al ruedo. El Cid, saludos y saludos. Alejandro Talavante, silencio en ambos. Daniel Luque, dos orejas y silencio. Algo más de media plaza..

     Según crónica de burladero.com sobre las actuaciones de El Cid y Daniel Luque esta tarde en Gijón, «la buena corrida de Conde de Mayalde, que ha vuelto a triunfar en Gijón, ha propiciado la explosión de la Feria de Begoña con las inspiradas actuaciones tanto de El Cid, que cambió el triunfo por la ovación a consecuencia de la espada, y de Daniel Luque, que cortó dos orejas con fuerza. Lo más rotundo lo ha firmado precisamente Luque con un gran toro tercero de Mayalde al que cuajó en una faena de inspiración, muy sureña, de mucho pellizco, mano baja y muñeca rota con un excelente colaborador, provocando el delirio en el tendido gijonés que, tras una soberbia estocada que dio pie a una muerte espectacular del toro peleando su vida, desató la unánime petición. Hubo premio también para el toro, al que dieron la vuelta al ruedo. El sexto fue otro toro bueno y Luque firmó lo más redondo sobre la mano derecha, intercalando altibajos al natural. Acabó con circulares, que surtieron su efecto en el tendido, con el toro a menos. Ramató de otra estocada hasta la empuñadura aunque con el descabello se atrancó el torero sevillano.

     El Cid rayó a muy buen nivel con el primero, sobre todo con la mano izquierda, muy asentada la planta y muy inspirado también frente a un toro muy claro de Mayalde que permitió confiarse al sevillano y prolongar su línea ascendente. El cuarto fue otro toro de muchas posibilidades pero el de Salteras volvió a pinchar. La faena tuvo menos importancia que la otra, fue más de pinturería y de gustarse el torero. El toro tenía temple aunque le faltaba la continuidad y la clase del toro».

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