REAL MAESTRANZA / 5ª Novillada promoción

Rafael Cerro, al natural

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Rafael Cerro ha ganado el ciclo de promoción tras torear al natural de manera sensacional al sexto eral. La calidad y el oficio mostrado en sus formas le han hecho claro triunfador, mientras que Fernando Adrián ratificó con firmeza lo hecho en la actuación anterior. No tuvo suerte Borja Álvarez con el peor lote de la mansa novillada de Carlos Núñez.

LA FICHA

 
ERALES: Se han lidiado erales de Carlos Núñez, aceptables de presentación, mansos y complicados. Mejores cuarto y sexto.

NOVELES: –Fernando Adrián (Escuela de Arganda del Rey), de caña y oro, saludos y oreja tras aviso.
Borja Álvarez (Escuela de Alicante), de canela y oro, silencio tras aviso y silencio tras aviso.
Rafael Cerro (Escuela de Badajoz), de caldera con el bordado blanco, saludo tras aviso y dos orejas. 
 
INCIDENCIAS: Algo más de media plaza. Final del ‘Ciclo de promoción de nuevos valores del toreo’. Festejo nocturno. 


 

Rafael Cerro, con las dos orejas. (FOTO: Sevilla Taurina)

GALERÍA GRÁFICA

AL NATURAL
En breve


 
Manuel Viera.-

     A veces basta una línea para escribir de lo esencial. Una línea, una palabra: sensacional. Hay que insertar con decisión a Rafael Cerro como ganador. Su aportación para que así suceda ha sido de primera magnitud, ofreciendo sólidos argumentos para la credibilidad de su toreo. Sus faenas denotaron un conocimiento profundo del oficio, con el que supo dar solución de manera flexible y expresiva a las complicadas embestidas del manso tercero y del flojo sexto.

     Lo más importante es que el joven aspirante de la escuela de Badajoz toreó admirablemente con la izquierda al último eral de la complicada, por mansa, novillada de Carlos Núñez, instrumentado en el epilogo de faena una colección de soberbios naturales que se abrían paso entre una cascada de embestidas con surcos en el albero como si fueran fugaces espejismos de un toreo tantas veces soñado. Cerro bajó la mano, arrastró la tela y alargó la embestida hasta el infinito para definir por dentro y por abajo en hermosa forma de torear. La perfección del muletazo, la ligazón y los remates evocaron un toreo ausente muchas tardes de las plazas de toros. Fue una faena en la que quedaron, otra vez, mostradas unas formas emotivas y bien definidas.

     Al manso y rajado tercero le toreó de capa con su acostumbrada cadencia, para aprovechar después el natural viaje del eral ejecutando un toreo sin atisbo de banalidad. Y lo hizo con oficio y pleno de seguridad. Los adornos finales dieron paso a repetidos fallos con los aceros. Una lástima. Al sexto, flojo y a la defensiva, lo entendió a la perfección, rivalizó en los quites -esta vez con más voluntad que acierto- y supo después someter las bruscas embestidas hasta conseguir la asombrosa obra al natural. Aunque la estocada se le fue a los bajos sus muchos seguidores consiguieron las dos orejas para él.

     Y lo que hizo Fernando Adrián también fue merecedor de triunfo, y de orejas, por encima de partidismos y gustos. El alumno de la Escuela de Arganda del Rey. con oficio y clase, supo levantar una faena que acabó al hilo de las tablas. Y allí le bajó la mano, y le consiguió ligar notables muletazos con su habitual firmeza al manso y huidizo primero. Fue un trasteo discontinuo donde primaron las cualidades sobre los contenidos. Un pinchazo precedió a la casi entera estocada. Le ovacionaron con fuerza.

     Adrián, que le clavó banderillas a su primero con personalidad y estilo, no lo hizo bien con el cuarto. Sin embargo, sí logró contenidos emocionales en una faena que fue a más para terminar trazando largos y templados muletazos al natural. El madrileño toreó de manera notable y supo dominar una embestida corta en su recorrido, sin humillar y sin clase. Tras la estocada y descabello paseó una oreja justa.

     Quien no corrió la misma suerte fue Borja Álvarez. Lo peor de los complicados erales de Carlos Núñez le tocó a él. Lo intentó todo con el bronco segundo sin un mínimo lucimiento. Con buen criterio se fue por la espada y acabó como pudo con el mal bicho. Al descompuesto quinto confirmó su valor y firmeza sin conseguir lucirse en un sólo muletazo. Con la espada volvió a estar mal.

     A la terminación del festejo el jurado designó triunfador del ciclo a Rafael Cerro, en segundo lugar a Fernando Adrián, y tercero a Borja Álvarez.


AL NATURAL

En breve

Francisco Mateos.-

  

 

 

 

    

 


GALERÍA GRÁFICA

Fernando Adrián. (FOTO: Sevilla Taurina)

Fernando Adrián. (FOTO: Sevilla Taurina)

Fernando Adrián. (FOTO: Sevilla Taurina)

Fernando Adrián. (FOTO: Sevilla Taurina)

Fernando Adrián. (FOTO: Sevilla Taurina)

Fernando Adrián. (FOTO: S.T.)

Borja Álvarez. (FOTO: Sevilla Taurina)

Borja Álvarez. (FOTO: Sevilla Taurina)

Borja Álvarez. (FOTO: Sevilla Taurina)

Rafael Cerro. (FOTO: Sevilla Taurina)

Un brindis a Ortega Cano. (FOTO: Sevilla Taurina)

Rafael Cerro. (FOTO: Sevilla Taurina)

 

Rafael Cerro. (FOTO: Sevilla Taurina)

 


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