El buen toreo de Aarón Palacio

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El novillero zaragozano Aarón Palacio.

El novillero zaragozano Aarón Palacio ha cortado dos orejas a una descastada novillada de Fuente Ymbro, aunque algunos novillos se dejaron en la muleta. Palacio le ha cortado una oreja a cada uno de sus novillos. El cordobés Manuel Román, a las puertas de su alternativa, dio una vuelta al ruedo. El sevillano Mariscal Ruiz fue aplaudido.


SEVILLA / Novillada

NOVILLOS: Se han lidiado novillos de Fuente Ymbro; el cuarto lidiado como sobrero por devolución del titular por falta de fuerza. Desiguales en presentación y juego. Brusco el primero; tardo y sin clase el segundo; soso y sin fondo el tercero; de buen pitón izquierdo el cuarto; de mal estilo y rajado el quinto; noble y soso el sexto.
NOVILLEROS:Manuel Román (de caña y azabache), silencio y vuelta al ruedo.
Aarón Palacio (de azul y oro), oreja y oreja tras aviso.
Mariscal Ruiz (de blanco y plata), silencio y palmas.
INCIDENCIAS: Media plaza.


Manuel Viera.-

     Ha vuelto a reivindicarse como torero, que lo es, en la Maestranza. Con buen gusto y un concepto singular. Combinación que da pie a atisbar un matador de toros de futuro con un toreo ciertamente sugestivo y prometedor, e inconfundible por lo diferencial. Con una gran fuerza expresiva y una encomiable ligazón. Todo plagado por el clasicismo de unas formas con las que construye una tauromaquia bella y emotiva. Aarón Palacio ha vuelto a gustar. Su toreo irradia un gusto, una profundidad y una intensidad enorme.

     Elegancia en unas formas emotivas donde sedujo el trazo con la diestra al segundo de Fuente Ymbro, un novillo sin clase al que él pareció hacerlo bueno dando lugar a una tauromaquia hecha con gusto y verdad. Hay algo en el joven novillero de Zaragoza que induce a prestarle cierta atención a lo que hace. Y lo que hizo fue que se mostró con un valor encomiable, muy seguro delante de la cara del utrero, para torear a placer, muy templado, muy ligado y muy despacio con la derecha. Pero también lo hizo con la izquierda, aunque de manera desigual, dos naturales resultaron majestuosos en el trazo, otros surgieron enganchados. Unas ajustadas manoletinas finales y un espadazo de órdago ayudaron a la concesión de la oreja.

     El diestro de Biota se mostró muy variado con el capote en el quinto, un novillo con mal estilo que acabó rajado. Con das largas cambiadas de rodillas en el tercio inició la lidia para después demostrar con la muleta su seguridad en el sitio que pisa y esa mano derecha con la que supo exprimir la embestida del mejor pitón del utrero. Muletazos templados, hilvanados y abrochados con notables pases de pecho. Con la izquierda bajó la intensidad en la lidia, aunque dos naturales robados tuvieron el marchamo de la excelencia. Una pena que estos jóvenes que empiezan se olviden del sentido de la medida, esencial en la lidia de hoy. Tal vez por esto, y por pinchar antes de la estocada, la oreja concedida de este su segundo utrero resultó escasa de contundencia. De todas formas, fue ésta ocasión inmejorable para quedar prendado del toreo de Palacio.

     Manuel Román le imprime exquisito gusto a su toreo, pero su inseguridad delante de la cara de sus novillos es manifiesta. Un hándicap que la merma la lidia y lo muestra impotente. Su primer novillo fue muy brusco y sin clase alguna en sus embestidas. De todas formas le costó un mundo estar delante con el capote. No logró confiarse en el trasteo de muleta, aunque consiguió pinceladas con la diestra de ese toreo con gusto que atesora. Mató muy mal.

     El cuarto se lidió como sobrero al ser devuelto el titular por su nula fuerza. Fue éste un novillo noble, con mejor pitón izquierdo que derecho. El natural fue base de una faena insegura en la que dejó momentos de un buen toreo de izquierda. Román lo hizo despacio, con naturalidad y muy templado. Unos naturales de frente fueron prólogo a la estocada con la que lo finiquitó.

     Mariscal Ruiz recibió a portagayola a sus dos novillos, muestra de su ambición en esta otra tarde en la Maestranza, pero de nada le sirvió para conseguir su objetivo final. Muy desigual fue la lidia al tercero, un utrero soso y de escaso fondo. Dibujó muletazos a derecha e izquierda, pero todos sin pizca de emoción. Pinchó antes de dejar la estocada.

     Con el sexto cansó, quizás porque el trazar pases sin ton ni son, por el solo hecho de estar allí y justificar sus indiscutibles ganas de triunfo, llega a agostar al espectador; y más después de casi dos horas y media de espectáculo. Mariscal se eternizó en una lidia que no le sirvió para nada.


AL NATURAL

Cuestión de actitud

Francisco Mateos.-

     El novillero maño Aarón Palacio debería haber pensado en cambiarse el nombre, taurinamente hablando. En el toreo todo cuenta, y sobre todo cuando hay mimbres para hacer cesto. El apellido puede valer, pero sonaría mejor en plural, Palacios. El nombre es más identificativo de un activista antitaurino que de un matador anunciado en carteles de lujo… Aarón. Los tiempos cambian, la sociedad se mueve, y los gustos y modas se modifican. Al igual que en algunos trabajos cara al público, dependiendo del sector, los tatuajes, piercing y demás pueden suponer un problema a la hora de contratación, porque además de serlo, la imagen cuenta siempre, pues ese nombre de Aarón… ¿qué quiere que le diga…? Taurino no es. Pero bueno, quizás ya sea tarde.

     Y Palacio tiene toreo en sus venas. Y sobre todo, ambición. Quiere ser. Lo ha demostrado, tiene recorrido, tablas y sabe tocar diferentes teclas. Se le puede encasillar como un novillero con expresividad artística, con técnica y con valor; tres características básicas. Mostró buen toreo en su primero y expuso en su segundo. Importante cómo se metió en los terrenos del quinto novillo y le pudo. Demostró que con ambición y dando el pasito adelante se puede sacar bastante de donde parece que no hay.

     En el lado contrario, el cordobés Manuel Román. Conformista y lejos de dar una imagen de novillero a las puertas de una alternativa de lujo en su plaza de Córdoba. No terminó de asentarse en ninguno de los dos, el mejor lote de la tarde. Y con la espada, la misma inseguridad y falta de ambición. El balance es muy escaso para el material que ha tenido, que ha quedado por encima de lo que él ha demostrado.

     Mariscal Ruiz no ha tenido un buen lote; quizás tampoco él ha tenido su tarde más clarividente, aunque sus ganas quedan más que demostradas. Hay que seguirle.


GALERÍA GRÁFICA (Pagés)

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