Huelva tiene un nuevo torero para la Fiesta

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El diestro onubense David de Miranda, a hombros por la Puerta del Prínicipe.

El diestro onubense David de Miranda aprovecha el lote potable de la decepcionate y mal presentada corrida de El Parralejo para abrir la única Puerta del Príncipe del ciclo ferial tras cortar una oreja al tercero y las dos del sexto. Roca Rey naufragó con dos toros parados y sin contenido. Se despidió sin nada para el recuerdo Cayetano.


SEVILLA / Corrida de toros

TOROS: Se han lidiado cuatro toros de El Parralejo, mal presentados, sin trapío ni remate para una plaza como Sevilla. Con pocas fuerzas, parándose, algunos derrumbándose. Sólo el sexto se salva del mal juego.
ESPADAS:Cayetano (de malva y plata), silencio y saludos por su despedida de Sevilla.
Roca Rey (de verde oliva y oro), silencio y saludos tras aviso.
David de Miranda (de blanco y plata), oreja y dos orejas.
CUADRILLAS: Saludaron en banderillas Viruta, Paco Algaba y Antonio Chacón.
INCIDENCIAS: Plaza llena de ‘No hay billetes’. Cayetano Rivera Ordóñez se despedía de la plaza de Sevilla. David de Miranda salió a hombros por la Puerta del Príncipe.


Francisco Mateos.-

     Cuando la Feria de Sevilla enfilaba su recta final, en el penúltimo festejo, se abrió la Puerta del Príncipe. Honorable premio que distingue a los elegidos, a la consecución de un momento casi histórico, a algo realmente excepcional que merece ser recordado mucho tiempo, una actuación de un torero que trasciende por encima de lo habitual y por eso queda marcado con el sello exclusivo y selecto de la salida a hombros más grande del toreo. ¿Fue lo que sucedió en la actuación de David de Miranda? Habría bastante contenido que analizar y dilucidar. Sin ir más lejos, el año pasado se abrió en ocasiones con menos contenido. Este año, a partir del segundo tercio de Feria, es cierto que se ha subido el listón en el palco presidencial en la concesión de trofeos. Por tanto, teniendo como referencia los dos o tres últimos años, podemos concluir que es una Puerta del Príncipe justa. Que aún se puede ser más exigente y pedir un peldaño más para tan alto honor, también es posible.

     Y quién mejor que un  torero como David de Miranda, que representa a esos toreros hechos a fuego lento, sufriendo y aguantando la cara más dura y amarga de la Fiesta, viviendo las miserias del toreo, con escasas oportunidades como matador de toros, con la paciencia eterna que hay que tener para no tirar de la cadena y abandonar ese sueño loco de querer ser matador de toros, para que saboree este alto honor de la Puerta del Príncipe. Ojalá le valga como justo trampolín de un salto adelante en su trayectoria, que le abra puertas y pueda demostrar en muchas plazas lo que ha demostrado hoy sobre el albero sevillano.

     La inercia del sábado de Feria a efecto taquillero es increíble. Ese poder de convocatoria de fin de semana para los pueblos y ciudades cercanas, más el AVE funcionando -cuando funciona- a pleno rendimiento con personal foráneo para disfrutar de las últimas horas de las casetas feriales, unido al tirón taquillero de Roca Rey, es más que suficiente para colocar por sexta vez el cartel de ‘No hay billetes’. Porque el cartel lo abría un Cayetano venido a mucho menos y un David de Miranda desconocido para el gran público, pero que sí aportó su cuota de público con el frente choquero, muy animoso toda la tarde.

     La empresa, un día más, aun sabiendo que iba a ser un día de lleno, descuidó al toro. La corrida de El Parralejo suspendió por forma y fondo. Por forma porque la corrida ha estado mal presentada, indigna para Sevilla, una novillada y justita de presentación, sin remate, sin trapío… y todo ello con el visto bueno de una Junta de Andalucía, que mantiene a unos presidentes que no ponen orden en los corrales año tras año. Así no se fomenta la cultura taurina. Y por fondo, porque la ‘novillada’ tuvo poco contenido, con astados desrazados y desplomándose, rodando por el suelo varias veces, parados, sin recorrido, a la defensiva. Sólo el lote de David de Miranda -sobre todo el sexto- dio un buen juego por noble, repetidor y embistiendo por abajo.

     El torero de Huelva quiso dejar claro ya en el quite del segundo toro que no venía de relleno de cartel, y ejecutó un ajustadísimo quite por saltilleras al toro de Roca Rey. Volvería a hacer un quite al quinto, el segundo del torero peruano y gran atractivo del festejo. Roca Rey le respondió en el segundo pero ya no hubo respuesta en el quinto; en ese segundo el quite del choquero fue bastante más aplaudido que el de Andrés. El tercero -primero de David- era otro ‘novillo’ impresentable para Sevilla, sin cara ni remate de toro, un insulto a la Maestranza y a su historia. Lo citó de lejos desde los medios y empezó directamente con una tanda de toreo al natural, pero el ‘novillo’ se caía. La voluntad se estrellaba con la incapacidad del astado. Faltaba emoción, por mucho que la banda intentara aninar el cotarro atacando el pasodoble. Mantuvo y alargó un poco las agónicas embestidas, más templado, con una faena que iba a más. Los tiempos, los toques precisos y la ausencia de brusquedad fueron claves para mantener al torillo imantado a la muleta, gustándose en los cambios de mano y muletazos por bajo. Arrucinas de remate y toreo de cercanías, en faena justa y medida. Atacó y agarró el espadazo, cortando una oreja.

     El sexto fue el mejor del encierro. Tenía nobleza, humillaba y repetía por abajo. Las dos primeras tandas por la derecha tras unos estatuarios emocionaron a los tendidos, que de inmediato se volcaron de lleno en disfrutar del momento. Las trincheras de remate de las tandas, muy lentas y con gusto. Todo hecho en los medios. Toreo en redondo largo, todo siempre ligado y haciendo las cosas de verdad, por abajo y para los adentros. La plaza rugió, aplaudiendo puesta en pie. Los muletazos genuflexos de remate de la faena, ya con la espada de matar en una faena bien medida, tuvieron sabor. Entró a matar muy derecho y con el brazo por delante, también en las afueras, y la estocada fue fulminante. El presidente, en un gesto que no era necesario, sacó los dos pañuelos blancos a la vez. Dos orejas en el sexto y una oreja en el tercero. Puerta del Príncipe. Honor al torero de Huelva, una tierra tan taurina que de nuevo tiene a un torero que lo represente en primera línea de la Fiesta.

     El segundo de El Parralejo, igual de mal presentado: un novillo sin trapío para Sevilla, indigno de corrida de toros de Feria. Blandeó en varas. Sin contenido ni virtudes en su interior, cómo habrá sido de malo el torito que ni siquiera Roca Rey ha podido sacarle nada de lucimiento, en una faena que ha sido hasta corta, cuando el peruano es de faenas de largometraje. Un desastre. En el quinto se vivieron algunos momentos de confusión, Primero, cuando la banda comenzó a interpretar el pasodoble sin que estuviera pasando nada importante en el ruedo, lo que provocó algunas protestas. Después, una pelea en una grada del 10 que hasta Roca Rey tuvo que alejarse del astado y esperar unos segundos hasta que la cosa se calmó. El astado (que tenía su faena) necesitaba temple y muleta de dulzura; encontró series toscas y toques bruscos, con demasiados topetazos en la muleta. Faena vulgar, ayuna de temple y de calidad; llegó a sonar un aviso a la vez que el pasodoble de la faena aún estaba sonando… Mató de pinchazo hondo y estocada. Aplausos al toro (más para molestar al torero que por sus bondades) y silencio de los que duelen al torero.

     Se despedía de Sevilla Cayetano Rivera Ordóñez. Última corrida en Sevilla del último representante en activo -por el momento- de una estirpe de oro del toreo. El primero era un ‘novillo’ impresentable e inválido. El novillo no es que claudicara perdiendo de vez en cuando las manos, sino que rodó en costaladas varias veces por el suelo. No hubo faena. Estocada de Cayetano en el ‘rincón de Ordóñez’, aunque dudo que sea el mejor y mas bonito homenaje en Sevilla a su abuelo materno.

     Tras el brindis del cuarto, sin llegar a ponerse aún delante del toro, la banda empezó a interpretar ‘Juncal’… sin un solo pase. Se entiende que en reconocimiento a su último toro en Sevilla. Puedo entender que se haga esa excepción a un torero con una trayectoria muy importante en Sevilla y en el toreo. En Sevilla, Cayetano sólo ha cortado una oreja en todos estos años a pesar de estar mimado en carteles buenos; y en el toreo no hay aportación, más allá de ser muy respetuoso con la Fiesta. No venía a cuento ese detalle de reconocimiento adicional a un toreo respetable pero que no deja aportación alguna a la Fiesta. Y después es que no hubo faena, ni un pase bueno a un toro muerto en vida y parado. No hay mayor ridículo y esperpento que un concierto de pasodoble sin toro ni torero… Ni un aplauso, ni un ¡olé! a los medios pases de Cayetano, pero la banda le dio tres o cuatro vueltas al pasodoble ‘Juncal’, sin parar hasta que cogió la espada. Menudo ridículo. Estocada y descabello. Se marcha y cierra la puerta de su Feria de Sevilla Cayetano; deja un puesto libre, un hueco, que ojalá se haga justicia y sea para David de Miranda. Eso hace falta: que más de uno vaya dejando por fin huecos libres para toreros con ganas de triunfo y cualidades para el toreo.


LA VOZ DEL ABONADO

Saltó la sorpresa

Unión taurina de abonados y aficionados de Sevilla.-

     Cuando a eso de las 18:30h enfilaba el paseo Colón hacia la Maestranza, arrastrando los pies y sin esperanza alguna de ver algo parecido al toreo esta tarde, no me podía ni imaginar lo que pasaría dos horas más tarde. Y menos después de la lidia de los dos primeros toros, por decir algo -novillada indigna del Parralejo-, faltos de vida; el primero debió ser devuelto por inválido y en los que no pasó nada.

     Cayetano se despedía de Sevilla y se fue como llegó, sin hacer ruido, si no hubiera sido por el pasodoble que tocaron en su honor en su segundo. Ridículo y de plaza verbenera escuchar un pasodoble en una faena a un toro moribundo que ni pasaba.

     Roca Rey es el que llena la plaza una vez más. ¡Vaya feria, Ramón!, luego dirás que no salen los números. En su primero pasó inédito y en su segundo, que tenía algo más de vida que sus hermanos, estuvo por debajo del toro, con muchos enganchones y tan destemplado como siempre. A toro parado, Roca no dice nada, necesita un animal que se mueva.

     David de Miranda con su primero, un eral indecente con dos ‘platanitos’, estuvo muy bien colocado y tirando del animalito. Le sacó excelentes pases por ambos pitones (por decir algo lo de pitones), cortando una merecida oreja, de las de ley. Y en el sexto -el mejor del encierro- llegó la gran sorpresa. El toro rompió a embestir por abajo y David estuvo muy templado y con un toreo muy vertical, pero peor colocado que en el otro, pues el toro se movía más. Como mató a la primera le dieron las dos orejas, que junto a la del primero le abrían la Puerta del Príncipe. No seré yo el que le ponga muchos ‘peros’ a esta  devaluada Puerta del Príncipe, cuando tanto se necesita sangre fresca en el avejentado escalafón de matadores con una nómina de figuras más que amortizadas. Ojalá le sirva esta puerta grande por lo visto hoy. Parece que hay mimbres.


GALERÍA GRÁFICA (Pagés)

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