REAL MAESTRANZA - 1ª Ciclo San Miguel

López Simón, más que valor

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El diestro madrileño Alberto López Simón ha cortado la única oreja de la tarde en la Maestranza a la noble y floja corrida de la ganadería de El Pilar, primer festejo del ciclo de San Miguel. El sevillano Manuel Escribano, que rivalizaba en mano a mano, fue ovacionado en dos de sus toros.

LA FICHA

TOROS: Se han lidiado toros de El PilarMoisés Fraile. El primero lidiado como sobrero. Bien presentados, nobles, flojos y sin casta. Destacó por calidad el desfondado tercero. Complicado el sexto.

ESPADAS: -Manuel Escribano (de rosa y oro), silencio, ovación y ovación.

-Alberto López Simón (de lila y oro), vuelta al ruedo, oreja y fuerte ovación.
 
CUADRILLAS: Destacó picando al segundo Tito Sandoval.
 
INCIDENCIAS: Algo más de media plaza.

 

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El madrileño López Simón, con la única oreja cortada hoy en la Maestranza. (FOTO: Javier Martínez)
El madrileño López Simón, con la única oreja cortada hoy en la Maestranza. (FOTO: Javier Martínez)

 

 

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AL NATURAL
Sin toro, no hay emoción

Francisco Mateos
LA VOZ DEL ABONADO
El toro doméstico, o el medio toro

Unión Taurina de Abonados de Sevilla

 


Manuel Viera.-

     Apenas se recuerda otra cosa de la floja y sosa corrida de El Pilar que la imponente forma con la que se la jugó López Simón con el complicado y peligroso sexto toro de la tarde. Resulta difícil imaginar una faena con más valor, más arrolladora, a veces templada, ligada y llena de matices. Tal vez le faltó encanto, pero sí encarnó de manera admirable la autenticidad, el refinamiento, el ajuste y el valor propio de su concepto. Fue la suya una emotiva lidia en la que supo combinar talento y verdad, frescura y madurez, brillo y sosiego en un toreo diestro, extremadamente ajustado, aparentemente fácil y extraordinariamente emotivo.

     Fue este último toro el único que le dio emoción a una tarde que transcurría alicaída e incluso decepcionante por esa falta de fuerzas y escasa casta del bien presentado encierro de Moisés Fraile. Un toro que cortaba el aliento con su mala baba. Las complicaciones para la lidia, derivadas de esas complejas embestidas por ambos pitones, traducidas en peligrosas coladas, las solucionó el madrileño con una despampanante serie de muletazos diestros en la que cada trazo le pasaba el pitón acariciándole los muslos. López Simón hizo el toreo, le injertó algo más que valor forzando las acometidas hasta conseguir la ligazón. Faena de orejas que malogró con un incomprensible fallo con la espada. La ovación final se escuchó en su Madrid natal.

     Al noble y flojo cuarto le cortó la oreja tras faena de quietud, de hilvanados y templados muletazos rematados con notables obligados de pecho. Trazos perfectos a los que les faltó la emoción de las sosas embestidas. Epilogó con una templada y más emotiva serie diestra en la que incluyó un cambio de mano que llegó con inmediatez a los tendidos. La estocada, además, muy buena.

     También le pidieron el apéndice del flojísimo segundo que el palco, con buen criterio, no concedió. El madrileño realizó una lidia basada en la quietud, en una exquisita despaciosidad, en la ligazón y los acertados remates. Pero todo sin la necesaria emoción. Incluso los trazos al natural citando de frente quedaron inconclusos por la falta de fondo de un toro que acabó parado. Con una estocada lo tumbó.

     Mal empezó la tarde para Manuel Escribano. Como en él es habitual se fue a portagayola para recibir al primero. Un toro que en los primeros lances se lesionó quedando inservible para la lidia El sobrero fue un inválido que no tuvo un pase. Mejor clase en la embestida tuvo el noble tercero, pero sólo aguantó poco más que una docena de muletazos. Manuel desistió, ante las protesta del público, de clavar banderillas. Sólo en dos series de naturales pudo mostrar su concepto basado en la profundidad y el temple. Fueron muletazos de trazo largo y despacioso, ligados y rematados con los que camufló la invalidez de un toro que acabó a la defensiva. Tras la estocada desprendida fue ovacionado.

     Muy parado también resultó el quinto. La sosería de las embestidas y la falta de fuerzas minimizó el ánimo del sevillano que, tras jugarse literalmente la vida en el par de banderillas en la tablas y sentado en el estribo, vio como su toreo a derecha e izquierda no tenía repercusión en los tendidos. Con una estocada casi entera lo mandó al desolladero.


AL NATURAL

Sin toro, no hay emoción

Francisco Mateos.-

     No por tanto repetirlo parece que el axioma se aprenda: sin toro, no hay emoción.  El toro es el epicentro de lo que ocurra en un ruedo. Por muy importante y bueno que sea el torero, si no hay emoción en las embestidas del toro, no hay nada que hacer. El espectáculo se muestra entonces aburrido, plano, sin contenido… Un mano a mano entre estos dos toreros en una plaza de toros como Sevilla habría merecido otro planteamiento ganadero muy distinto. Pero ya se sabe que esta empresa hace este cartel (de abono) en abril… Así, ya tenía contratada una corrida de El Pilar, pero quedaban por designar los toreros. Pensaría Ramón Valencia que iba a solucionar el conflicto creado por la propia empresa con las figuras… Pues no, y al anunciar un interesante mano a mano entre Escribano y López Simón nos encontramos con una ganadería que no era aliciente adecuado como para redondear la tarde.

     Los toros han ido saliendo descastados, algunos rodando pos los suelos por su más que manifiesta flojedad de patas. Y así todo ha sido un eterno intento para al final no poder ser. ¡Qué distinto ver a Escribano con este tipo de toros descastados que con la emoción de otros astados! Hoy Escribano no ha parecido Escribano. Y López Simón ha dejado muestra de su toreo, pero también de su fragilidad. Le queda rodaje a este López Simón con cualidades hasta tomar una necesaria regularidad que le aúpe a la parte selecta del escalafón.

     Los sufridos aficionados y guiris (bueno, estos no tanto, que se conforman con esto y la colección de fotos que se llevan para el Japón y la China) salieron de la plaza cabizbajos, con pocos recuerdos en la memoria… y un agujero en el bolsillo que ahora después de visto lo visto (o mejor dicho, después de no visto lo que deberían haber visto) duele aún más.


LA VOZ DEL ABONADO

El toro doméstico, o el medio toro

Unión Taurina de Abonados de Sevilla.-

     Vuelve a fallar el toro. En presentación y en comportamiento. El primero, a los diez segundos de irrumpir en el ruedo, sin causa aparente, se congestiona y ofrece un espectáculo lamentable. Se impone un análisis post morten riguroso y una nota pública de la presidente explicando los informes pertinentes de los veterinarios. Dudamos que se haga.

     Excepto el sobrero primero y el quinto de la tarde, saltaron al ruedo animales sin trapío, cortos de defensas, renqueantes, ofreciendo una docilidad que parecían animales de compañía del salón de casa más que toros bravos y encastados. Hasta dónde llega la cosa que el mejor picador del escalafón, Tito Sandoval, casi se deja pegar una cornada permitiendo que le derribara la cabalgadura por no picar al toro y dejárselo crudito a su matador López Simón.

     Una vez más se simularon las varas, se pusieron los toros en suerte cual capea de pueblo y en la muleta, mortecinos y renqueantes, con cortos viajes, cara a media altura, estos animalillos duraban máximo tres tandas de ir y venir, sin emoción ni acometividad. Se confunden de pitón a rabo los toreros y sus mentores eligiendo semejante material, y si encima tienen la complicidad, una vez más, de la presidente Anabel Moreno, la cual es colaboradora leal de la empresa y de los taurinos para aprobar el tercer toro: feo, raquítico, renqueante, sin fuerzas, sin trapío, que no servía ni para ser lidiado en plaza de tercera y, sin embargo y a pesar de sonoras protestas, hizo tragar este animalucho a Sevilla.

     Lo de esta tarde de Escribano en Sevilla es para preocupar. Ante estos toros descastados y moribundos, el torero estuvo espeso, con poca actitud, mal en banderillas, matando fatal. Distaba mucho de aquel torero entregado y bullidor que cortó dos orejas a un ‘miura’. López Simón le ganó la partida solamente con pisar un poco los terrenos del toro, arrimarse, y poner sobre el albero la emoción que carecían los toros.

     Este López Simón, revelación de la temporada, viene a dar un aldabonazo a mucho mediocre que usa la técnica, los resabios y las ventajas para copar los primeros puestos del escalafón. Ya tiene la empresa algo de solución para los carteles del año próximo con Simón por un lado, y Roca Rey por otro. Ambos arrean fuerte, pero que no se confundan y pidan el toro encastado, no las birrias de esta tarde.


GALERÍA GRÁFICA (Javier Martínez)

Manuel Escribano.

Manuel Escribano.

Manuel Escribano.

Manuel Escribano.

Manuel Escribano.

Manuel Escribano.

Manuel Escribano.

Manuel Escribano.

Manuel Escribano.

López Simón.

López Simón.

López Simón.

López Simón. López Simón. López Simón.
López Simón. López Simón. López Simón.

OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez)

Toros sin fuerzas.

Toros sin fuerzas.

Toros sin fuerzas.

Toros sin fuerzas.

Manuel Escribano.

Manuel Escribano.

Aprietos para el picador. Aprietos para el picador. López Simón.
López Simón. López Simón. López Simón.

 


LOS TOROS, UNO A UNO (Javier Martínez)

El primero.

El sobrero primero.

El segundo.

El tercero.

El cuarto.

El quinto.

El sexto.


 

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