Sobre la plaza de toros de Utrera

Querido alcalde

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«…sigo echando de menos la mano lúcida de un político que apueste, de verdad, por los toros en Utrera; no dejarse llevar por la manipulación callada, pero efectiva, de quienes hacen su trabajo diario, subterráneo y a veces pestilente. Tan malo es la dejadez y mirar para otro lado como mirar demasiado allí donde se incurre en fórmulas absurdas con apariencias protocolarias con las que se justifica el paripé…»

Manuel Viera.-

     Ya sabrás que el mundo del toro nunca deja de exhibir sus diferencias. Es tan complejo entenderlo y estar en él, que ha de ser muy difícil poner orden y controlar sus muchos tópicos heredados. Quizá tengan razón los que velan por la seguridad del espectáculo, por el cumplimiento de la reglamentada Ley taurina, pero su demostrada capacidad de prever no debe abocar a los demás a vivir con la perspectiva perenne del problema.

     Empleando el lenguaje de la calle, que es el único vivaz y auténtico para entenderse y que nos entiendan, te pido, del tirón, que soluciones cuanto antes la escasez de plazas para informadores gráficos en los burladeros del callejón de la nueva plaza de toros. La enorme responsabilidad con que realiza su trabajo la autoridad gubernativa, de quien dependen los pases de callejón, ha creado no pocos disgustos al que desinteresadamente ha colaborado con los distintos organizadores de los festejos celebrados. No más de cuatro acreditaciones han sido adjudicadas a fotógrafos en las importantes tarde de toros, cuando las peticiones de medios nacionales, provinciales y locales la cuadruplicaban.

     No hay ¿o quizás sí? una respuesta que convenza a quiénes preguntan por la actitud ilógica de los guardianes del orden, que mantuvieron encendida durante la celebración de las corridas de toros la chispa del cabreo en los que no le dejaron ejercer su profesional trabajo desde su natural ubicación. Solución: la instalación urgente de un nuevo burladero junto al ya existente.

     Ah, y otra cosa, sigo echando de menos la mano lúcida de un político que apueste, de verdad, por los toros en Utrera, y que sea capaz de no dejarse llevar por la manipulación callada, pero efectiva, de quienes hacen su trabajo diario, subterráneo y a veces pestilente. Tan malo es la dejadez y mirar para otro lado como mirar demasiado allí donde se incurre en fórmulas absurdas con apariencias protocolarias con las que se justifica el paripé. Después del esfuerzo por devolver a Utrera lo que nunca debió perder bien vale seguir en el empeño. Y no sólo con buenas intenciones.


*Manuel Viera es redactor y responsable de las crónicas de Sevilla Taurina, así como colaborador taurino de Punto Radio en Sevilla y Utrera. (manuelviera.com).


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