Deben volver para quedarse

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Juan Pedro 'Calerito', Samuel Navalón y Lama de Góngora. FOTO: Eduardo Porcuna.

«…no cargan las tintas ni en el expresionismo tan de moda, ni en la recreación de lo vulgar. Lo cursi o lo violento tiene poca cabida en sus formas de torear. Torean poco, casi nada. Cada uno lo hizo imprimiendo su característico sello personal. De ahí el interés de la lidia, pese a que no llegasen a alcanzar el preciado triunfo…»

Manuel Viera.-

     Son toreros que huyen del exceso, que no cargan las tintas ni en el expresionismo tan de moda, ni en la recreación de lo vulgar. Lo cursi o lo violento tiene poca cabida en sus formas de torear. Torean poco, casi nada, pero cuando lo hacen apechugan con toda la exigencia y dan como resultado una cada vez mayor, y más consciente, voluntad de verdad.

     Cada uno se adentró por los vericuetos de lo auténtico. Cada uno lo hizo imprimiendo su característico sello personal. De ahí el interés de la lidia, pese a que no llegasen a alcanzar el preciado objetivo del triunfo rotundo. Y lo buscaron ante los astifinos, aunque parados, toros de Fuente Ymbro.

     Hubo muchos momentos de interés en la corrida de inauguración del ciclo continuado de Feria de Abril en Sevilla. Lama de Góngora mostró un valor innegable y una actitud intachable. Con su fluir elegante y natural dejó muestras de infinidad de detalles, a derecha e izquierda, de notable calidad. Se hizo evidente que el sevillano imprimió a sus respectivas faenas grandeza de concepto, sentimiento y belleza. Un toreo que quiso ensalzar sus valores y la excepcionalidad de quien lo interpreta.

     Calerito, de clara voluntad clásica, se reafirmó en una expresividad capaz de resaltar el pulso y la ligazón, alcanzando una dimensión notable en el trazo del natural. Toreó despacio con la derecha con muletazos de clara expresividad. Claridad que trasciende su concepto llegando a torear con elegancia.

     Samuel Navalón fue todo voluntad. Ganas y valor. El diestro valenciano sacó meritorios muletazos mientras sus toros le embistieron y alcanzó momentos de estimable ajuste. Son toreros que deben volver para quedarse. Toreros de muchísimas posibilidades, pero deben de profundizar en ellas. Interés en lo visto, buena calidad en lo hecho y todo bajo el síndrome de la baja casta y el escaso poder de los toros de Ricardo Gallardo. Ese fue el panorama de la tarde.

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