REAL MAESTRANZA - Novillada sin picadores

Oreja para la cordobesa Rocío Romero

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Rocío Romero, oreja en la Real Maestranza.

La cordobesa Rocío Romero ha sido la más destacada de los seis aspirantes que han hecho el paseíllo en la segunda novillada de promoción. Su facilidad con el capote y el empaque en la muleta le han servido para cortar una oreja. El sevillano Adrián Ruiz y el extremeño Ismael Jiménez, vuelta.


SEVILLA / Novillada sin picadores

ERALES: Se han lidiado erales de la ganadería de Villamarta, buenos en conjunto, destacando segundo, tercero, cuarto y quinto.
NOVILLEROS:Adrián Ruiz (Escuela de Camas), vuelta al ruedo.
Rocío Romero (de Córdoba), oreja.
Jesús Cuesta (Escuela de Sevilla), ovación tras aviso.
Ramón Serrano (Escuela de Murcia), silencio tras aviso.
Ismael Jiménez (Escuela de Badajoz), vuelta al ruedo tras aviso.
Miguel Polope (Escuela de Valencia), silencio
.
INCIDENCIAS: Menos de media plaza. En la enfermería fue atendido el banderillero Antonio Ronquillo de un «varetazo corrido en región inguinal derecha y contusión en el párpado izquierdo. Pronóstico leve». Casi media plaza.


Redacción.-

     La novillera cordobesa Rocío Romero ha sido la más destacada en la segunda novillada del ciclo nocturno de promoción de Sevilla, cortando una oreja con fuerza después de realizar la mejor faena de la noche. También destacaron los noveles Adrián Ruiz e Ismael Jiménez, que dieron una vuelta al ruedo. En buen tono estuvieron Jesús Cuesta y Ramón Serrano, mientras que Polope no tuvo suerte y lidió un novillo de mal juego.

    Adrián Ruiz, de la Escuela de Camas, toreó bien a la verónica, con lances de sabor añejo. Con la muleta firmó un buen comienzo de faena doblándose por bajo. Después ligó series estimables con la derecha a un novillo repetidor. Por el izquierdo se quedó más corto el de Villamarta y embistió con la cara alta, desluciendo los intentos del novillero. Mató de estocada y hubo petición de oreja que el presidente no atendió. Dio la vuelta al ruedo.

     Rocío Romero, de Córdoba, fue el gran descubrimiento de la noche. Manejó con facilidad el capote en el segundo y estuvo variada en un quite posterior. Comenzó la faena toreando con buena compostura y templó bien en las primeras series diestras. También al natural acompasó muy bien las embestidas del novillo, sin perder nunca el empaque, que es una de sus grandes virtudes. La última serie por ese lado fue excelente por templada y acoplada. Mató de media efectiva y cortó una oreja con petición incluso de la segunda.

     Jesús Cuesta, de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, se salió hasta los medios en los lances de recibo. Comenzó la faena con estatuarios en los medios y después destacó en el toreo diestro, ligando bien los muletazos a un novillo colaborador. También le cogió el aire al natural en la segunda tanda. Completó una entonada faena a un buen novillo de Villamarta. Su labor se alargó, sonando un aviso mientras se adornaba por bernardinas. No estuvo fino con la espada y fue ovacionado.

     Ramón Serrano, de la Escuela de Murcia, hizo un buen quite por gaoneras en el tercero y ya en su novillo estuvo variado en el recibo de capa. Brindó a Pepín Liria y comenzó la faena con pases cambiados por la espalda sin moverse. Mostró seguridad y quietud en la faena de muleta, entendiendo bien y estando valiente ante otro buen novillo al que toreó con limpieza por ambos pitones. Faena larga y entregada que remató de espadazo defectuoso. Silencio.

     Ismael Jiménez, de la Escuela del Patronato Provincial de Tauromaquia de Badajoz, tuvo un novillo más tardo con el que se empleó a fondo. Los mejores muletazos los dio al natural llevando largo a su oponente, aunque para ello tuvo que descomponer un poco la figura. Apuró todas las embestidas del eral y mató de buena estocada, dando la vuelta al ruedo tras petición de oreja.

     Miguel Polope, de la Escuela Taurina de Valencia, no pudo lucirse de capa. En banderillas resultó cogido Antonio Ronquillo, pasando a la enfermería por los fuertes golpes pero sin cornada. En la muleta el novillo se rajó a las primeras de cambio y resultó el más complicado de la buena novillada de Villamarta. Poco pudo hacer Polope con semejante enemigo.


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