GALLEANDO

La vuelta de Pepe Luis

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El diestro sevillano Pepe Luis Vázquez Silva. (FOTO: ABC-Sevilla)
El diestro sevillano Pepe Luis Vázquez Silva. (FOTO: ABC-Sevilla)

«…Ilusionante regreso de quien continuamente se mostró elegante sin resultar aburrido. Estético pero no pretencioso y, sobre todo, sevillano en el mejor sentido del término. Exaltación de la sencillez. Naturalidad que alía el refinamiento de unas formas muy distintas a las habituales…»

Manuel Viera.-

     Reaparece la referencia de la naturalidad para redescubrir el aroma del arte en los pequeños, o grandes, detalles con los que el toreo volverá a brotar. Porque, ¿qué importa verle sólo una delicadeza sin con ella es capaz de emocionar? Algo que se notará en el mimo y la bella factura del trazo de un natural. Sublime parsimonia de un pase a medio acabar para hacer de él el fragmento que extracta su concepto. Una finura, acariciando suavemente la embestida, para destilar la esencia de ese toreo de raíces ‘pepeluisista’ y dejar sobre la tierra del ruedo atemporales maravillas.

     Única respuesta a la insaciable necesidad de torear para hacer gozar con la filigrana generada por el deseo. Aunque no se complete la obra. Aunque los recursos sean limitados. Así lo hará quien retornará vestido de torero cinco años después de su última vez. José Antonio Morante lo ha convencido para que así sea. Ya le hizo enfundarse el vestido de torear para la despedida en memorable ‘mano a mano’ aquella histórica tarde del 8 de septiembre de 2012 en la plaza de toros de Utrera. Ahora, igualmente ambos y junto con Manzanares, volverán a generar ilusiones en Illescas. Allí, el toreo de Pepe Luis Vázquez iluminará la plaza misteriosamente. Y conseguirá que parezca más bello y hermoso. Le bastará el quejío, el duende, la genialidad de un muletazo para justificar su existencia. Demasiado poco o, quizás, mucho para quien reaparecerá por un sólo día para resumir, explicar y definir su personalidad artística. Misterio y sentimiento, dislocado y enrarecido, que crecerá como la enredadera que atrapa y posee.

     Ilusionante regreso de quien continuamente se mostró elegante sin resultar aburrido. Estético pero no pretencioso y, sobre todo, sevillano en el mejor sentido del término. Exaltación de la sencillez. Naturalidad que alía el refinamiento de unas formas muy distintas a las habituales. Porque ahora casi todo se ha convertido en ‘cultura del simulacro’. En pases ligeros, mecánicos y artificiales entre los cuales vive la Fiesta. Sólo la excepcionalidad de unos pocos únicos, que hacen cosas inolvidables despojadas de banalidades, deleita y conmueve. Expresiones de una manera de hacer sorprendente y convincente.

     Será una gran tarde de toros. Una tarde de enorme interés en la que muchos deseamos estar allí.


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*Manuel Viera es redactor y responsable de las crónicas de Sevilla Taurina. (manuelviera.com)

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