REAL MAESTRANZA - 2ª Novillada promoción

Calor, bulla y buen toreo de Emilio Silvera

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El novillero Emilio Silvera ha cortado la única oreja de un festejo marcado por el calor insoportable y asfixiante en la los tendidos de la plaza de la Maestranza, aun en horario nocturno. Carlos Llandres dio una vuelta al ruedo y Fran Ferrer fue silenciado con erales de la ganadería de Villamarta.

LA FICHA

ERALES: Se han lidiado erales de la ganadería de Villamarta, desiguales de presentación, nobles e interesante juego. Mejores, primero, cuarto y sexto.

NOVELES: -Emilio Silvera (Escuela de Tauromaquia de Sevilla), de verde y oro, vuelta al ruedo tras leve petición y oreja.

-Carlos Llandres (de Sevilla), de celeste y oro, silencio tras aviso y vuelta al ruedo tras leve petición.
Fran Ferrer (Escuela de Tauromaquia de Murcia), de tabaco y oro, silencio y silencio.
 
INCIDENCIAS: Dos tercios de plaza. Festejo nocturno. Segunda novillada de las tres clasificatorias del ciclo de promoción de nuevos valores del toreo.

 

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El dilema

Francisco Mateos

Emilio Silvera, en la vuelta al ruedo tras cortar la oreja del cuarto. (FOTO: Arjona)

 

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Manuel Viera.-

     Quizá andaba la gente aún pendiente de su acomodo. Gente joven predispuesta al divertimento acompañado con el buen comer y el buen beber en una noche de calor asfixiante e insoportable. Quizá por eso la exquisita elaboración e indudable inspiración de la faena de Emilio Silvera al buen novillo de Villamarta no alcanzó su justa valoración. Y es que el sevillano, hijo del maestro de Huelva del mismo nombre, toreó despacio, templó embestidas e hilvanó muletazos diestros con enorme facilidad rítmica aliada con gotas de un virtuosismo de ley.

     El alumno de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla entendió muy bien al flojo novillo que abrió plaza, e incluso mostró matices de un toreo al natural de largo trazo, vigoroso y, a veces, sutil y extraordinariamente rematado con el obligado pase de pecho al hombro contrario. Los ayudados por altos, las trincherillas y otros detalles toreros epilogaron un trasteo al que le faltó la emoción que no tuvo la noble embestida del flojo eral. Tras la estocada dio la vuelta al ruedo.

     Sin embargo, el rajadito cuarto repitió largo y con tranco en las telas de Silvera. Toreó despacio con el capote y le imprimió temple a una muleta que manejó con soltura en muletazos largos, ligados y rematados. Faena que prolongó con unas formas más efectistas y con la que animó a un público más pendiente de la bebida y de la bulla en los tendidos que de lo que sucedía en el ruedo. Los pases de rodillas y en redondos tuvieron su efecto y pese al metisaca y estocada baja, esta vez, paseó la oreja que debieron pedirle tras la muerte del primero.

     Carlos Llandres mostró su concepto basado en el temple en escasos detalles de buen toreo con el noble y repetidor quinto. Anduvo solvente y despacio en los lances de capa para rematar, a modo de quite, con unas chicuelinas muy bien trazadas y ajustadas. La ejecución de la faena tuvo momentos de calidad con el muletazo diestro y algún que otro natural de mano baja y trazo hondo, pero no tuvo continuidad. El molesto calamocheo del noble y rajado novillo malogró un trasteo que resultó demasiado enganchado. Mató con facilidad.

     Con el segundo, un novillo chico y de embestida descompuesta, el sevillano compuso una faena de pases sueltos, siempre con atisbos de buen temple, pero sin la mínima ligazón. Algún natural y pase de pecho bien dibujado y poco más. Con el descabello se eternizó.

     Fran Ferrer no se entendió con el complicado tercero. El molesto cabeceo del eral le enganchó demasiado las telas en una faena de altibajos con escasos momentos de calidad. No obstante, a lo poco hecho le imprimió temple y buen gusto, sobre todo en un final al natural. No obstante, con el buen sexto sí pudo el alumno de la Escuela Taurina de Murcia atisbar su concepto en un toreo largo, más hilvanado y mejor rematado, aunque muy despegado y con tendencia hacia fuera. En ambos fue silenciado.


AL NATURAL

El dilema

Francisco Mateos.-

     ¿De Sevilla o de Huelva? ¿Dónde ubicamos a este muchacho que en esta terrorífica noche de calor maestrante nos trajo el regusto de la brisa de su capote? Emilio Silvera se llama. Emilio, y Silvera. Huelva a priori por los cuatro costados. Hablar de Silvera en el toreo es hablar de Huelva. Dicen que no se es de donde se nace, sino de donde se pace. Por eso, aunque Finito nació en Sabadell, es cordobés de pura cepa. Ferrera nació en Mallorca pero es extremeño a más no poder. Y ya hablando de Huelva, Miki Litri nació en Madrid pero es más onubense que las gambas blancas de la costa atlántica. Y entonces, ¿qué pasa con este Silvera del siglo XXI?

     He tenido la oportunidad de hablarlo con él en algunas ocasiones, y hasta con su madre. El joven Emilio no eligió el destino separado de sus padres, y si su padre permaneció arraigado a Huelva, su madre eligió Sevilla para su nueva etapa. Aquí, en Sevilla, ha crecido Emilio Silvera, aunque lógicamente sin olvidar sus raíces choqueras. Aquí vive, en el sevillano barrio de Los Remedios; aquí estudia; aquí desarrolla el mayor tiempo de su ocio y donde tiene su grupo de amigos cotidianos; y aquí entrena y se prepara como torero en la Escuela de Tauromaquia de Sevilla, al amparo del ahora profesor Luis de Pauloba, de quien sin duda se ha empapado en la forma de torear con el capote… Entonces, ¿es de Huelva o es de Sevilla este nuevo Silvera? Un dilema. Esta noche han venido desde Huelva muchos taurinos, periodistas, aficionados,… mucha gente llegada desde la patria de su estirpe. Quizás tenga ese dilema inerior el joven Silvera, que con mucho cuidado no se ha anunciado en los carteles ni de Huelva, ni de Sevilla, sino que bajo su nombre en los carteles ponía «de la Escuela de Tauromaquia de Sevilla»; y como en Huelva no hay Escuela, pues todo el mundo lo encaja perfectamente.

     Tendrá que definirse en algún momento Emilio Silvera: si es de Huelva, o es de Sevilla; pero hace bien en divagar y no definirse de momento ante este dilema. Huelva, que vive en estos momentos dulces nuevos horizontes con jóvenes como David de Miranda o Alejandro Conquero, y el rejoneador Andrés Romero, no va a dejar escapar un baluarte de futuro con un apellido tan identificado con Huelva como el de Silvera. Quizás Silvera solucione el dilema dividiendo en dos: el Silvera torero palpita por Huelva, y el Silvera persona respira por Sevilla.

 

 


 

GALERÍA GRÁFICA (Arjona)

Emilio Silvera.

Carlos Llandres.

Fran Ferrer.

El paseíllo.

Emilio Silvera.

Emilio Silvera.

Emilio Silvera.

Emilio Silvera.

Emilio Silvera.

Emilio Silvera.

Emilio Silvera.

Emilio Silvera.

Emilio Silvera.

Emilio Silvera. Emilio Silvera.
Emilio Silvera. Carlos Llandres.
Carlos Llandres. Carlos Llandres. Carlos Llandres.
Carlos Llandres.

Carlos Llandres.

Carlos Llandres.

Fran Ferrer.

Fran Ferrer.

Fran Ferrer.

 


 

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