REAL MAESTRANZA - Novillada con picadores

Miguel Ángel Silva, oreja en interminable función

0
1990

Larga y desesperante tarde en la Maestranza, con casi tres horas de novillada, en la que el extremeño Miguel Ángel Silva le cortó la oreja a un bravo novillo del Conde de la Maza. Los también debutantes Borja Álvarez y Alejandro Conquero fueron silenciados tras actuaciones discretas. Descastados y flojos novillos, con dos utreros devueltos a corrales.

LA FICHA

NOVILLOS: Se han lidiado novillos de Herederos del Conde de la Maza, bien presentados, serios y astifinos, descastados y flojos. Destacó el quinto, bravo y de excelente embestida. Segundo y cuarto fueron devueltos por falta de fuerzas.

NOVILLEROS: -Borja Álvarez (de burdeos y oro), silencio tras dos avisos y silencio.

-Miguel Ángel Silva (de verde y oro), ovación y oreja.
Alejandro Conquero (de blanco y plata), silencio y silencio tras aviso.
 
INCIDENCIAS: Un tercio de plaza. Borja Álvarez fue atendido de «contusión y varetazo corrido sobre región gemelar externa de pierna derecha». El banderillero Manuel García Seco de «contusión con contractura muscular sobre cintura escapular izquierda».

 

CLICK PARA IR A LAS IMÁGENES
GALERÍA GRÁFICA
Javier Martínez
OTRAS IMÁGENES
Javier Martínez
LOS NOVILLOS, UNO A UNO
Javier Martínez
VIDEO DE LA NOVILLADA

 

CLICK PARA DEJAR SU OPINIÓN

 

 

Miguel Ángel Silva, en la vuelta al ruedo tras cortarle la oreja al qunto. (FOTO: Javier Martínez)

 

 

 

CLICK PARA IR A LOS ARTÍCULOS
AL NATURAL
La llamada del ‘presi’

Francisco Mateos

 


Manuel Viera.-

     A veces, el toreo se convierte en lo efímero de un momento mágico no previsible. Se sueña y se espera. Uno está allí porque sospecha que algo es posible. No es más que un deseo en las muchas tardes de esperanza. Y es que muy pocas veces se da la circunstancia de encontrar a un torero en estado de gracia y al toro propicio conjuntados en la idea común e inmutable de hacerlo y decirlo. El toreo es cosa de dos.

     La tarde de hoy tuvo esa virtud imprevisible y siempre sorprendente con el quinto novillo condeso. Antes, y después, durante las tres horas de infumable espectáculo, el desánimo convertido en bostezo se apoderó de una gente que, tras la lidia del tercero, comenzó a abandonar los tendidos de la plaza. El largo metraje de una función aburrida e interminable se hace, cada vez más, insoportable en la Maestranza. Hora es ya de aligerar la despaciosidad de lo superfluo y dejar la desesperante lentitud sólo para la lidia. Es decir: para hacer y decir el toreo.

     Pese a todo, la calidad del buen quinto disminuyó la decepción causada por el comportamiento en el ruedo de los serios, astifinos y bien presentados utreros del Conde de la Maza. Un encierro flojo y descastado con la excepción de un, no visto del todo, encastadito tercero y el excepcional quinto. Un novillo de triunfo absoluto al que Miguel Ángel Silva, inseguro y poco decidido, no fue capaz de hilvanar los muletazos diestros en una faena en la que adquirió valor lo sustancial, prevaleciendo el aislado natural sobre la deseada ligazón. Al extremeño le costó un mundo echar la tela por delante, hilvanar, sumar más de dos muletazos seguidos. No obstante, mostró su buen concepto en un toreo de izquierda de buen gusto y templado trazo. Los circulares finales calentaron el ambiente de sus muchos seguidores y, tras la estocada, le pidieron la oreja, que le fue concedida.

     El segundo fue devuelto por su escasa fuerza. El sobrero fue un manso al que sólo le pudo trazar vibrantes muletazos en la proximidades de chiqueros muy al final de la lidia. Antes, la intermitencia del trasteo sólo dejó ver algún que otro pase diestro sin entenderse aún por qué no apostó más con la izquierda. Tras dejar una fea estocada que asomó por los costillares, emprendió una veloz carrera atravesando el ruedo, perseguido a distancia por el utrero, para acabar lanzándose al callejón con el pánico en el cuerpo.

     Borja Álvarez demostró de becerrista en esta plaza unas formas en las que predominó el temple, la finura de su estilo y ese valor necesario para estar, trazar y ligar. Poco de esto ha podido mostrar cinco años después con el manso y distraído primero pese al centenar de pases que le recetó. Trasteo interminable, sin contenido, en la que sólo se le agradeció la voluntad. Se eternizó con el descabello y a punto estuvo de escuchar los tres avisos.

     El cuarto fue devuelto, quizá, en precipitada decisión del palco. Y para colmo de desdicha el sustituto presentó mayor invalidez que el que se fue de nuevo para chiqueros. Ni se le picó, ni se le toreó. Vanos intentos que aburrieron al más paciente espectador. Lo finiquitó con brevedad.

     El tercer debutante no está, ni mucho menos, para tan responsable e importante compromiso. Alejandro Conquero no pudo con el complicado por encastado tercero, y anduvo a la deriva con el noble y soso sexto. Le echó voluntad y muchas ganas de agradar. No hubo más.


AL NATURAL

La llamada del ‘presi’

Francisco Mateos.-

     Se atrevió el presidente a devolver a los corrales al segundo y al cuarto por manifiesta debilidad, derrumbándose ambos novillos del hierro sevillano del Conde de la Maza, con pocas protestas por parte del variopinto público. Un detalle de defensa del público por parte de Fernando Fernández Figueroa. Pero a esto que el segundo sobrero (cuarto bis) era más inválido que el titular cuarto que acababa de echar para atrás. Desde los inicios de capote ya estaba el animal de costalada en costalada. En la galería gráfica inferior de Javier Martínez se puede comprobar cómo el novillo se derrumbaba en todos los tercios de la lidia. Como ya estaban usados los dos reglamentarios y obligatorios sobreros para plaza de primera, el presidente (que pareció tener intención de devolverlo) realizó en las primeras costaladas del novillo una misteriosa llamada interna al callejón. Tras esa llamada y la más fuerte protesta pidiendo la devolución del manifiesto inválido novillo, el presidente decidió mantenerlo.

     En esta plaza de la incomunicación, en el que los maestrantes no hablan y callan; en el que el empresario que ha llevado las riendas de la plaza se despide hasta siempre con un simple y difuso comunicado, sin más explicaciones; en el que la autoridad de la Junta de Andalucía ni está ni se le espera, sin una rueda de prensa taurina desde hace años; y en la que los presidentes tampoco hablan (al menos con este portal), nos queda sólo imaginar cuál fue el contenido de esa llamada y la sorprendente decisión presidencial de mantener a ese inválido cuarto bis:

  • OPCIÓN A: El presidente llama a su delegado gubernativo para que a su vez éste le pregunte a la empresa si hay más sobreros. El mismo delegado podría haber reflexionado en voz alta con el presidente: «Antonio, que la vas a liar… ¿No ves que estos pobres empresarios llevan dos añitos ‘mu malitos’ de afluencia de público…? Que vas a darle un disgusto al bueno de Ramón Valencia, hombre… Tira ‘p’alante’ y déjalo pasar y aguantamos el tirón…».

  • OPCIÓN B: El presidente llama a su delegado gubernativo para que a su vez éste le pregunte a la empresa si hay más sobreros. El delegado le pregunta a Ramón Valencia y éste le podría haber respondido con un lacónico e inquietante: «Lo reglamentario son dos…», sin asegurarle si habría o no tercer sobrero, que normalmente lo hay, para intentar presionar al presidente y ahorrarse un costo adicional. El presidente, valentón hasta entonces, sentiría miedo escénico a que sólo se lidiasen cinco novillos y decidiese comerse su porpia valentía, manteniendo a este inválido utrero.

  • OPCIÓN C: El presidente llama a su delegado gubernativo para que éste a su vez le pregunte a la empresa si hay más sobreros. El delegado le pregunta a Ramón Valencia y éste le responde irónicamente: «Sí, claro…, tres, cuatro, seis y los sobreros que hagan falta… Será posible…. Si el novillo se va a recuperar de inmediato, hombre de poca fe… Un poco de paciencia…». Y con una mirada de reojo al presidente desde abajo… Y el presidente, valentón hasta entonces, agacha la cabeza, mira a su delegado de la Junta de Andalucía tan contento en su dicharachero burladero del callejón y se dice: «¿Y ahora voy yo a meterme en líos..?». Y decide tragarse su valentía y mantener el inválido utrero, hurtando un novillo pagado por los aficionados.

     Cualquiera de estas posibles opciones imaginarias, o sus variantes, son posibles en esa enigmática llamada tras los dos sobreros ya usados y decidir mantener a este inválido cuarto bis. Como en las películas con final incierto, que el lector y aficionado escoja la opción que prefiera.

Tras devolver el cuarto (dos sobreros obligatorios ya usados), llamada del presidente. El sobrero cuarto estaba más inválido que el titular, pero el preisdente lo mantuvo. ¿Por qué? Nueva costalada del cuarto novillo en suerte de varas aunque apenas se le picó.
Otro derrumbe tras el quite de capote. En la faena de Borja Álvarez, continuos derrumbes. Inexplicable decisión del presidente.

 

 


GALERÍA GRÁFICA (Javier Martínez)

Borja Álvarez.

Borja Álvarez.

Borja Álvarez.

Borja Álvarez.

Borja Álvarez.

Borja Álvarez.

Borja Álvarez.

Miguel Ángel Silva.

Miguel Ángel Silva.

Miguel Ángel Silva.

Miguel Ángel Silva.

Miguel Ángel Silva.

Miguel Ángel Silva. Miguel Ángel Silva. Miguel Ángel Silva.
Alejandro Conquero. Alejandro Conquero. Alejandro Conquero.
Alejandro Conquero. Alejandro Conquero. Alejandro Conquero.

OTRAS IMÁGENES (Javier Martínez)

Detalle de uno de los novillos del Conde de la Maza.

Dos de los novillos fueron devueltos por falta de fuerzas.

Grado de afición: nueve maestrantes, nueve...

Percance sin graves consecuencias de Manuel García Seco.

Percance sin graves consecuencias de Manuel García Seco.

Percance sin graves consecuencias de Manuel García Seco.

Muchos turistas ocasionales. Muchos turistas ocasionales. Fotógrafa forografiada.
Con el rabo entre las piernas...

El gotógrafo Gallardo de BADAJOZ TAURINA y su familia, con Miguel A. Silva.

El periodista Antonio Lorca.
De padre a hijos. Maestranza romántica. Frío en Sevilla en junio.

 


 

LOS NOVILLOS, UNO A UNO (J. Martínez)

Primero de la ganadería de Conde de la Maza.

Segundo de Conde de la Maza, devuelto a corrales.

El sobrero segundo, de la ganadería del Conde de la Maza.

El tercero de la ganadería del Conde de la Maza.

El cuarto del Conde de la Maza, devuelto a corrales.

El sobrero cuarto, de la ganadería del Conde de la Maza.

El quinto, de la ganadería del Conde de la Maza.

El sexto, de la ganadería del Conde de la Maza.


 

Dejar respuesta

nueve + 14 =