DEL TORO AL INFINITO

Sevilla, peor imposible

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Los empresarios de la Maestranza han fracasado con la Feria antes de anunciarla.
Los empresarios de la Maestranza han fracasado con la Feria antes de anunciarla.

«…Jamás en la historia ha tenido la Feria primaveral de Sevilla unos carteles tan malos. La empresa Pagés ha perpetrado un auténtico esperpento. Vamos a ver cuánta gente de fuera va a asistir a este descalzaperros. Creo que casi nadie. Los maestrantes no saben, no contestan. Pero, si dejan de ganar el pastizal que hasta ahora han ganado, pueden rodar cabezas…»

Domingo Delgado de la Cámara.-

     Aunque todavía no son oficiales, ya se conocen los carteles de la Feria de Abril de 2014. Son imposibles. Jamás en la historia ha tenido la Feria primaveral de Sevilla unos carteles tan malos. Más que malos, horrorosos. La empresa Pagés había conseguido una cosa muy importante: que el aficionado hubiera entendido su punto de vista en su pugna con los cinco latinos. Morante y compañía se habían quedado sin defensores, al menos públicamente. Era el momento para que la empresa demostrara su afición, su talento e imaginación. Pero no, ha perpetrado un auténtico esperpento. Canorea padre jamás hubiera confeccionado semejante bodrio. Aceptando de entrada que no se podía contar con los cinco latinos, se podía haber hecho una feria muchísimo mejor. Vayamos por partes.

  1. El toro. Una ganadería dura convierte en aceptable un mediocre cartel de toreros. Pero ese mismo cartel de toreros es intragable con una ganadería suave. Por tanto, cuando la empresa supo de la deserción de los cinco latinos, tendría que haber sustituido varias ganaderías comerciales por ganaderías duras. Si estuviera en la Feria todo el abanico de ganaderías toristas, se hubiera interesado a muchos aficionados franceses, madrileños y del norte de España. También existe un torismo sevillano harto de tanto monoencaste. El monoencaste se tolera con las figuras, no con los toreros del montón. Claro, que para conseguir lo que acabo de decir, hay que moverse, patear el campo y afrontar una serie de incomodidades que no deben ser muy del gusto de los moradores de los despachos de la calle Adriano…
  2. Los toreros. ¿Cómo es posible que no se haya contado con diestros como Juan Mora, Finito de Córdoba o Curro Díaz? Con todas sus limitaciones, tienen mucha mas clase que la mayoría de los anunciados en la Feria, los tres son ideales para abrir carteles y vestirlos con distinción. Tampoco son exigentes con los dineros ¡pues no están! En otro orden de cosas, se deja en casa a toreros de la tierra como Miguel Ángel Delgado, Luis Vilches o Salvador Cortés, que al menos hubieran llevado al tendido a 500 personas de su pueblo, además torean bastante mejor que unos cuantos que sí están anunciados en la Feria. Inexplicablemente no se ha contado con Jiménez Fortes y a otros toreros jóvenes como Juan del Álamo o Paco Ureña se les anuncia solamente una vez. Mal hecho, en esta Feria había que haber apostado al máximo por los toreros jóvenes con auténticas posibilidades de triunfar. Mientras tanto, se da un protagonismo excesivo a Manuel Escribano, Daniel Luque o Joselito Adame, que deben estar, pero no tantas veces. En este aspecto, la Feria está totalmente descompensada. Se ve claramente los toreros que son amigos y los que no… En cuanto a Ponce, El Cid, Castella, Fandiño, nada que objetar, faltaría más…
  3. Las combinaciones. Repita usted conmigo: del coro al caño y del caño al coro… Además, todo está pésimamente combinado. Los carteles son repetitivos y sin la mas mínima imaginación. Un desastre. Este año el insoportable cartel de Cordobés, Padilla y Fandi parece hasta bueno si lo comparamos con los demás. ¡Cosas veredes, amigo Sancho! Es obvio el espíritu rutinario y la nula afición de la empresa.

     La de Sevilla es una Feria que vive mucho del aficionado de fuera. Vamos a ver cuánta gente de fuera va a asistir a este descalzaperros. Creo que casi nadie. Para colmo de desgracias, este año la Feria de Sevilla se solapa con San Isidro… así que el aficionado forastero va a quedarse en casita. ¿Y los aficionados de Sevilla? Pues el martes o el jueves de farolillos puede haber un cuarto de plaza. Así de duro. La tarde en el Real puede estar mas concurrida que nunca. Dicen que van a bajar las entradas hasta un treinta por ciento. Eso quiere decir que la sombra costará setenta euros. Un dineral teniendo en cuenta la modestia de los carteles.

     Los maestrantes no saben, no contestan. Pero, si dejan de ganar el pastizal que hasta ahora han ganado, pueden rodar cabezas. Vamos a ver cómo está el patio cuando acabe la Feria. Es evidente que los cinco latinos no tienen razón, pero no es menos cierto que la afición de Sevilla no se merece una empresa como esta. ¡Qué tristeza!

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