Curro de la Puerta aclara la polémica con la Escuela de Sevilla-Amate

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La placita de entrenamiento de Sevilla-Amate.
La placita de entrenamiento de Sevilla-Amate.

El ganadero sevillano Curro de la Puerta puntualiza la polémica creada con la Escuela de Tauromaquia de Sevilla-Amate. Reconoce que se vendió la finca y que no puede proporcionar los tentaderos que la escuela pagó, pero afirma que ha devuelto la parte proporcional del precio que no ha podido ofrecer en becerras. 

Francisco Mateos.-

     El ganadero sevillano Curro de la Puerta se ha puesto en contacto con la redacción de SEVILLA TAURINA para aclarar la situación de la polémica suscitada semanas atrás con la Escuela de Tuaromaquia de Sevilla-Amate. Como informó este portal, la Escuela sevillana le acusaba de haber cobrado el precio estipulado por la cesión de la bravura de 25 vacas en tentaderos en el campo pero que no había cumplido con el número de reses a tentar. La Escuela de Amate, cuyos responsables aseguran que llaman en multitud de ocasiones al ganadero para poder cumplir lo tratado, denunciaban que en este transcurso de tiempo se había vendido la finca, por lo que exigían la devolución de la parte proporcional del dinero pagado (4.500€ totales) por las reses no tentadas.

     El ganadero expone, a través de SEVILLA TAURINA, su punto de vista sobre lo sucedido. «Respecto a los comentarios que se han ido vertiendo a partir de la carta firmada por el profesor de la Escuela Taurina de Sevilla-Amate, Curro Camacho, sobre mi falta de formalidad tengo que puntualizar lo siguiente:

  1. La finca ‘Los Manantiales’, en Lora del Río (Sevilla), era propiedad de mi padre, Francisco de la Puerta García.
  2. Dicha finca se ha vendido con el ganado existente en ella, por lo que tras torear 4 becerras de las 25 contratadas, y no permitir que se torearan más la actual propietaria, les propuse torear en la plaza de Benalup de Sidonia (Cádiz), tentando otras 4 becerras.
  3. No es cierto que las vacas estuvieran toreadas, sino que los alumnos no están suficientemente preparados, con varios percances en el primer día de tentadero por su falta de oficio y técnica.
  4. Tampoco es cierto que el segundo día, en Benalup, las becerras fueran demasiado chicas y sin fuerzas, sino que los propios profesores (tras los percances del primer día) me pidieron que las echara más vareadas de tamaño.
  5. Siendo difícil por la venta del ganado poder ofrecerles más vacas y cumplir con lo pactado, he procedido a devolver la parte proporcional de lo pagado a la Asociación Andaluza de Tauromaquia, que es la entidad que engoba a todas las escuelas y quien recibe estas subvenciones de la Junta de Andalucía para el rodaje de los chavales. Se han devuelto unos 2.600€ de los 4.500€ pactados; el resto sí se ha ofrecido en tentaderos».

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